2021
¿Por qué dejaría todo por ir a una misión?
Octubre de 2021


Páginas Locales

¿Por qué dejaría todo por ir a una misión?

Vengo de una familia que le encanta jugar al futbol, y quizá ese mundo me separaba de mi vida en la Iglesia, y no asistía a la Iglesia muchos domingos. Me estaba alejando de la Iglesia sin darme cuenta. Tenía 14 años y ganaba buen dinero por jugar al futbol. Mis amigos me empezaron a llevar a muchas fiestas; conocí amigos, amigas. Yo sentía que era lo mejor de mi vida. Mi mamá me decía que primero debía poner a Dios; no le entendía. Cuando cumplí 17 años, mi hermano retornó. Los miembros seguían diciendo “Vas a ser un gran misionero, ¿cuándo te vas a la misión?”. Y yo seguía diciendo: tengo todo ahora, me compro ropa solo y no tendría nada que me motive a ir a una misión.

A veces hablaba con el obispo, y eran unos minutos, y después volvía a mi vida “normal”. Me decía: “no importa lo que me digan, ¿por qué dejaría todo lo que estoy viviendo por ir a una misión?”

Y en un momento sentí un vacío. Mis amigos, las fiestas, mis amigas, nada me llenaba. Así que decidí orar; en una reunión hice una pregunta: “Si Dios nos da talentos, y quiere que los desarrollemos, ¿habría algo de malo que lo desarrolle el día domingo?” No me respondieron exactamente, pero recuerdo que me dijeron que si guardaba el día de reposo podría saber que Dios quiere lo mejor para mí.

Al día siguiente, leí las Escrituras, me arrodillé y en oración le dije: “Ok, quiero hacer lo correcto. Escuché tantas cosas de la misión y quiero vivirlo”. No sé cuánto duró esa oración, pero sentí que estaba teniendo una conversación con mi Padre Celestial. No le pregunté si debía ir a la misión porque la respuesta era obvia, pero le dije que quería hacer lo correcto. Y desde ese día le prometí que no iba a jugar al futbol los domingos. Obviamente fue difícil, porque seguían llegando propuestas con mucho más dinero para jugar. Pero después de todo lo que viví, lo que pasé, llené ese vacío porque sentí que Dios estaba allí ayudándome y quería lo mejor para mí. Me preparé para salir a una misión y no me arrepiento de dejar lo que dejé por ser un misionero, para ayudar a las personas a que se acerquen a Dios. Entendí que Dios quiere mi felicidad y lo estoy viviendo.

Imprimir