2020
Auméntanos la fe
Abril de 2020


Mensaje del Área

Auméntanos la fe

Y dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. (Lucas 17:5).

Luego de haber viajado por un tiempo, los apóstoles del Señor se encontraban reunidos como grupo, compartiendo sus experiencias y buscando consejo.

Mientras se encontraban con el Señor, los Doce le hicieron una petición clara y sencilla, comprendiendo lo que necesitaban y sabiendo lo que el Señor podía hacer por ellos. “Y dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe” (Lucas 17:5).

Qué maravilla es ver la humildad de los Doce, de entender su condición y de reconocer el poder del Señor. Esa fe, cuando madurara, llegaría a afirmarse para seguir fielmente a Jesús y ser testigos de su redención. Ellos comprendieron en ese momento que no podían servir con eficacia, a menos que recibieran la ayuda divina del Salvador.

¿No les parece que el servir en el reino de Jesús implica confiar, es decir, tener fe en Él, y que cuando una persona que actúa con fe está dispuesta a soportar las difíciles demandas del discipulado, solo si confía en el Maestro?

Notablemente, los apóstoles reconocieron su necesidad de tener una fe genuina, mientras que los detractores del Señor no, ya que estos últimos confiaban solamente en su limitado conocimiento.

Fe como un grano de mostaza

“Entonces el Señor dijo: Si tuvieseis fe como un grano de mostaza, diríais a este sicómoro: Desarráigate y plántate en el mar; y os obedecería” (Lucas 17:6).

Al leer esta cita, Jesús nos muestra dos fundamentos básicos: (1) un grano de mostaza es muy pequeño: a partir de esta observación, una persona puede progresar espiritualmente al ir tomando pequeños pasos de fe; (2) la fe se manifiesta en el ejercicio de hacer, de actuar, y de hacerlo con entusiasmo y diligencia. La fe sin obras es muerta (véase Santiago 2:17).

Jesús ahora nos invita a levantar nuestra vista a imágenes de plantas y de la vegetación. Por implicación, Él vincula el mundo de la vegetación viva al ejercicio de la fe.

En Sus palabras surgen varios significados posibles, incluida la observación de que la fe es un principio de acción en el que incluso las semillas participan y que, por lo tanto, una planta, una vez en la tierra, crecerá indefectiblemente a partir de una semilla; y la noción de que la planta en crecimiento manifiesta un tipo de fe a medida que madura porque no duda que continuará convirtiéndose en lo que está destinada a convertirse.

No por casualidad, Jesús elige la más pequeña de las semillas para ilustrar que no está cuestionando la cantidad de la fe de uno, sino la calidad genuina de nuestra fe.

La suplica amorosa del Señor por Sus discípulos

“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, fortalece a tus hermanos.” (Lucas 22:31–32)

El verbo griego deō está relacionado con la “unión”, probablemente con el significado ampliado de que Jesús estaba junto a Pedro, orando por él como su defensor contra el diablo. Con el pronombre singular, Jesús afirma que oró específicamente por Pedro, sabiendo que las próximas horas no serían amables con este hombre.

En el relato de una conversación con los doce discípulos elegidos en el continente americano, el Señor resucitado declaró diciendo: “He orado entre ustedes [doce]” (3 Nefi 18:16), haciendo énfasis en el hecho de las oraciones que ofreció por esos doce hombres, así como por otros, incluyendo a los niños.

Todos estos relatos, incluyendo la súplica de Jesús por Pedro, son ejemplos de que no estamos solos en nuestros esfuerzos de incrementar y hacer más firme nuestra fe.

Jesucristo es nuestro intercesor y nuestro abogado ante el Padre, y Él hará lo máximo posible para que suframos nada o lo mínimo posible.

Una vez vuelto, fortalece a tus hermanos

En cuestión de horas, Jesús sería arrestado y se encontraría con su muerte como un delincuente común, reduciendo así cualquier gran expectativa mesiánica entre sus seguidores, incluida la de Pedro. Esta experiencia estremecedora pondría a prueba la fe y la relación personal de Pedro con el Salvador.

El verbo griego epistrephō significa “volverse” o “volver” a las raíces o a la fe. Pedro y sus compañeros apóstoles pronto se enfrentarían a una enorme prueba de su fe. Las oraciones de Jesús ayudarían a Pedro, para que cuando sus pies estuviesen firmemente en el camino correcto nuevamente, es decir, cuando Pedro regresara, debería ayudar (tal como lo hizo) a sus compañeros los Doce y a otros.

El año recién inicia, es un buen momento para reflexionar sobre nuestra fe, y si fuere necesario, habríamos de aplicar el ejemplo de los Apóstoles del Señor diciendo: Auméntanos la fe.