Miembros de las Fuerzas Armadas
Lección 1: ¿Cómo puedo reaccionar ante los desafíos con la capacidad de recuperación?


“Lección 1: ¿Cómo puedo reaccionar ante los desafíos con la capacidad de recuperación?” Cómo llegar a ser una familia autosuficiente y fuerte ante la adversidad, 2016

“Lección 1”, Cómo llegar a ser una familia autosuficiente y fuerte ante la adversidad

Lección 1

¿Cómo puedo reaccionar ante los desafíos con la capacidad de recuperación?

El propósito de esta lección es ayudar a los miembros que prestan servicio militar y a sus familias a desarrollar la capacidad de recuperación que necesiten para sobrellevar los desafíos.

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grupo familiar

Recursos

A continuación encontrará una lista de recursos que puede utilizar para estudiar este tema.

Video:

Reseña de aprendizaje

Reflexione en las experiencias que ha tenido en las fuerzas armadas. Como miembro que presta servicio militar o como integrante de una familia que lo hace, ¿cuáles son algunas de las ventajas y los desafíos de servir en las fuerzas armadas? Escriba algunas de dichas ventajas y dificultades en esta guía. (Algunas experiencias podrían ser tanto una ventaja como un desafío). Después de que haya tenido tiempo para reflexionar, comparta con su cónyuge o con un amigo de confianza sus sentimientos sobre la forma en que la vida en las fuerzas armadas ha influido en usted y en su familia. El propósito de esta conversación es darle la oportunidad de hablar abiertamente de sus experiencias en las fuerzas armadas con otras personas que hayan tenido vivencias parecidas.

Ventajas

Desafíos

Lea Doctrina y Convenios 90:24 y 98:3.

¿Cómo se relaciona el principio que se enseña en esos pasajes de las Escrituras con su lista de desafíos y ventajas? ¿Cómo pueden esos pasajes darle a usted y a su familia una perspectiva distinta sobre los desafíos que podrían afrontar mientras se encuentre en las fuerzas armadas?

Principio 1: La capacidad de recuperación puede ayudarle a afrontar sus desafíos con fe.

¿Qué es la capacidad de recuperación? Se puede aplicar esta capacidad a las conductas que ayudan a la gente a reaccionar bien ante situaciones estresantes. A veces suponemos que las personas que reaccionan con capacidad de recuperación en realidad no sienten el estrés que producen diferentes situaciones. Sin embargo, la capacidad de recuperación no es insensibilidad ni indiferencia. De hecho, uno de los factores más importantes de reaccionar con capacidad de recuperación es aprender a acudir a otras personas en busca de apoyo durante los momentos difíciles. La capacidad de recuperación ayuda a las personas a volverse más flexibles y a recuperarse de los reveses; las ayuda a estar agradecidas por los placeres simples de la vida y a tener una fe firme de que pueden seguir adelante con la ayuda de Dios, incluso al hacer frente a grandes dificultades.

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hombre uniformado

Todos tenemos bendiciones y desafíos, y muchas de esas experiencias pueden obrar para nuestro bien. Las familias de militares siempre han tenido que afrontar la separación de sus seres queridos. Sin embargo, desde 2001, los miembros que prestan servicio militar han experimentado el impacto de varios emplazamientos militares de alto riesgo a zonas de guerra. Asimismo, han hecho frente a guerras emocionales: batallas contra el desaliento, la desilusión, la angustia, el cinismo y la ira. Algunos sufren heridas morales al tratar de reconciliar sus experiencias en combate con las enseñanzas de Dios; tienen dificultades espirituales, mientras “intentan aceptar un mundo en el que existe el bien y el mal, donde el dolor y la pérdida parecen no guardar relación con la fe y la justicia… [Algunos dicen que] se puede hallar u olvidar a Dios en las trincheras, pero rara vez [los acontecimientos traumáticos] dejan de afectar la fe de la persona” (Eve Conant, “God, War and the Presidency”, Newsweek, 6 de mayo de 2007, newsweek.com).

¿De qué manera el llevar una vida en las fuerzas armadas le ha ayudado a desarrollar la capacidad de recuperación?

¿En qué ocasión reaccionó ante un desafío de manera satisfactoria? ¿Cómo fue la experiencia y qué aprendió?

Principio 2: El Padre Celestial y Jesucristo le ayudarán a desarrollar la capacidad de recuperación.

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Cristo en medio de un grupo de personas

Esta vida es un tiempo para progresar y aprender. En vez de eliminar los desafíos que nos ayudan a progresar, el Padre Celestial nos da fortaleza para superarlos. En junio de 2012, el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, habló en un devocional para miembros que prestan servicio militar. En su discurso, él utilizó las experiencias de José Smith en la cárcel de Liberty para enseñar cómo el Padre Celestial nos sostiene durante los momentos difíciles. El élder Holland dijo:

“Mi mensaje este día es que, cuando no hay otra opción, ustedes pueden tener experiencias sagradas, reveladoras y profundamente instructivas con el Señor en cualquier situación en que se encuentren… Ciertamente, permítanme recalcarlo aun con más firmeza: Pueden tener experiencias sagradas, reveladoras y profundamente instructivas con el Señor en los momentos más difíciles de su vida: en los peores ambientes, al sobrellevar las injusticias más dolorosas, al hacer frente a las dificultades y la oposición más insalvables que jamás hayan afrontado” (en Melissa Merrill, “Church Leaders Address Servicemen and Servicewomen in Military Devotional”, Ensign, octubre de 2012,  pág. 77).

