La puerta y el sendero
Las ordenanzas y los convenios del sacerdocio nos sitúan en el sendero de la vida eterna y nos bendicen con la fortaleza que necesitamos ahora mismo.
Todos procuramos la vida eterna, lo cual significa ser salvos y exaltados en el grado más alto del reino celestial, donde podremos vivir como familias en la presencia del Padre Celestial.
Además de la fe en Jesucristo y el arrepentimiento, las ordenanzas y los convenios del sacerdocio nos permiten entrar en el sendero que conduce a la vida eterna. Sin importar cuándo hayas entrado en este sendero, ni dónde te encuentres en él, ni si has nacido en la Iglesia o te convertiste después, ni si has sido activo toda la vida o acabas de volver a la actividad en la Iglesia, puedes progresar por el sendero si te centras en tus convenios y en lo que puedes hacer para recibirlos y observarlos.
También es importante saber que las ordenanzas y los convenios del sacerdocio no sólo nos brindan la promesa de un futuro glorioso, sino que también nos brindan la entereza, el consuelo y el apoyo que precisamos ahora mismo a fin de seguir el sendero y perseverar hasta el fin en rectitud.
Puerta
Sendero que conduce a la vida eterna (perseverar hasta el fin)
Véase 2 Nefi 31.
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Ordenanzas y convenios esenciales
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Bautismo
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Don del Espíritu Santo
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Otorgamiento y ordenación al sacerdocio (para los hombres jóvenes)
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Investidura del templo
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Sellamiento en el templo
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Ordenanzas de renovación y fortalecimiento
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Santa Cena: Renovación semanal del convenio del bautismo
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Bendiciones patriarcales: Guía individual especial y bendiciones prometidas
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Bendiciones para los enfermos: Ayuda y sanidad
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Bendiciones de padre y otras bendiciones de consuelo y consejo: Paz y guía cuando se necesitan
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Vida eterna (reino celestial con la familia)