Mensaje de un miembro de los Setenta
El viaje a la autosuficiencia prometida
El Libro de Mormón enseña en muchos casos “según guardéis mis mandamientos, prosperaréis” (1 Nefi 2:20, 1 Nefi 4:14, Mosíah 1:7, Alma 9:13). El Señor desea proveer para sus santos (Doctrina y Convenios 104:15). En el Nuevo Testamento leemos que el Evangelio es predicado a los pobres (Lucas 4:18). Los principios del Evangelio buscan sacar a los hombres de la mediocridad para permitirles prosperar temporalmente mientras crecen espiritualmente. Leemos en Jacob 2:18–19: “Pero antes de buscar riquezas, buscad el reino de Dios. Y después de haber logrado una esperanza en Cristo obtendréis riquezas, si las buscáis; y las buscaréis con el fin de hacer bien…” La autosuficiencia se basa en los principios de la fe en Dios y en la rectitud, principios que deben implementarse en nuestras vidas para ayudarnos a prosperar.
La base de la autosuficiencia incluye doce principios y prácticas doctrinales que, a medida que los integramos en nuestras vidas, nos dan las bases para construir personalmente una mayor autosuficiencia. La fe, el arrepentimiento, la obediencia y la perseverancia son principios que debemos buscar, enseñar e implementar en nuestro comportamiento. Estas no son técnicas de solución rápida para la prosperidad, sino que son principios guías que se necesitan para construir nuestro carácter, para permitirnos enfrentar los desafíos que nos esperan en nuestro camino hacia la autosuficiencia.
El camino hacia la autosuficiencia podría compararse con el viaje a la tierra prometida. A menudo estos viajes comienzan con el almacenamiento, la planificación y los presupuestos. Pero, los primeros pasos en el desierto están llenos de desafíos, eventos no planificados y arcos rotos. Al igual que con Nefi, el éxito no consiste solo en comenzar el viaje, sino en perseverar, aplicando continuamente principios de fe, diligencia y obediencia hasta el final, recordando que el Señor sostendrá a aquellos que buscan llegar a ser autosuficientes. Él enviará ángeles para guiar al viajero en el camino hacia la autosuficiencia, ya que todo es espiritual para El.
El viaje hacia la autosuficiencia a menudo requiere adquirir nuevos talentos (Doctrina y Convenios 82:18). Una vez más, el Señor nos sostiene, iluminando nuestra mente. Debemos aprender a evaluar nuestras habilidades y abordar la tarea de aprender con confianza y fe. Nefi usó las oraciones regulares y la fe para entender cómo construir un barco a la manera del Señor. Debido a su consistencia en clamar al Señor y consultar con Él, recibió línea sobre línea, precepto sobre precepto, no solo entendimiento espiritual sino también cómo construir un barco, un templo, herramientas, etc., logrando al mismo tiempo entendimiento temporal y espiritualidad.
El convertirse en autosuficiente requiere que uno eleve su visión de quién es uno y a qué puede aspirar. Comience [con algo] pequeño, pero piense en grande; cada viaje comienza con un primer paso en la dirección correcta. La fe es más que solo prepararse; es dar pasos adelante persiguiendo una visión de lo que puede ser, actuando con consistencia y regularidad.
El miedo es el enemigo de la fe. Aunque debemos hacer todo lo posible para mitigar el riesgo que conlleva cualquier cambio, el miedo al futuro y la creencia de que no podemos obtener más de lo que tenemos son obstáculos poderosos para la progresión. La autosuficiencia requiere de un espíritu emprendedor, el deseo de conquistar y la confianza de que Dios ya ha preparado el camino. Recordemos la respuesta de Nefi a su padre: “Iré y haré lo que el Señor ha mandado, porque sé que él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles una vía para que cumplan lo que les ha mandado” (1 Nefi 3:7).
Aunque el camino estaba preparado, Nefi aún tuvo que intentarlo tres veces: sus hermanos lo golpearon, perdió todo el oro de su padre y tuvo que demostrar gran determinación. “Así como el Señor vive, y como nosotros vivimos, no descenderemos hasta nuestro padre en el desierto hasta que hayamos cumplido lo que el Señor nos ha mandado” (1 Nefi 3:15).
En resumen; Cada miembro debe entender estos puntos doctrinales con respecto a la autosuficiencia:
La autosuficiencia es un mandamiento de Dios, esencial para el plan de salvación. El presidente Kimball enseñó: “La responsabilidad del bienestar social, emocional, espiritual, físico o económico de toda persona cae, primeramente, sobre sí misma; en segundo lugar, sobre su familia; y en tercero, sobre la Iglesia si se trata de un miembro fiel.” (Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: Spencer W. Kimball, 2006, pág. 129).
Dios quiere proveer para sus santos que buscan llegar a ser autosuficientes (Doctrina y Convenios 104:15), pero los desafíos siempre estarán ahí para que nosotros nos elevemos, para poner a prueba nuestro compromiso de vivir principios correctos en medio de la adversidad.
Lo temporal y lo espiritual están interconectados. El élder Dieter F. Uchtdorf dijo: “Los dos grandes mandamientos, amar a Dios y a nuestro semejante, son la unión de lo temporal y lo espiritual.” (Dieter F. Uchtdorf, “El proveer conforme a la manera del Señor”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 53). A medida que busquemos la autosuficiencia temporal, confiando en el Señor (Jacob 2:18–19), desarrollaremos nuestra fuerza espiritual y comprenderemos mejor la mano del Señor en nuestras vidas. Al igual que el hermano de Jared, veremos el dedo del Señor en nuestras vidas a medida que busquemos elevar y levantar a otros a nuestro alrededor.
Dios nuestro Padre vive, Jesús es el Cristo, Ellos nos invitan a ser autosuficientes para que nuestra fe y nuestra determinación crezcan y que podamos servir y ayudar a otros a ser autosuficientes también.