2020
La obra misional continuará avanzando a pesar de la pandemia del COVID-19, afirma el élder Uchtdorf
COVID-19: Mensajes de fe


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La obra misional continuará avanzando a pesar de la pandemia del COVID-19, afirma el élder Uchtdorf

Lea la parte 3 de una serie de entrevistas que contienen consejos de miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles durante el brote del COVID-19.

Mujer frente a una computadora

Fotografía por Laura Seitz, Deseret News.

A medida que la pandemia del COVID-19 se aceleraba por el mundo, los líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días dirigieron su atención a la salud y seguridad de 67 000 misioneros de tiempo completo y a aquellos a quienes ellos enseñan y sirven.

La Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles —con información recibida directamente de las Presidencias de Área y de los líderes locales y en estrecha colaboración con ellos, el Departamento Misional y una multitud de voluntarios— deliberaron en consejo y oraron para encontrar soluciones.

“Cuando decidíamos trasladar a misioneros desde un país o a ciertos países por la mañana, teníamos que cambiar esa decisión por la tarde”, dijo el élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y presidente del Consejo Ejecutivo Misional de la Iglesia. “Cuando nos reuníamos para evaluar las restricciones gubernamentales u otras relacionadas con los viajes, la situación ya había cambiado al terminar la reunión”.

Con información y circunstancias en cambio constante, los líderes de la Iglesia y “en especial el personal del Departamento Misional y nuestros preciados voluntarios” tenían que adaptarse rápidamente, afirmó.

La posibilidad de tramitar el regreso de miles de misioneros a sus países de origen causó gran angustia, dijo el élder Uchtdorf. Todas las personas involucradas pronto se dieron cuenta de que meditarlo en la mente no era suficiente: también debían meditarlo en el corazón. Al hacerlo, el Señor les amplió la visión en cuanto a las grandes oportunidades y posibilidades para que la obra misional continuara avanzando bajo esas circunstancias estresantes.

“Debemos aceptar que hay una lección en todo esto”, dijo el élder Uchtdorf.

Salud y seguridad

Ante el aumento de los riesgos para la salud y de naciones a punto de cerrar sus fronteras, los líderes de la Iglesia comenzaron el regreso de los misioneros a sus países de origen, donde fuese necesario. Aproximadamente 30 000 misioneros fueron trasladados al mismo tiempo. Otros habían viajado antes que ellos, y los seguirían muchos más.

Fue “casi desgarrador”, dijo el élder Uchtdorf, “ver que esos misioneros deseaban quedarse y, además, sentir que se les necesita allí”.

Durante meses, la Iglesia había estado realizando un seguimiento del avance del COVID-19. Los líderes percibieron de inmediato que la enfermedad tendría “un efecto mundial en la obra misional tal como la conocíamos”, afirmó el élder Uchtdorf.

La Iglesia tenía 67 000 misioneros prestando servicio en 399 misiones y en 10 centros de capacitación misional a nivel mundial. Los misioneros todavía prestan servicio y continúan haciéndolo fuera de sus países de origen en algunas localidades del mundo, incluidos los Estados Unidos y Canadá.

Eso está ocurriendo en países y misiones donde es seguro prestar servicio o donde las restricciones de viaje no permiten el regreso al país de origen, pero la mayoría de los misioneros que tuvieron que regresar a sus países de origen ya han vuelto; están continuando su servicio en sus países de origen, han sido relevados o están a la espera de una reasignación.

Por muchos años, dijo el élder Uchtdorf, los líderes de la Iglesia han estado examinando las prácticas misionales donde el paso tradicional de “encontrar” se ha visto limitado debido a las zonas residenciales de acceso restringido, a los edificios de apartamentos inaccesibles y a los cambios en las prácticas de comunicación social.

“El COVID-19 ha agilizado enormemente nuestra forma de pensar al respecto y nos ha abierto los ojos a nuevas perspectivas”, incluso el uso de la tecnología, afirmó el élder Uchtdorf. “El Espíritu puede obrar maravillas si nos valemos de maneras nuevas e inusuales para comunicarnos unos con otros”.

