Ser resistente al pecado significa estar arrepentido
El ser resistente al pecado no significa no pecar, sino que implica arrepentirse, estar atento y ser valiente continuamente. Quizás ser resistente al pecado ocurre como una bendición por resistirse al pecado reiteradamente…
“Los jóvenes guerreros ‘eran… sumamente valientes en cuanto a intrepidez… se les había enseñado a guardar los mandamientos de Dios y a andar rectamente ante él’ [Alma 53:20-21]. Esos jóvenes fueron a la guerra llevando virtudes semejantes a las de Cristo para utilizarlas como armas en contra de sus adversarios…
“Nuestros hijos llevan una armadura espiritual cuando establecen modelos de discipulado personal diario”.