2020
El mundo ganará la guerra contra el COVID-19, señala el presidente Ballard
COVID-19: Mensajes de fe


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El mundo ganará la guerra contra el COVID-19, señala el presidente Ballard

Lea la parte 1 de una serie de entrevistas que contienen consejos de miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles durante el brote del COVID-19.

Retrato del presidente M. Russell Ballard

A medida que la pandemia del COVID-19 se propagaba por todo el mundo, el presidente M. Russell Ballard habló de las épocas de turbulencias en la historia del mundo, de las lecciones aprendidas y de por qué él puede mirar al futuro con serenidad y resolución.

El Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles dijo que la historia demuestra la resiliencia de la humanidad.

La pandemia de coronavirus no será diferente, explicó durante una entrevista el 24 de marzo de 2020. “Desde el principio de la historia ha habido circunstancias similares a esta. De alguna manera, las personas las superaron, y nosotros lo vamos a conseguir también”.

En 1941, el presidente Ballard, que entonces tenía trece años, volvía a casa de la Escuela Dominical y se enteró por su madre de que Pearl Harbor había sido bombardeado, lo cual llevó a los Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial. Recordó la sensación de pánico y el miedo a perderlo todo. “Sin embargo, eso no es lo que pasó”, explicó. “Las personas del mundo libre se unieron, la libertad prevaleció y las cosas se resolvieron”.

El mundo ganará esta “guerra contra el coronavirus”, señaló el líder de la Iglesia de 91 años.

El presidente Ballard reconoció, sin embargo, que, como la propagación del COVID-19 continúa, muchas personas están preocupadas no solo por la enfermedad, sino también por el impacto económico en las familias.

Habló con el Church News el 24 de marzo, casi dos semanas después de que los líderes de la Iglesia suspendieran todas las reuniones de la Iglesia en todo el mundo, incluidos los servicios de adoración públicos y las reuniones sacramentales, las conferencias de estaca, las conferencias de liderazgo y las actividades de barrio, rama y estaca. Más de la mitad de la fuerza misional de la Iglesia ha regresado a sus países de origen para su relevo o reasignación. Además, la Primera Presidencia suspendió toda la actividad de los templos de toda la Iglesia el 25 de marzo.

En circunstancias únicas y difíciles, el presidente Ballard y los demás líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días continúan supervisando la obra del Reino. Expresó con claridad y certeza por qué los Santos de los Últimos Días pueden tener confianza en el futuro.

El templo

“Ya sea que puedan ir al templo o no, su hogar es un lugar donde pueden arrodillarse y orar”, declaró el presidente Ballard. “Pueden sentir el Espíritu del Padre Celestial y la mano del Señor en su vida al arrodillarse en su dormitorio o en cualquier lugar donde haya tranquilidad para orar. No hace falta que estén en el templo para ‘Queda[rse] tranquilos, y sabe[r] que yo soy Dios’ (Salmos 46:10). Es algo que puede sucederles cada día”.

Con el aliento de los que están al otro lado del velo, esperando la obra del templo, “no pasará mucho tiempo antes de que los templos estén en funcionamiento”, añadió.

Preocupación por los demás

Debido a la pandemia del coronavirus, la gente de todo el mundo parece estar más preocupada por los demás, dijo el presidente Ballard.

“Nos estamos dando cuenta de lo valiosa que es la familia, lo preciados que son los vecinos, cuán valiosos son los hermanos de la Iglesia”, dijo. “Hay lecciones que estamos aprendiendo ahora que nos convertirán en personas mejores”.

El Señor ha bendecido al mundo con herramientas digitales “que nos permiten avanzar”, indicó. Los miembros de la Iglesia están preparados para sobrellevar las circunstancias actuales con la enseñanza y la ministración centrados en el hogar y apoyados por la Iglesia.

“Se ha efectuado una ministración maravillosa, prudente y cuidadosa a través de las redes sociales, llamadas telefónicas y notas interesándose por los demás”.

La oración

Los miembros deben orar por guía divina y expresar agradecimiento por tener “el Evangelio para guiar su vida”, explicó el presidente Ballard.

Recordó que se dirigió a 12 000 Santos de los Últimos Días en Boston, Massachusetts, EE. UU., el 20 de octubre de 2019, en una reunión que ahora estaría restringida por el coronavirus. Expresó que los Estados Unidos estaban fundados sobre la oración y que esta los había preservado, y pidió a los Santos de los Últimos Días y a todas las personas que orasen por los líderes gubernamentales y por sus familias.

Su invitación no fue solo para los Santos de los Últimos Días de los Estados Unidos, sino para todo el mundo. “Creo que esta es una gran oportunidad para que ejerzamos la fe y oremos y nos cuidemos unos a otros, y entonces superaremos esto”.

Agregó luego: “La revelación sigue presente y funciona en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”.

Los misioneros

La revelación también está guiando la respuesta de la Iglesia para dirigir la obra misional en todo el mundo, y los líderes están haciendo todo lo posible para proteger a los misioneros.

“Nunca he visto nada igual en mis años como Autoridad General”, dijo el presidente Ballard. “Los pasos que se están dando son prudentes y provisionales. Nos preguntamos todos los días: ‘¿Qué vamos a hacer, cuándo lo haremos y cómo lo haremos?’. Estamos siendo guiados por revelación paso a paso. No hemos estado en esta situación antes, al menos no durante mi ministerio. ¿Podemos ver la luz al final del túnel? ¡Por supuesto que sí!”.

Se ha animado y enseñado a los misioneros, dondequiera que estén, a seguir trabajando y a enseñar a sus amigos y vecinos el Evangelio a través de la tecnología.

“La mayoría de ellos tienen un teléfono inteligente, y realmente son inteligentes”, señaló. Algunos quizás estén en cuarentena o en un compás de espera, pero todavía pueden progresar en su comprensión del Evangelio”.

Palabras de aliento

El presidente Ballard alentó a quienes se sientan desanimados a tomar las Escrituras y estudiarlas; a utilizar la tecnología para ver un video de la Iglesia; a ponerse en contacto con la familia, los amigos o los miembros del barrio y a seguir sonriendo.

“Seamos felices y sigamos adelante, esforzándonos al máximo y estas circunstancias cambiarán”, declaró.