Ejemplos de valor
Servir al Señor en español
La autora vive en Utah, EE. UU.
Imagina que tu amigo o tu amiga te entrega el mejor libro que ha leído. Abres la portada… y descubres que no puedes leer el libro. ¡Está en un idioma que no conoces! ¿Qué harías?
Durante los primeros años de la Iglesia, el Libro de Mormón solo estaba impreso en inglés. El presidente Brigham Young llamó a dos misioneros a que predicaran el Evangelio en México y tradujeran el Libro de Mormón al español, pero necesitaban más ayuda para hacerlo. Lo que menos imaginaban era que, al otro lado del mar, Dios había preparado a un hombre que les daría exactamente la ayuda que necesitaban.
Melitón González Trejo procedía de una familia rica de España. Había estudiado mucho en la escuela y había llegado a ser un oficial en el ejército español. Siempre le había interesado la religión, pero nada de lo que había encontrado lo había convencido. Un día, escuchó a otro oficial hablar sobre un grupo de personas que se referían a sí mismas como “santos”. Pertenecían a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y un profeta de Dios los había dirigido a las Montañas Rocosas en los Estados Unidos. Melitón tuvo un fuerte deseo de conocerlos. Se unió a una expedición militar a las Filipinas con la esperanza de que así pudiera llegar a los Estados Unidos más adelante. Sin embargo, Melitón estuvo tan ocupado con su trabajo que visitar a los santos comenzó a parecerle menos importante.
Después, cayó gravemente enfermo. Recordó por qué había ido a las Filipinas y oró a Dios sobre lo que debía hacer. Esa noche, tuvo un sueño especial. Sabía que tenía que ir a las Montañas Rocosas.
Una vez que se recuperó de su enfermedad, continuó su viaje a los Estados Unidos. Llegó a California el 4 de julio de 1874, y se dirigió hacia Salt Lake City.
Cuando llegó a Salt Lake, se encontró con un problema: podía leer en inglés, pero nunca lo había hablado. ¡No se podía comunicar con nadie! Decidió que, si no podía hablar con la gente, captaría su atención de otra manera. Melitón se puso su uniforme de la armada española y marchó arriba y abajo por las calles de la ciudad. Como había sido su intención, ¡muchas personas se percataron de su presencia! Al final, lo vio un miembro de la Iglesia, el hermano Blanchard, un profesor de universidad que hablaba español. El hermano Blanchard ayudó a Melitón a asentarse en Salt Lake y le enseñó el Evangelio. Al poco tiempo, Melitón se bautizó.
El hermano Blanchard también presentó a Melitón al presidente Brigham Young. Melitón le dijo al presidente Young que, más que nada, quería traducir el Libro de Mormón al español.
El presidente Young pidió a Melitón que ayudara a los misioneros que iban a México a traducir partes del Libro de Mormón al español. Melitón pasó muchas semanas traduciendo las palabras del inglés al español. Cada noche, revisaba su traducción con los misioneros. Ellos hablaban algo de español, pero pensaban que esa importante traducción necesitaba un hispanohablante nativo. Sabían que Melitón era una respuesta a sus oraciones. En 1875, se publicó la traducción. Se llamaba Trozos Selectos del Libro de Mormón.
Ahora los misioneros estaban listos para ir a México. Cargaron en caballos 1500 ejemplares de las Escrituras traducidas y comenzaron su viaje. Por primera vez, los hispanohablantes podían leer el Libro de Mormón en su propio idioma. Aunque Melitón vivía a miles de kilómetros en España, el Padre Celestial lo dirigió exactamente a donde debía estar. Gracias a la valentía y a la fe de Melitón, él ayudó a llevar la palabra de Dios a un incontable número de personas.