Seguir adelante

El élder Uchtdorf señaló que todos los misioneros, independientemente de sus circunstancias, “tienen la maravillosa oportunidad de avanzar al encontrar, enseñar, bautizar y hacer discípulos” con la ayuda de la tecnología y las redes sociales. “La obra avanza independientemente de si hay una epidemia o de si las cosas van bien”.

El Evangelio “es un mensaje de paz y esperanza; es un mensaje de sanación y gozo. Usar la tecnología para compartir este mensaje con la ayuda del Espíritu es la oportunidad de nuestros días”, dijo.

El élder Uchtdorf agregó que la transición entre compartir el Evangelio por medio de la tecnología y el contacto personal es un paso importante en este proceso y que será mucho más fácil cuando la pandemia esté bajo control. Sin embargo, la obra misional continuará avanzando a pesar de la pandemia.

“Es el cumplimiento de la gran comisión que nos dio el Salvador, basada en los dos grandes mandamientos de mostrar nuestro amor a Dios y a Sus hijos al ministrar a todos ellos”, dijo.

Las recomendaciones misionales siguen llegando a las Oficinas Generales. Se siguen extendiendo llamamientos y haciendo asignaciones, afirmó el élder Uchtdorf.

“Tuvimos que aprender y hallar la mejor manera de abordar la situación porque deseábamos mantener a los misioneros seguros y felices, y además mantener felices a sus familias”, agregó. “Por supuesto, eso no siempre es fácil hacerlo al mismo tiempo”.

Al igual que las experiencias misionales de Samuel Smith —hermano de José Smith y primer misionero de la Iglesia, quien sobrellevó muchas dificultades— es una época de gran aprendizaje para los misioneros, sus familias y aquellos que supervisan la obra misional, dijo el élder Uchtdorf. Samuel Smith “se sentía frustrado casi desde el primer día hasta el último”.

A pesar del maravilloso éxito (él obsequió un ejemplar del Libro de Mormón que condujo al bautismo de Brigham Young y de Heber C. Kimball), hizo frente a constantes frustraciones; pero hoy, dijo el élder Uchtdorf, “lo reconocemos como uno de los misioneros heroicos”.

El élder Uchtdorf señaló que el presidente Gordon B. Hinckley (1910-2008), mientras era un joven y atribulado misionero en Inglaterra, tuvo que aprender de su padre la necesidad de olvidarse de sí mismo y ponerse a trabajar. “Eso era cierto en ese momento y lo sigue siendo”, afirmó el élder Uchtdorf.

Relevos anticipados

La Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles oran por los misioneros de tiempo completo de la Iglesia y se preocupan profundamente por ellos, dijo el élder Uchtdorf. Las decisiones que afectan a este grupo se toman solo después de que las Autoridades Generales han procurado y recibido inspiración y guía.

Al dirigirse a los misioneros cuyas misiones fueron interrumpidas, el élder Uchtdorf puso énfasis en dos puntos clave del servicio misional: la decisión de prestar servicio en una misión y la aceptación del llamamiento misional extendido por el profeta de Dios.

“Muchos de nuestros misioneros se han preparado desde su niñez para prestar servicio en una misión”. Decidieron por su propia voluntad que deseaban hacerlo. “Y luego aceptaron el llamamiento del profeta de Dios para servir como un discípulo de Jesucristo, como un representante del Salvador, dondequiera que Él los asignara y por el tiempo que fuese necesario”.

Ha habido otros momentos de la historia en los que los misioneros han sido relevados de manera inesperada debido a problemas de salud, accidentes, guerras u otras circunstancias, agregó el élder Uchtdorf. “Los puntos clave son la decisión de ir y la decisión de aceptar”.

