Las mujeres de los primeros días de la Restauración
Telii usaba sus talentos para compartir el Evangelio
Al igual que Telii, cada uno de nosotros puede encontrar maneras de servir a los demás, enseñar el Evangelio y defender nuestras creencias.
En mayo de 1844, Telii y Nabota, su esposo, invitaron a Addison Pratt, un misionero Santo de los Últimos Días de los Estados Unidos, a vivir en su casa, en la isla de Tubuai, en el Pacífico. Telii y Nabota enseñaron el idioma al élder Pratt y le enseñaron cómo vivían en la isla. Le proporcionaron techo y comida, y Telii incluso se encargó de su ropa.
Muchas personas curiosas visitaban al élder Pratt en casa de Telii y Nabota; y estos escuchaban cuando el élder interpretaba las Escrituras, enseñaba conceptos del Evangelio y daba bendiciones. Telii vio que las bendiciones del sacerdocio sanaron a varias personas y comenzó a llevar a todas las personas que se enteraba que estaban enfermas al élder Pratt, para que él las bendijera.
Telii y Nabota fueron de los primeros de Tubuai que se unieron a la Iglesia. Llegaron a ser muy amigos del élder Pratt y lo ayudaron a predicar el Evangelio. Telii tradujo himnos y Escrituras de los Santos de los Últimos Días y los adaptó a himene, un estilo de canto religioso local. Muchas tardes, congregaba a las personas para enseñarles sus canciones. Durante esas reuniones, que a veces duraban hasta la medianoche, sus parientes y amigos aprendieron por primera vez algunos conceptos del Evangelio y de las Escrituras. Enseguida se bautizaron varias personas.
Más adelante, cuando los misioneros protestantes llegaron a Tubuai para reprender a las personas que se habían unido a la Iglesia, Telii defendió sus creencias y “fundamentó con las Escrituras tan bien el concepto”, que no pudieron refutarlo1.
Telii y Nabota asumieron el compromiso de compartir el Evangelio y apoyar a los misioneros. Viajaban con el élder Pratt y con otros misioneros mientras ellos predicaban por todas las islas. En cada lugar, Telii enseñaba a las personas sus canciones, proporcionaba alimentos y apoyo a sus vecinos, y llevaba a los enfermos a los misioneros para que estos los bendijeran.