Misionero de servicio
Comprender el estrés


“Comprender el estrés”, Adaptarse a la vida misional de servicio: Cuadernillo de recursos, 2020

“Comprender el estrés”, Adaptarse a la vida misional de servicio

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un misionero de servicio con una computadora

Comprender el estrés

Desarrollar resiliencia en situaciones de estrés

Las nuevas experiencias son emocionantes (como unirse a la Iglesia o asistir a una nueva escuela). Sin embargo, también podrían causarle nervios, ya que no sabe con certeza qué esperar. Con el tiempo, usted aprenderá a hacer frente a esos desafíos y crecerá en el proceso. El adaptarse al estrés de maneras positivas nos ayuda a desarrollar resiliencia emocional.

La misión de servicio no es la excepción. En ocasiones, una misión de servicio se siente como una maravillosa aventura espiritual. Parece ser un reto que puede enfrentar. Usted avanza tranquilamente con fe. Se da cuenta de que gran parte del nerviosismo o la preocupación que siente es algo pasajero. Se arma de valor al saber que con el tiempo se adaptará. Crece espiritualmente y tiene la oportunidad de desarrollar nuevas aptitudes. Las experiencias que temía se volverán llevaderas. Incluso llega a atesorar aspectos de la vida misional de servicio que en su momento le parecían abrumadores. Usted confía en el Espíritu, cobra confianza y halla gozo en el servicio.

No obstante, en otros momentos podría afrontar problemas inesperados. Algunas experiencias son más difíciles o desagradables de lo previsto. Puede que se pregunte cómo saldrá adelante. En vez de sentirse motivado a intentarlo, quizá se sienta nervioso, irritable, exhausto o frustrado. Podría tener síntomas físicos como dolor, malestar estomacal, insomnio o alguna enfermedad. Podría costarle aprender o relacionarse con la gente. Podría sentirse desanimado o con ganas de darse por vencido.

Cuatro niveles de estrés

Los síntomas de estrés son como los indicadores del tablero de un auto. Nos recuerdan que hay que bajar la velocidad, echar combustible o revisar el motor. Nos recuerdan que hay que llenar el “tanque” espiritual y buscar nuevas soluciones. De acuerdo con el gráfico siguiente, si los misioneros están haciendo frente al estrés de manera adecuada, se encuentran en el nivel “verde”. Si sienten ansiedad o tienen dificultades, se encuentran en el nivel “amarillo”. Si continúan sintiéndose estresados, se encuentran en el nivel “naranja”. Y si se sienten incapaces de trabajar a causa del estrés, se encuentran en el nivel “rojo”.

Durante la misión, puede que tenga diferentes niveles de estrés en distintos momentos. Quizá hoy se sienta “naranja” y mañana vuelva al “verde”. En este cuadernillo se ofrecen sugerencias y recursos que podrían servirle para mantenerse en el nivel verde, o regresar a él.

Indicadores de que se encuentra en este nivel

Qué hacer

Verde

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Icono verde de cara sonriente

Indicadores de que se encuentra en este nivel

Seguro de sí mismo, feliz

Listo para enfrentar desafíos

Se recupera rápidamente de los contratiempos

Se lleva bien con sus líderes

Siente el Espíritu

Qué hacer

Esto es lo ideal. En este nivel, usted está controlando el estrés diario del servicio misional. Está aprendiendo y progresando.

Siga trabajando arduamente y confíe en el Señor.

Amarillo

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Icono amarillo de cara neutral

Indicadores de que se encuentra en este nivel

Tenso, preocupado, inseguro, nervioso, poco preparado, no logra dormir bien

Le cuesta llevarse bien con los demás

Le resulta difícil sentir el Espíritu

Qué hacer

Es normal pasar un tiempo en el nivel amarillo.

Téngase paciencia a medida que lidia con los desafíos.

Sea paciente mientras adquiere nuevas aptitudes, como la atención plena. Esas aptitudes lo ayudarán a ser más fuerte y a aumentar su capacidad para servir. Siga orando y prestando servicio con fe. Recurra a las Escrituras y a los discursos de conferencia, y acuda a sus líderes de misión de servicio y a este cuadernillo para recibir ayuda.

Naranja

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Icono naranja de rostro desdichado

Indicadores de que se encuentra en este nivel

Exhausto (física y emocionalmente)

Enfermo (malestar estomacal u otros síntomas)

Se enoja con facilidad

Profundamente desanimado

No logra sentir el Espíritu

Qué hacer

Nadie disfruta mientras se está en un nivel de estrés naranja, pero no es un estado permanente.

Ore para recibir guía al estudiar las Escrituras y ponga en práctica las sugerencias de este cuadernillo. Si permanece en el nivel naranja más de tres días, hable con sus líderes de misión de servicio. Ellos lo ayudarán.

Rojo

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Icono rojo de rostro alterado

Indicadores de que se encuentra en este nivel

Siente depresión, pánico o ansiedad de forma persistente e intensa

Siente desesperanza

Tiene dificultad para comer o dormir (lo cual puede causar enfermedades)

Se siente abrumado e incapaz de continuar

Se siente como que ha sido abandonado por Dios

Qué hacer

Si se encuentra en este nivel, póngase en contacto con sus líderes de misión de servicio, sus familiares o su presidente de estaca para pedir ayuda.

