Jóvenes adultos
El salir con personas del sexo opuesto y la pornografía
Ayuda y esperanza para afrontar los problemas con la pornografía en las relaciones con personas del sexo opuesto.
Todos los jóvenes adultos sabemos que salir con personas del sexo opuesto puede ser emocionante, aterrador, satisfactorio y angustioso a la vez. A medida que empezamos a compartir aspectos personales con la otra persona, resulta natural que queramos saber más los unos de los otros, por lo que el incremento de la vulnerabilidad es importante a la hora de edificar una relación y profundizar en ella. ¿Qué sueños, temores y creencias tenemos? ¿Cómo nos sentimos en cuanto al matrimonio y la familia? ¿Qué dificultades hemos afrontado en el pasado —o estamos afrontando en la actualidad— que deberíamos compartir unos con otros?
A pesar de lo aterrador que parezca hablar de los problemas con la pornografía (o preguntar sobre ellos), no hablar de ello puede derivar en problemas devastadores más adelante. Cada dificultad individual con la pornografía es única y problemática, y tal vez ni siquiera sepan si es un problema ni cómo abordarlo con la persona con la que estén saliendo, por lo que es importante que procuren la guía del Espíritu. No hay una única solución para todas las situaciones, pero en este artículo ofrecemos algunas sugerencias para aquellos de ustedes que tal vez se estén preguntando:
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¿Cómo puedo abordar el tema de la pornografía con la persona con la que estoy saliendo? ¿Cuándo resulta apropiado hablar de ello o hacer preguntas al respecto?
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¿Cómo puedo saber si debo seguir adelante en una relación con alguien que tiene un pasado con el uso de la pornografía?
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¿Cómo podemos trabajar juntos para vencer la pornografía?
Para quienes han tenido problemas o los están teniendo
Si ustedes han tenido problemas con la pornografía, o los están teniendo, la idea de salir con personas del sexo opuesto puede generarles desesperanza o ansiedad. Pero si tienen un deseo sincero de eliminar la pornografía de su vida (o si ya la han eliminado), sepan que, con sus propios esfuerzos y con la ayuda del Padre Celestial y de Jesucristo, es posible cultivar una relación sana y duradera. Consideren las siguientes preguntas a medida que establezcan una relación.
1. ¿Realmente es necesario hablar de ello?
Una pregunta habitual es: “¿Realmente necesito compartir mi pasado con el uso de la pornografía con la persona con la que estoy saliendo aun cuando me haya arrepentido de ello?”. O: “¿Necesito hablar de mis problemas actuales con la pornografía con la persona con la que estoy saliendo?”. Generalmente, sí es necesario hablar de ello… en el momento adecuado y con delicadeza. Cuando tengan esa conversación, recuerden algunos principios importantes:
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Tiempo: La conversación debe tener lugar cuando la relación progrese hacia un nivel de seriedad que lo requiera de manera natural.
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Franqueza: Las relaciones deben basarse en la confianza y la franqueza. Si bien la persona con la que estén saliendo podría optar por dar por terminada la relación, es necesario que entienda la naturaleza del problema, lo que ustedes están haciendo para resolverlo y el plan que tienen para afrontarlo cuando se presente de nuevo en el futuro.
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Perdón: Ser francos respecto al uso de la pornografía con la persona con la que estén saliendo no significa que tengan que ser explícitos cuando hablen de ello. Si se han arrepentido y consideran que han sido perdonados, no tienen que seguir sintiéndose culpables. El Señor no recuerda nuestros pecados una vez que nos hemos arrepentido de ellos (véase Doctrina y Convenios 58:42), por lo que la conversación que van a tener con la persona con la que están saliendo no es tanto una “confesión”, sino una ocasión para edificar la confianza, compartir sus planes de recuperación continua y lograr su apoyo.
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Sanar: Aun cuando se hayan arrepentido, el uso prolongado o intensivo de la pornografía puede tener efectos biológicos, psicológicos, sociales y espirituales duraderos. El proceso de sanar puede ser difícil y llevar tiempo, pero es posible recuperarse y sanar por completo. Durante ese proceso van a necesitar la ayuda y el apoyo adecuados, lo cual debe incluir a su posible cónyuge.
2. ¿Estoy preparado para una relación seria?
