2023
Mi misión continúa
Julio de 2023


“Mi misión continúa”, Liahona, julio de 2023.

Voces de los Santos de los Últimos Días

Mi misión continúa

La última carta de mi padre se proyectaba hacia mi futuro y me brindaba palabras que significaron mucho para mí.

un sobre abierto y una carta

Estaba disfrutando de mi misión de tiempo completo en las hermosas montañas de Cajamarca, Perú, cuando mi padre sufrió un derrame cerebral repentino y poco después, falleció.

Al reunirme con mi presidente de misión, lloré al recordar que mi papá me había enseñado lo que significa ser misionero y un hombre íntegro. Me había escrito cada semana, compartiendo su testimonio, enseñándome poderosas reflexiones sobre el Evangelio y alentándome a hacer mi mejor esfuerzo.

Después de nuestra reunión, el presidente de misión me entregó una carta, la última que mi padre me había enviado. Su carta se proyectaba hacia mi futuro y me brindaba palabras que significaron mucho para mí:

“Dentro de unos meses, tendrás otra [misión] —la misión más difícil— en la que se esperará que dediques tu vida a los principios que has enseñado, a hacer las cosas que, hasta ahora, solo has predicado. Esa puede ser la misión más productiva. Eres como la levadura de la masa […].

“Te queremos y oramos por ti todos los días. Trabaja arduamente y haz lo correcto”.

Al leer sus palabras, lloré de pesar, por saber que eran sus últimas palabras para mí en esta vida, y de gozo, por saber el poder y el propósito que tenían para mí. Sabía que mi próxima misión —el resto de mi vida— sería muy importante. Sería un tiempo de verdaderas pruebas en las que tendría que echar mano de todo lo que había aprendido y vivido como misionero.

Sé que el Padre Celestial tiene un plan colmado de sentido para cada uno de nosotros. Él puede elevar los momentos que pasamos en la tierra y darnos ojos para ver y conocer Su verdad. Lo he visto conforme le he dedicado mi vida a Él y he sentido Sus bendiciones. Y lo he visto conforme mi bella esposa y yo hemos trabajado juntos para formar una familia llena de esperanza, de hijos y del Evangelio.

El Salvador nos ha dado fortaleza conforme hemos hincado la rodilla en oración, y hemos acudido a las Escrituras, al templo y al servicio a los demás. He visto revelarse la mano del Señor durante asombrosos momentos de mi vida al compartir el Evangelio con familiares y amigos.

La misión de Él es: “Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39). Ciertamente, esa misión continúa.