Se dirigen a nosotros
Hagamos que la conferencia sea parte de nuestra vida
Consideren la posibilidad de usar algunas de estas actividades y preguntas como punto de partida para el análisis en familia o para la reflexión personal.
Para los niños
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El élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles, compartió una experiencia en la que sintió temor después de que accidentalmente rompió la ventana de una tienda cerca de su casa (pág. 46). Entonces enseñó que cuando acudimos a Jesucristo y lo seguimos, podemos sentir paz en vez de temor. ¿Qué puede hacer usted todos los días para ayudar a sus hijos a acudir al Salvador? ¿Cómo puede enseñarles a seguir adelante con firmeza en Cristo aun en épocas difíciles?
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La hermana Linda K. Burton, Presidenta General de la Sociedad de Socorro, habló sobre una familia que se mudó a una casa que no tenía cerca alrededor del jardín (pág. 29). El padre marcó los límites del terreno con un hilo y dijo a sus hijos que estarían a salvo si permanecían dentro de la línea marcada. Los hijos obedecieron, aun cuando una pelota salió fuera de los límites. ¿Cómo pueden los padres ayudar a sus hijos a permanecer a salvo? ¿Qué bendiciones recibimos al escuchar a nuestros padres? ¿Qué límites nos ha puesto nuestro Padre Celestial?
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El Obispo Gérald Caussé, Primer Consejero en el Obispado Presidente, contó el relato de tres hombres de África que caminaron dos semanas por caminos pantanosos para asistir a una conferencia de distrito (pág. 98). Se quedaron una semana para poder participar de la Santa Cena antes de regresar a casa. Luego, llevaron sobre sus cabezas cajas llenas de Libros de Mormón para dárselos a las personas de su aldea. ¿Piensan que el Evangelio es algo maravilloso? ¿Qué sacrificios están dispuestos a hacer para vivir el Evangelio?
Para los jóvenes
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Muchos mensajes de la conferencia han resaltado la importancia de la familia y del hogar. Por ejemplo, la hermana Bonnie L. Oscarson, Presidenta General de las Mujeres Jóvenes, pidió a los miembros de la Iglesia que “defendamos el hogar como el sitio que ocupa en segundo lugar en santidad después del templo” (pág. 14). ¿Qué puedes hacer tú para defender el hogar? ¿Cómo podrías ayudar a que tu hogar sea un lugar santo?
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El élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó que nuestra actitud y nuestra conducta en el día de reposo son una señal entre el Padre Celestial y nosotros (pág. 129). Al leer el mensaje del élder Nelson, piensa en el próximo domingo y pregúntate: “¿qué señal quiero darle a Dios?”
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El élder Ulisses Soares, de los Setenta, habló acerca de un diácono que siguió el ejemplo del capitán Moroni (pág. 70). Cuando este jovencito vio a sus compañeros que estaban mirando imágenes pornográficas en sus teléfonos celulares, les dijo que estaban haciendo algo incorrecto y que debían dejar de hacerlo. Uno de sus amigos dejó de hacerlo. ¿Cómo podemos recibir la fuerza para elegir lo correcto? ¿Cómo sabemos lo que podemos disfrutar sin correr peligro?
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Los aparatos electrónicos nos pueden hacer sentir poderosos debido a que nos permiten tener acceso a información y sitios casi ilimitados; pero, ¿te has detenido alguna vez a pensar si ellos te controlan a ti? El élder José A. Teixeira de los Setenta dijo: “Es reconfortante dejar de lado nuestros dispositivos electrónicos por un rato” (pág. 96). Inténtalo. Aparta uno de estos días para dejar de lado tu dispositivo electrónico. Tal vez sea algo que no querrías hacer, pero te sorprenderá cuánto tiempo más pasarás hablando y creando recuerdos con tus amigos y tu familia.
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Ayunar es una de las mejores maneras de recibir poder espiritual. El presidente Henry B. Eyring, Primer Consejero de la Primera Presidencia, nos recordó que ayunar y orar fortaleció a Jesús para resistir las tentaciones de Satanás cuando estaba en el desierto (pág. 22). El próximo domingo de ayuno, trata de seguir el ejemplo de Jesús y ayuna con un propósito. Recibirás ayuda divina y protección.
Para los adultos
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Varios mensajes de la conferencia se centraron en la importancia del matrimonio y la familia en la sociedad y en el Plan de Salvación. Podrían responder las cinco preguntas que la hermana Burton hace en la página 31 y meditar, con espíritu de oración, cómo podrían elevar y amar más a las personas a su alrededor. Como familia, analicen qué podrían hacer para que su hogar se centre más en Jesucristo y cómo podrían apoyarse mejor los unos a los otros.
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El presidente Thomas S. Monson nos recordó las bendiciones que provienen de la adoración en el templo, entre ellas espiritualidad, paz y la fortaleza para resistir las tentaciones y las pruebas (pág. 91). “Cuando asistimos al templo”, dijo, “podemos recibir un nivel de espiritualidad y sentimiento de paz que superarán cualquier otro sentimiento que podría penetrar el corazón humano”. ¿Qué pueden hacer para que su asistencia al templo sea más significativa?
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La fe en Jesucristo es un principio de acción. “No llegaremos a creer en el Salvador y Su evangelio por accidente, al igual que no oramos ni pagamos el diezmo por casualidad”, dijo el élder L. Whitney Clayton, de la Presidencia de los Setenta. “Elegimos activamente creer” (pág. 36). Al leer su mensaje y los mensajes del élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles (pág. 32); de Rosemary M. Wixom, Presidenta General de la Primaria (pág. 93); del obispo Gérald Caussé (pág. 98); y del élder Kevin W. Pearson, de los Setenta (pág. 114); consideren hacer una lista de las formas en que pueden fortalecer su fe en Jesucristo y en Su evangelio. Después, hagan una lista de las bendiciones prometidas que provienen al incrementar la fe.
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El élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseña que la expiación y resurrección del Salvador constituyen “la manifestación más majestuosa de amor puro que jamás se haya manifestado en la historia del mundo” (pág. 104). ¿Cómo pueden sus pensamientos y acciones reflejar mejor el aprecio que sienten por lo que el Salvador ha hecho?
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El presidente Dieter F. Uchtdorf, Segundo Consejero de la Primera Presidencia, explica el milagroso don de la gracia y la importancia de la obediencia y el arrepentimiento. “El tratar de entender el don de la gracia de Dios con todo el corazón y la mente nos da aún mayor razón para amar y obedecer a nuestro Padre Celestial con mansedumbre y gratitud”, dijo él (pág. 107). Considere continuar estudiando acerca de la gracia leyendo Romanos 3:23; 6:1–4; 2 Nefi 25:23, 26; Mosíah 2:21; 5:2; 27:25; Alma 34:10, 15; Éter 12:27; y Moroni 10:32.