2020
Cuatro lecciones de luz para tiempos oscuros
COVID-19: Mensajes de fe


Solo para versión digital: Jóvenes adultos

Cuatro lecciones de luz para tiempos oscuros

A pesar de que la pandemia se cierne como una nube oscura sobre el mundo, hay formas de permitir que penetre la luz.

Una mujer mira hacia la luz

La autora vive en el óblast de Vorónezh, Rusia.

Hace poco, mientras paseaba el perro, noté que los rayos del sol atravesaban una nube gris; aquello me recordó la pandemia actual. Aunque las circunstancias parezcan oscuras y lúgubres como la nube, el amor del Señor por nosotros es mucho más poderoso, tal como el sol.

Un refrán popular dice que “no hay mal que por bien no venga”, en referencia a que toda adversidad puede enseñarnos algo de beneficio. Al pensar en lo que me ha ayudado a mantener la calma durante los últimos meses y lo que no me ha sido tan útil, me di cuenta de que hay cuatro verdades importantes que creo que seguirán bendiciendo mi vida mucho después de que haya terminado esta crisis.

1. La protección que existe en seguir al profeta

Las publicaciones de las redes sociales sobre el fin del mundo y las noticias falsas acerca de algunas maneras creativas de destruir el virus no me hicieron sentir mejor en cuanto a la vida. Aunque tales mensajes tuviesen la intención de ayudar a las personas a mantenerse a salvo y saludables, a mí solo me hicieron tener más temor del que ya tenía. Por ejemplo, tras ver el sexto relato sobre el modo en que ciertas especias supuestamente podían eliminar el coronavirus, recuerdo haberme preocupado mucho al considerar si teníamos la cantidad de especias adecuada en la alacena, además de plantearme si mi muerte era inminente.

Hace un par de años, durante una conferencia general, el presidente Russell M. Nelson nos invitó a participar de un “ayuno” de diez días de cualquier medio de comunicación que trajera pensamientos negativos e impuros a la mente1. Su consejo me pareció una advertencia, de modo que dejé de usar algunas aplicaciones de redes sociales que habían devorado la mayor parte de mi tiempo libre. Fui más feliz y sentí menos ansiedad.

Ahora comprendo que tengo que volver a purificar mis hábitos digitales. Miro en retrospectiva, y me maravillo y me asombro: ¿Sabía el presidente Nelson que las redes sociales podrían ser una fuente tan enorme de desesperanza y negatividad hoy día, durante estos tiempos de crisis? Ciertamente existe protección en seguir al profeta. Las palabras de nuestros líderes de la Iglesia son como un rayo de sol que atraviesa la confusión e ilumina el camino a la paz.

2. La preparación combate el temor

Algo más que me ha hecho sentir inquietud ha sido enterarme sobre personas que, tal como en los días de Noé, se mofan de los demás por su preparación y prudencia. Creo que algunas personas han llegado a tener actitudes negligentes en cuanto al futuro. Aquellos que son verdaderamente sabios siguen el consejo de los profetas y tratan de manera concienzuda de llegar a ser autosuficientes.

Durante años, los líderes de la Iglesia nos han enseñado a liberarnos de las deudas, a procurar formación académica a fin de proveer mejor para nosotros mismos y para los demás, a almacenar algo de alimentos y agua, y a ahorrar dinero, de ser posible. Sé que cada situación es diferente y que en algunos países no se permite que los ciudadanos almacenen alimentos u otras provisiones; sin embargo, aun con esa clase de restricciones, es evidente que cada uno de nosotros puede hallar algo que podamos hacer a fin de estar más preparados para el futuro.

Yo me siento más segura cuando me he esforzado por ser obediente y puedo acudir al Señor con confianza al pedirle ayuda. Esa preparación es como otro rayo de sol que atraviesa el temor y hace resplandecer la esperanza.

3. La actitud puede marcar la diferencia

Esta pandemia ha ocasionado que sea aun más agradecida por las personas que me alientan con mensajes edificantes, con reflexiones espirituales y con humor sano; esos amigos queridos siempre iluminan mis días. Me recuerdan que podemos elegir cómo reaccionaremos ante cualquier cosa que suceda a nuestro alrededor.

Traté de seguir ese ejemplo cuando se suspendieron las reuniones de la Iglesia; en lugar de sucumbir a mis preguntas instintivas de “¿por qué?” y “¿cómo?”, elegí concentrarme en los aspectos positivos del aprendizaje del Evangelio centrado en el hogar. Ahora puedo ver que el cultivar una actitud positiva de manera consciente, por difícil que haya sido en ocasiones, me ha ayudado a mantenerme espiritualmente más fuerte de lo que me hubiera mantenido si hubiese dejado que me invadiera la amargura. Al igual que un tercer rayo de sol, el tener una buena actitud puede disipar la duda y renovarnos el alma.

4. El Espíritu Santo es un aliado poderoso

Cierto día en que me sentía triste y sola, decidí escuchar el canal de internet del Coro del Tabernáculo. La música siempre me ayuda a sentir la influencia del Espíritu Santo. El canal tenía un chat en directo, y fue entretenido ver cómo las personas expresaban amor y agradecimiento desde todas partes del mundo. Me sentí unida a ellos. Conforme la influencia del Espíritu Santo aliviaba mi apesadumbrado corazón, me sentí más animada y relajada.

He visto una y otra vez que, al hacer el esfuerzo de invitar al Espíritu Santo a mi vida, Él me ayuda con lo que sea que necesite. El Espíritu es un aliado poderoso que está ansioso por darnos los dones de paz, consuelo y entendimiento. Tal como un rayo de sol, Él puede disipar lo sombrío y revelar lo que es verdad.

Buscar la luz del sol

El Señor es más fuerte que cualquier tribulación. Como dice la segunda estrofa del himno número 42:

Jesús es mi luz, y en oscuridad

la fe que yo tengo, a Él buscará.

Donde Él reina siempre hay gloria y amor.

¿Por qué entonces he de quedar en error?2.

Ojalá pudiéramos salir a caminar juntos hoy; podríamos mirar el cielo, colmarnos de la luz del sol y hablar sobre las verdades que iluminan nuestra vida. Estoy segura de que tendrías ideas magníficas para compartir dicha luz con otras personas. Tal vez podrías imaginar tal paseo la próxima vez que las tormentas emocionales invadan el horizonte. El Señor está con nosotros y no debemos temer.

Notas

  1. Véase Russell M. Nelson, “La participación de las hermanas en el recogimiento de Israel”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 69.

  2. “Jesús es mi luz”, Himnos, nro. 42.