Jóvenes
Los teléfonos móviles son caros en Chile, pero yo me propuse una meta en 2016 de ganar suficiente dinero para comprar uno. Por todo un año, compraba dulces y alfajores* al por mayor y los vendía a mis amigos en la escuela. Guardaba todo lo que ganaba. No iba a almorzar fuera ni iba al cine.
No quería pedirle un teléfono a mis padres; quería poder decir que me lo había ganado yo sola. Mi papá me motivó. “Carol, tú puedes hacerlo”, me decía.
Aprendí mucho. Nada es gratis. Las metas requieren esfuerzo, pero no debemos darnos por vencidos. Cuando obtenemos las cosas por nosotros mismos y nos damos cuenta del trabajo que cuesta, las valoramos más.
Aprendí que tengo que decidir lo que quiero lograr y adónde quiero llegar. Si quiero casarme en el templo, tengo que ir a la Iglesia y a Seminario, y más adelante a Instituto y a las actividades de jóvenes adultos solteros; y debo salir con jóvenes dignos. Lograr metas requiere sacrificio ahora para obtener algo mejor después.
Carol, 15 años, Chile