Una de las mayores diferencias entre alguien que está preparado para una relación seria y alguien que no lo está es su disposición a ser claros con la persona con la que estén saliendo. Si están teniendo problemas con la pornografía, pueden escoger entre dejar que el miedo dé paso a la desconfianza en la relación o valerse de la fe para afrontar juntos los problemas.
Si bien puede resultar incómodo y aterrador compartir su pasado con la pornografía, evitarlo podría intensificar sus sentimientos de temor y vergüenza. El temor a perder a la persona podría llegar a hacer que se nieguen a compartir toda la historia o que eviten hacerlo, lo cual destruye la confianza y termina por dañar la relación.
Por otro lado, cuando se respeta el albedrío de la persona con la que se está saliendo, ustedes honrarán la decisión de ella o de él de permanecer en la relación sabiendo tanto lo bueno como lo malo. Puede que aun les atemorice el resultado, pero es importante admitir que, cuando se tiene toda la información, la otra persona también puede ayudarles en su empeño y deseos por eliminar la pornografía de su vida. Ya sea que la relación siga adelante o no, ustedes pueden seguir en la senda de la recuperación con la ayuda de Dios.
Para quienes estén saliendo con alguien que ha tenido problemas
Puesto que el promedio de edad del primer contacto con la pornografía es alrededor de los 11 años y es tan fácil acceder a ella, la mayoría de los jóvenes ya han estado expuestos a ella de una forma u otra para cuando tienen 18 años. Eso puede resultar preocupante en lo que al salir con personas del sexo opuesto se refiere. Sin embargo, estar expuesto a la pornografía no es lo mismo que tener una adicción a ella; hay diversos grados de participación en la pornografía (véase Dallin H. Oaks, “Recuperarse de caer en la trampa de la pornografía”, Liahona, octubre de 2015, págs. 50–55). La buena noticia es que la expiación de Jesucristo puede brindar fuerza y sanidad a todo el que las busque. Estas son algunas preguntas a tener en cuenta según avance la relación.
1. ¿Cuándo y cómo debo preguntar acerca de la pornografía?
Decidir cuándo y cómo abordar el tema con la persona con la que se está saliendo puede ser algo que convenga que analicen con sus padres, hermanos mayores, líderes de la Iglesia o cualquier otra persona en la que confíen que les dará un buen consejo. Busquen la manera de hacerlo que mejor se adapte a ustedes y entonces tengan esa conversación en el momento adecuado cuando la relación se torne más seria o exclusiva.
Esto no quiere decir que al salir por primera vez deban comenzar con un interrogatorio de su pasado, sino que, a medida que avanza la relación, pueden buscar la inspiración del Espíritu para ayudarles a saber cómo y cuándo preguntar en cuanto a su pasado con la pornografía.
2. ¿Cómo debo responder?
Cuando ustedes y la persona con la que están saliendo comienzan a compartir sus sentimientos con sinceridad, el resultado puede ser sanador. Es importante que sean conscientes de sus propios pensamientos y sentimientos cuando se revele el uso de la pornografía; podría hacer que sean críticos, se enojen, o se sientan paralizados o engañados. Pero, al mismo tiempo, el revelarlo puede servir para que aumenten la confianza, la compasión, el amor y la empatía entre ustedes. Al responder, tengan en cuenta sus propios sentimientos y los de la otra persona.
3. ¿Cómo sigo adelante?
Descubrir que la persona con la que están saliendo tiene problemas con la pornografía debería ser preocupante, pero no traicionen la confianza de él o ella compartiendo sus problemas personales con otras personas. Hablar confidencialmente con un obispo, un terapeuta o —habiendo recibido permiso de la persona con la que están saliendo— con un amigo o un líder de su confianza también puede ser útil.
Procuren la guía constante del Espíritu cuando decidan seguir adelante, o no, con la relación. Las siguientes preguntas también podrían ser útiles:
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Pregúntenles hasta qué punto ha afectado la pornografía su vida y dónde se encuentran en el proceso de sanación. Ellos tienen que haber demostrado un deseo de eliminar la pornografía de su vida dando los pasos adecuados y necesarios.
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Reconozcan que ciertas formas del uso de la pornografía (como por ejemplo la pornografía infantil) son un indicador importante de que la persona necesita ayuda profesional y de que podría suponer un peligro.
