“¿Crees en Dios?”, Liahona, julio de 2023.
Voces de los Santos de los Últimos Días
¿Crees en Dios?
Mientras mi amiga me expresaba sus inquietudes, me sobrevino una repentina ráfaga de entendimiento.
Cuando era niño, nunca dudé de la veracidad del Evangelio. Sin embargo, al llegar a la adolescencia, comencé a preguntarme si en verdad tenía un testimonio o simplemente aceptaba lo que creían mis padres y amigos. Entonces oré para saber si el Evangelio es verdadero.
A pesar de mis dificultades, una joven que conocí en la universidad me dijo que ella podía ver que yo entendía mi propósito y mi rumbo en la vida.
“¿Crees en Dios?”, me preguntó.
Le dije que sí y que en mi Iglesia se enseña sobre la relación que tenemos con Dios y el propósito de la vida. También le hablé del profeta José Smith y la Restauración. Y me escuchó con atención.
El domingo siguiente, en la Iglesia, tomé folletos sobre José Smith y el Plan de Salvación para mi amiga. Después de que los hubo leído y comenzado a leer el Libro de Mormón, la llevé a la Iglesia.
Más adelante, me contó que ella y su hermano mayor habían sido muy unidos. Él había sido piloto de acrobacias y se presentaba en algunos espectáculos aéreos del lugar. Lamentablemente, el verano anterior a que ella y yo nos conociéramos, él había perdido la vida durante un espectáculo. Estaba devastada por su muerte y se preocupaba por él, pues profesaba ser agnóstico. Había estado orando para saber cuál era la situación y la posición de él ante Dios.
Mientras mi amiga me expresaba sus inquietudes, me sobrevino una repentina ráfaga de entendimiento. Fue una sensación de verdad y luz puras. Comprendí que nuestra conversación no había sido obra de la casualidad. Más bien, Dios había escuchado y respondido la oración sincera de aquella afligida joven.
Sentí humildad al saber que el Padre Celestial me tenía presente y de que me considerara digno de ser un instrumento en Sus manos para responder la oración de ella. Comprendí Su gran sabiduría al valerse de esa experiencia para también contestar mi oración a fin de saber que el Evangelio es verdadero.
Después de prepararme, hice mis maletas para pasar los dos mejores años de mi vida. Mientras tanto, mi amiga recibió las lecciones misionales con su hermana. Ambas se unieron a la Iglesia y posteriormente sirvieron en misiones. Después de mi misión, mi amiga me pidió que efectuara las ordenanzas del templo por su hermano.
Sé que Dios escucha y responde las oraciones sinceras, aunque a veces lo hace de una manera y en un tiempo que no nos esperamos.