Todo lo que sucede después de eso, a menudo está condicionado por circunstancias que están fuera del control del misionero, agregó. “Se prepararon, aceptaron el llamamiento y dieron lo mejor que pudieron. Eso es lo que cuenta; eso es lo que marca la diferencia; eso es lo que hace a un misionero”.

Él prometió que el Señor acepta los sacrificios y el servicio de los misioneros que sirven con todo el corazón, mente y fuerza, aun si son relevados antes de lo previsto. “Sea el mejor misionero posible ahora y aproveche al máximo el tiempo que tiene por delante”, señaló. “Y recuerde, usted será un misionero por el resto de su vida”.

El élder Uchtdorf dijo que los padres de los misioneros también pueden aprendermuchas cosas en este proceso. “A veces tienen que dejar ir a sus hijos o hijas y permitirles encontrar su camino […] “Infúndanles valor y confíen en que son hijos e hijas del Padre Celestial y que harán lo correcto”.

Continuó: “En sus llamadas telefónicas, correos electrónicos o cartas, fortalezcan la fe de sus misioneros. Ayúdenlos a centrarse en las cosas en las que pueden influir y a no distraerse o desanimarse por las cosas que no pueden cambiar. Pídanles que les relaten sus experiencias espirituales durante estos tiempos difíciles y escúchenlos. Compartan su propio testimonio acerca de cómo su vida ha sido bendecida gracias al servicio que ellos prestan como misioneros“.

Todos los misioneros necesitan ese tipo de apoyo, afirmó. “Será de gran ayuda para que el misionero crezca espiritualmente y madure, pero también ayudará a que las familias sientan que son parte de esta obra maravillosa y de este prodigio”.

Los presidentes de misión y sus esposas son siempre una fuente maravillosa de fortaleza y dirección para los misioneros, pero en especial en estos tiempos singulares, dijo el élder Uchtdorf. “Es asombrosa la capacidad creativa que tienen los líderes de misión para fortalecer y motivar a los misioneros aun cuando no puedan verlos en persona muy a menudo.“ ”Es simplemente asombrosa”.

Tiempos difíciles

El élder Uchtdorf afirmó que la respuesta a los desafíos que yacen adelante es el evangelio de Jesucristo. Gracias a las respuestas que ofrece el Evangelio, la obra misional de la Iglesia tiene un futuro brillante.

Los miembros de la Iglesia de Jesucristo, así como todos los hijos de Dios, continuarán enfrentando tiempos difíciles, señaló el élder Uchtdorf. Los desafíos serán diferentes para cada persona, en cada lugar y en cada circunstancia.

Sin embargo, como Santos de los Últimos Días, “estamos viviendo en una época en la que debemos aprender” y encontrar nuevos métodos para compartir y proclamar el Evangelio de maneras más creativas y productivas, agregó.

En este momento, los miembros se comunican mediante la tecnología. Los misioneros están haciendo lo mismo. “Debemos usar nuestra creatividad, nuestro corazón, nuestra mente, nuestras experiencias, nuestro enorme potencial de deliberar en consejo”, afirmó.

La Iglesia y sus miembros aún podrán compartir las verdades de Dios con Sus hijos, enfatizó. Así como el apóstol Pablo viajaba en barco, y siglos más tarde los misioneros viajaban en avión, los misioneros del mañana podrán comunicarse con otras personas por diferentes y, a menudo, nuevos medios.

“Continuamos aprendiendo cómo mejorar la obra misional ahora y para el futuro”, dijo el élder Uchtdorf. “El Señor ha prometido ‘apresurar [Su] obra’ [Doctrina y Convenios 88:73] para bendición de todos los hijos de Dios. Siento que estamos en medio de este proceso mientras vivimos en estos tiempos difíciles. Nuestros preciados misioneros son los pioneros de nuestros días, que abren el camino para compartir el mensaje del Evangelio en maneras nuevas que se adaptan a nuestras circunstancias para que la Iglesia de Jesucristo continúe avanzando hasta llenar toda la tierra”.