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Acepten que el poder de la expiación del Salvador es real. Ustedes pueden perdonar y ellos pueden sanar.
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Decidan que no se contentarán con menos que una sinceridad absoluta en su relación y una dignidad completa para casarse en el templo.
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Entiendan que sanar y recuperarse requiere tiempo. Pueden producirse recaídas y las personas que intentan recuperarse van a necesitar apoyo. Eso incluye entender los desencadenantes (aquello que podría hacer que usen la pornografía) y apoyar las medidas de protección necesarias o ayudar a establecerlas.
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Si la relación avanza hacia el matrimonio, asegúrense de que ambos coinciden en que la pornografía es inaceptable y que no refleja una relación sexual conyugal sana.
La parte más importante de seguir adelante consiste en confiar en lo que el Espíritu Santo les invite a hacer, lo cual podría abarcar desde seguir con la relación —entendiendo que el uso de la pornografía debe cesar— hasta terminarla, pero seguir apoyando los intentos de la persona por cambiar. Sea lo que fuere que decidan, la persona con la que estén saliendo debe entender que las cosas pueden cambiar dependiendo de su progreso o falta de progreso en superar la pornografía.
Trabajar juntos para superar la pornografía
Superar la pornografía puede requerir tiempo y mucho esfuerzo, pero es posible. En última instancia, trabajar juntos para superarla puede fortalecer la relación a medida que ambas personas logren un mayor entendimiento de la expiación de Jesucristo y aprendan a apoyarse mutuamente durante la adversidad. Consideren lo siguiente mientras trabajan juntos para superarla:
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La página web de la Iglesia addressingpornography.ChurchofJesusChrist.org contiene muchos recursos (incluso información sobre el programa de la Iglesia para la superación de adicciones) que pueden ayudarles a ambos a navegar por el proceso de sanación.
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Consideren tener un lugar y un momento específicos para hablar sobre la pornografía para que esta no se convierta en el foco de la relación. Cuando traten el tema, no sean denigrantes ni condescendientes. Su relación debería ser un lugar seguro donde ambos puedan sentirse amados y apoyados, no interrogados ni humillados.
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Las prácticas espirituales pueden ofrecer una defensa contra la tentación. Aliéntense mutuamente a mantener y fortalecer sus hábitos espirituales cotidianos —incluso el estudio significativo de las Escrituras y la adoración en el templo (cuando sea posible), la observancia del día de reposo, el prestar servicio a los demás, el ayuno regular y la oración sincera— con un mayor deseo de fortalecer la relación de ambos con el Salvador y el Padre Celestial. Dicha relación puede aliviar la influencia de la pornografía en sus vidas. El discipulado es un esfuerzo de toda una vida. La fortaleza que recibimos como seguidores de Cristo nos ayudará a superar todos los problemas de la vida, no solo la pornografía.
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Si sus intentos resultan infructuosos, no teman ni se avergüencen por tener que pedir ayuda a un profesional de la salud mental en el ámbito de las adicciones sexuales, pues podría ayudarles a aumentar su percepción de cómo tratar el uso de la pornografía y solucionar los motivos subyacentes.
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Recuerden que vivimos rodeados de medios de comunicación inapropiados que nos tientan a que pequemos. Si la persona con la que están saliendo tiene una recaída, la velocidad con la que la supere es un buen indicador de su compromiso de eliminar la pornografía de su vida. Pero si empiezan a notar que ustedes están más motivados a cambiar de lo que lo están ellos, deberían reconsiderar el seguir adelante con la relación.
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La influencia que ustedes tengan sobre la persona con la que salen puede ser muy fuerte, pero no debería ser la razón principal del cambio de conducta. El deseo de cambiar debe provenir del interior, no de ustedes.
Por encima de todo, procuren la guía del Padre Celestial y recuerden que siempre hay esperanza por medio del Salvador. Su gracia es suficiente para sanarnos y cambiarnos. Su expiación está al alcance de los dos a fin de darles la fuerza y la ayuda para perdonar. Sin embargo, la persona que tiene problemas con la pornografía necesita procurar la ayuda del Salvador de manera activa para superarla. Nadie más puede hacerlo por ella. Tengan fe y confíen en el Padre Celestial. Él los guiará en su situación particular.