Lea Doctrina y Convenios 121:1–9 y la introducción de la sección 121.

¿Cuál fue la experiencia del profeta José Smith en la cárcel de Liberty? ¿Cómo lo fortaleció y consoló el Señor? ¿Cómo lo ha consolado a usted el Señor y lo ha ayudado a sobrellevar las dificultades?

La gracia es una de las maneras en que podemos recibir ayuda del Padre Celestial durante los momentos difíciles. Para aprender más en cuanto a la gracia, busque el término “Gracia” en la Guía para el Estudio de las Escrituras (página 85) y lea el primer párrafo de esa sección. Además, lea la siguiente declaración de Brad Wilcox, profesor de la Universidad Brigham Young:

“Progresar y desarrollarse toma tiempo; aprender toma tiempo. Cuando entendemos la gracia, comprendemos que Dios es longánimo, que el cambio es un proceso y que el arrepentimiento es un modelo en nuestra vida. Cuando entendemos la gracia, comprendemos que las bendiciones de la expiación de Cristo son continuas y que Su fuerza es perfecta en nuestra debilidad (véase 2 Corintios 12:9). Cuando comprendemos la gracia, podemos, como dice en Doctrina y Convenios, ‘[continuar] con paciencia hasta [perfeccionarnos]’ (Doctrina y Convenios 67:13) …

El élder Bruce C. Hafen ha escrito: ‘El don de la gracia del Salvador hacia nosotros no se limita necesariamente en el tiempo a “después” de hacer cuanto podamos. Podemos recibir Su gracia antes, durante y después del tiempo en que hacemos el esfuerzo’ (The Broken Heart [Salt Lake City: Deseret Book, 1989], pág. 155). La gracia no es un motor de refuerzo que funciona cuando nuestro suministro de combustible se agota, sino que es nuestra fuente de energía constante. No es la luz al final del túnel, sino la luz que nos mueve a través del túnel. La gracia no se logra en algún momento futuro; se recibe aquí y ahora. No es un toque consumador; es el toque del Consumador (véase Hebreos 12:2)” (Brad Wilcox, “His Grace Is Sufficient” [devocional de la Universidad Brigham Young, 12 de junio de 2011], pág. 5, speeches.byu.edu).

¿Qué experiencias ha tenido en las que haya reconocido que la gracia del Salvador actúa en su vida?

¿Cómo puede seguir invitando y recibiendo las bendiciones de la gracia del Salvador? ¿Qué le enseñaron sus experiencias con respecto a confiar en Dios para recibir fortaleza y consuelo?

Principio 3: Usted puede poner en práctica hábitos que promueven la capacidad de recuperación en su vida diaria.

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pareja con un bebé

A continuación hay ocho hábitos que, si los pone en práctica a diario, le ayudarán a desarrollar la capacidad de recuperación. El ponerlos en práctica todos los días ayuda a convertirlos en una reacción automática durante los momentos que experimente un nivel mayor de estrés. La implementación diaria de ellos también disminuye el nivel habitual de estrés, lo cual puede ayudar a reducir el impacto de las circunstancias que suponen un desafío. Haga un plan para comenzar a incorporar estos ocho hábitos en su estilo de vida.

  • Cultive la humildad y la curiosidad. Uno de los hábitos fundamentales de tener la capacidad de recuperación es ser consciente de sí mismo: de sus pensamientos, sentimientos y acciones. Dicha autopercepción también es parte importante del desarrollo de la humildad. Reconozca que sus reacciones negativas frente a sus circunstancias a veces pueden crear factores estresantes en las relaciones, y cuanto más consciencia tenga de sus reacciones, mejor podrá controlarlas. Sea franco y curioso en cuanto a los cambios que tienen lugar en su vida, y véalos como oportunidades de progresar.

  • Busque el equilibrio. Usted llegará a ser más fuerte ante la adversidad al continuar aprendiendo a hallar el equilibrio entre las muchas exigencias de su tiempo. Regule sus emociones, sus niveles de energía y sus necesidades espirituales y físicas, y reorganice las cosas cuando pierda el equilibrio. Fíjese metas adecuadas para su productividad, y aprenda a enfocarse en lo que necesita lograr cada día en vez de preocuparse por lo que haya ocurrido en el pasado o por lo que pueda llegar a suceder en el futuro. Podría serle de ayuda buscar de vez en cuando un lugar cercano en la naturaleza y dedicar tiempo a meditar. Dese cuenta que cuando su vida pierde el equilibrio, los problemas de su familia pueden aumentar.

