Sé valiente y compartE!
Nuestra familia ha vivido en muchos lugares por todo el mundo. Hemos conocido a muchas personas diferentes y hemos tenido muchas oportunidades de compartir el Evangelio. Nuestros hijos han bendecido a otros al compartir sus testimonios.
Cuando nuestros hijos eran pequeños, vivimos en el país de Kazajstán; no había misioneros allí en ese momento. Cuando los amigos o vecinos querían oír acerca del Evangelio, ¡nosotros éramos los misioneros!
Nuestra hija Marné compartió el Evangelio con su amiga Alyona. Alyona decidió ser bautizada con el permiso de su madre, quien más tarde fue bautizada con la hermana menor de Alyona. Recientemente Alyona se casó con un joven digno en el Templo de Manhattan, Nueva York, ¡y Marné estuvo allí! Ella estaba muy feliz de haber ayudado a su amiga a aprender sobre Jesucristo.
Cuando vivimos en Virginia, EE. UU., nuestro hijo Chris estaba en la Primaria. Uno de los amigos de Chris y su familia comenzaron a reunirse con los misioneros; Chris ayudó a enseñar a la familia. Se preparó antes de cada lección y ayudó a responder sus preguntas, y la familia decidió bautizarse. Después de eso, Chris nunca se preocupó de si podría servir en una misión. ¡Él sabía que podía hacerlo!
En otra ocasión, un hombre vino a trabajar en nuestra casa; mi esposa le dio las gracias cuando terminó. “Nos gustaría darte un regalo”, dijo. Ella le dio una copia del Libro de Mormón.
El hombre se molestó; no entendió en lo que creemos. Pensó que no creíamos en Jesucristo.
Chris fue valiente y compartió su testimonio con ese hombre. Le dijo que era miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y que creía en Jesús.
Muchos de los hijos de nuestro Padre Celestial no conocen nada sobre el Evangelio, otros no se dan cuenta de que creemos en Jesús. Esas personas necesitan a alguien que sea amable y que hable con ellos. Podemos ser valientes y compartir nuestro testimonio. ¡Podemos ayudar a otros a aprender acerca de Jesucristo!