Voces de los miembros
De la duda a la verdad
Por primera vez en mucho tiempo mi corazón no estaba apesadumbrado, ni mi mente sobrecargada y pude sentir el amor de Dios por mí.
Estaba cansado, agotado de las dificultades de la vida y problemas en mi matrimonio. Buscaba el propósito de las cosas. Noté que pasaron unos muchachos enseñando un mensaje por nuestro vecindario y los recibí en mi hogar. Al escuchar el mensaje del Evangelio de Jesucristo pude sentir cómo en mi corazón crecía un sentimiento de calidez. Por primera vez en mucho tiempo mi corazón no estaba apesadumbrado, ni mi mente sobrecargada y pude sentir el amor de Dios por mí.
Con facilidad estudié los pasajes de las Escrituras y con ánimo comencé a aplicar lo que me enseñaban. Los problemas del momento perdieron sus ataduras en mi vida, me sentí feliz.
Cuando tomé la decisión de ser bautizado, oré para recibir la confirmación de que el mensaje realmente era de Dios. El sentimiento de paz y alivio en mi corazón lo confirmaron una vez más.
El mensaje del Evangelio llegó a mi vida como una verdad eterna cuando más lo necesitaba. Al seguir la influencia del Espíritu Santo, mi vida y mi perspectiva cambiaron.
Sé que esta es la Iglesia verdadera, el Padre Celestial conoce nuestros corazones, le agradezco por enseñarme Su mensaje de libertad, con este mensaje mi vida y mi matrimonio adquirieron un propósito.