  • Tenga un corazón agradecido y optimista. Disfrute la oportunidad de ser agradecido cada día; podría ser útil hacer que la expresión de gratitud sea parte de su rutina diaria, como, por ejemplo, por medio de un diario de agradecimientos. Durante situaciones difíciles, también podría ayudarle hacer una lista de las cosas que usted puede controlar en esas circunstancias y de aquellas que no puede controlar. Aumente su fe en que el Padre Celestial le ayudará con todo aquello que esté fuera de su control. Comprenda que sus reveses son temporales, y visualice un futuro feliz. Tome la decisión consciente de confiar en Dios y en el plan que Él tiene para usted y su familia. Viva cada día en acción de gracias (véase Alma 34:38).

  • Cree un plan personal para controlar el estrés. Aléjese de las maneras rígidas o demasiado simplistas de lidiar con el estrés. Hay muchas opciones para tratar el estrés, y usted llegará a ser más fuerte ante la adversidad conforme aprenda a emplear nuevas y diferentes maneras de sobrellevarlo. Tener una alimentación saludable y hacer ejercicio puede ayudarle a aliviar el estrés. Tal vez descubra que actividades tales como el yoga, la natación o el senderismo le ayudarán a relajarse y a pensar con mayor claridad durante las situaciones estresantes. Según un artículo de Larry A. Tucker, profesor de ciencias del ejercicio de la Universidad Brigham Young, “hacer ejercicio con regularidad le ofrece a nuestra mente y a nuestro cuerpo la esperada liberación de las presiones de la vida diaria” (“Move More, Stress Less!” Ensign, agosto de 2004, pág. 58).

  • Aprenda a ceder. Determine cuándo vale la pena dar pelea y cuándo no, y aprenda a ser flexible con las cosas y las situaciones; no insista siempre en que todo salga a su manera. Sentimos un estrés innecesario cuando mezclamos nuestras prioridades. Mantenga sus normas, pero esté dispuesto a adaptar sus expectativas y a reconocer cuando esté luchando por una preferencia que sea menos importante que conservar la paz en sus relaciones familiares.

  • Céntrese en sus fortalezas. Reconozca que el Padre Celestial le ha otorgado dones espirituales singulares. Él espera que usted utilice esos dones para bendecir a su familia y a otras personas. Si usted no sabe cuáles son sus dones espirituales, dedique tiempo a orar, estudiar su bendición patriarcal y escribir en su diario. Desarrolle la actitud de que puede realizar tareas difíciles, y tenga fe en que sus fortalezas pueden brindarle grandes beneficios durante los momentos que constituyen un desafío. Tome medidas para desarrollar más plenamente sus dones y fortalezas.

  • Solicite ayuda y ofrézcala cuando sea necesario. Permanezca cerca de aquellos que pueden ayudarle a superar los momentos difíciles. No tenga miedo de acudir a amigos, familiares y miembros de la Iglesia (como sus maestros orientadores, maestras visitantes, obispo y presidenta de la Sociedad de Socorro) en busca de ayuda. Esté dispuesto a demostrar empatía y ofrecer ayuda a los demás cuando atraviesen tiempos difíciles. Desarrolle el hábito de dar y recibir.

  • Actúe en vez de que se actúe sobre usted. No permita que la adversidad le impida vivir. Tal vez tenga que avanzar lentamente, pero esté dispuesto a actuar, tomar decisiones importantes e iniciar los cambios que desea realizar en su vida.

Reflexione sobre cualquier experiencia que haya tenido o cualquier bendición que haya recibido gracias a poner en práctica esos hábitos que promueven la capacidad de recuperación. ¿Qué ejemplos ha visto de otras personas que reaccionan eficazmente ante sus desafíos?

Mire el video “Afrontar el futuro con fe”.

¿Qué aprendió sobre la esperanza y el optimismo por medio de las enseñanzas del presidente Russell M. Nelson?

Decídase a actuar

¿Qué hábito de su capacidad de recuperación siente que debe mejorar poniéndolo en práctica esta semana?

¿Qué pasaje de las Escrituras o cita podría poner en práctica para fortalecerse?

¿Con quién le gustaría compartir sus experiencias a medida que vaya aprendiendo cada día?

Al final de la semana

¿Qué aprendió de esa experiencia?

Resumen de los puntos clave de la lección 1

  1. Los hábitos que promueven la capacidad de recuperación ayudan a la gente a reaccionar bien ante situaciones estresantes.

  2. El Padre Celestial nos da fortaleza y consuelo mediante Su gracia, la cual nos ayuda a superar los desafíos.

  3. Los siguientes hábitos clave lo ayudarán a llegar a ser más fuerte ante la adversidad:

    1. Cultive la humildad y la curiosidad.

    2. Busque el equilibrio.

    3. Tenga un corazón agradecido y optimista.

    4. Cree un plan personal para controlar el estrés.

    5. Aprenda a ceder.

    6. Céntrese en sus fortalezas.

    7. Solicite ayuda y ofrézcala cuando sea necesario.

    8. Actúe en vez de que se actúe sobre usted.

Notas

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