Pida una bendición del sacerdocio. Tómese tiempo para escribir en su diario o reflexionar sobre las sugerencias que se ofrecen en este cuadernillo. Ore al respecto. Si lo desea, podría pedir un descanso de las cosas que más le cueste hacer en su asignación. Hable con sus líderes de misión de servicio para que lo ayuden a determinar los cambios adecuados que se pueden hacer en el servicio que presta.

Usted puede ser un útil siervo del Señor sin importar los desafíos que tenga. Trate de poner en práctica las ideas que se ofrecen en este cuadernillo y siga adelante con fe. Considere la experiencia que tuvo la hermana Xochitl Oteo que sirvió en la Misión de Servicio de San Diego:

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Templo de San Diego, California

“Cuando comencé a prestar servicio en Catholic Charities, sentía emoción, pero también aprensión. Se nos pidió que diéramos una clase de preparación para el alfabetismo a inmigrantes y refugiados. Yo me sentía totalmente incapaz de dar una clase en inglés a personas de distintas partes del mundo.

“Debido a que no contábamos con intérpretes en el salón, la comunicación era limitada. La hermana Pennock y yo nos comunicábamos por medio de imágenes y ademanes. Cuando tuve que dar mi primera clase, ¡estaba llena de pánico! No tenía ni idea de lo que debía hacer. Sin embargo, cuando reuní a mis alumnos, tuve una sensación de calma en todo el cuerpo.

“Sentí el Espíritu del Señor. Mi tarea era sencilla: brindar servicio a cada uno de mis alumnos, quienes lo habían dejado todo para venir a los Estados Unidos, y ayudarlos a aprender a escribir su nombre y datos generales, y a tener una conversación básica en inglés.

“Así que seguimos trabajando. Unos meses después, como parte de nuestra asignación, estábamos en el Templo de San Diego cuando alcanzamos a escuchar a unas hermanas que hablaban de que unos refugiados irían al bautisterio ese día. Cuál no sería mi gozo cuando vi que una de esas personas había sido mi alumna. Ni siquiera sabíamos que se había unido a la Iglesia.

“El corazón se nos ensanchó y los ojos se nos llenaron de lágrimas cuando la hermana Pennock y yo nos dimos cuenta de que habíamos hecho nuestra parte como misioneras de servicio al bendecir la vida de nuestros alumnos”.

Las exigencias de la misión de servicio

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Exigencias y recursos en una balanza equilibrada

Servir “con todo vuestro corazón, alma, mente y fuerza” (Doctrina y Convenios 4:2) es una invitación que le hace el Señor para bendecir su vida. Sin embargo, la obra misional no es sencilla. Las exigencias del servicio misional se dividen en varias categorías:

Generales (véase “1. Desarrollar resiliencia en situaciones de estrés”). Durante su servicio misional podría pasar por situaciones de cambio y transición. Las maneras que ya conoce de lidiar con ellas podrían no funcionarle igual de bien en la misión. Quizá haya momentos en los que se sienta incómodo y le cueste salir adelante. Podría preguntarse cómo ayudar a otros misioneros que pasen dificultades.

Físicas (véase “2. Desarrollar resiliencia física”). Tal vez tenga que permanecer de pie gran parte del día. El trabajo podría ser físicamente extenuante. El simple carácter novedoso de la situación podría resultar agotador.

Emocionales (véase “3. Desarrollar resiliencia emocional”). Podría sentirse nervioso por todo lo que tiene que aprender y hacer. Quizá le cueste relajarse. Puede que se desanime, se aburra o se sienta solo.

Sociales (véase “4. Desarrollar resiliencia social”). Quizá tenga que llegar a conocer a nuevas personas rápidamente. Es posible que tenga que hablar con desconocidos e interactuar con nuevos líderes en el lugar donde preste servicio.

Aprendizaje y trabajo (véase “5. Desarrollar resiliencia mental”). Puede que tenga que adquirir nuevas aptitudes a fin de llevar a cabo su asignación. Tendrá que planificar y gestionar sus metas. También deberá adaptarse a los cambios y solucionar todo tipo de problemas prácticos.

Espirituales (véase “6. Desarrollar resiliencia espiritual”). Tendrá que esforzarse por fortalecer su testimonio y evitar la tentación. Procure sentir y reconocer el Espíritu. En ocasiones tendrá que aceptar correcciones, arrepentirse y afrontar sus puntos débiles y el remordimiento. Sea humilde y confíe en el Señor como nunca lo haya hecho. A medida que haga estas cosas, crecerá y progresará.

Enfrentar los desafíos de su misión de servicio

Muchos de los desafíos que presenta una misión de servicio no pueden reducirse. Usted tendrá que aprender nuevas cosas. Debe obedecer las reglas y llevarse bien con otras personas. Debe realizar el trabajo que se le asigne y salir de su zona de confort a fin de intentar nuevas cosas.

Sin embargo, tendrá muchos recursos que le servirán para enfrentar los desafíos de su nueva función de servicio. Este cuadernillo lo ayudará a encontrar y utilizar esos recursos. Además, recuerde la importancia de la oración, del estudio de las Escrituras, de la guía del Espíritu Santo y de ayudar a los demás. Lo más importante que puede hacer es confiar en el Salvador y en Su expiación. Él es la principal fuente de ayuda para lidiar con el estrés de la vida misional de servicio.

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