“Lección 110: Doctrina y Convenios 95: ‘La edificación de mi casa’”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario , 2025
“Doctrina y Convenios 95”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario
Lección 110: Doctrina y Convenios 94–97
“La edificación de mi casa”
Como parte de la restauración de Su Evangelio, Jesucristo mandó a los santos edificar un templo en Kirtland, Ohio. Meses más tarde, los santos aún no habían comenzado la construcción, y el Salvador los disciplinó con amor y reiteró Su mandamiento de edificar Su casa. Los santos lo obedecieron y trabajaron diligentemente para edificar el Templo de Kirtland. Esta lección puede ayudar a los alumnos a sentir un mayor deseo de adorar al Señor en Su templo.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
Hacer de la adoración en el templo una prioridad
A fin de ayudar a los alumnos a reflexionar sobre la importancia de adorar al Señor en Sus templos, podría ayudarlos a crear una situación hipotética de un joven ficticio que tenía planes de asistir al templo, pero que decidió no hacerlo. Una forma de hacerlo es mostrar la frase siguiente y pedir a los alumnos que completen el espacio en blanco con las razones que alguien podría dar para no asistir al templo. Analicen por qué a veces no damos prioridad a la asistencia al templo.
Si usted y los alumnos viven demasiado lejos de un templo para poder dar prioridad a la asistencia al templo, podría comenzar la lección con la autoevaluación que sigue a la actividad de completar el espacio en blanco.
Quería asistir al templo. Sin embargo, debido a , no fui.
Utiliza la escala siguiente para reflexionar sobre cuán importante crees que es adorar al Señor en el templo.
Aliente a los alumnos a buscar revelación personal durante la lección para conocer las maneras en que pueden dar prioridad a la adoración en el templo.
Si los alumnos no tienen acceso a un templo cercano, adapte la lección según corresponda para ayudarlos a sentir la importancia de prepararse para asistir al templo algún día.
El Señor disciplina a quienes ama
A finales de diciembre de 1832, el Salvador mandó a Su pueblo edificar el templo, o “una casa de Dios” (Doctrina y Convenios 88:119 ). Cuando el Señor reveló Doctrina y Convenios 95 en junio de 1833, los santos habían comprado el terreno, pero la construcción aún no había comenzado.
Lee Doctrina y Convenios 95:1–3 y busca lo que el Señor dijo a Su pueblo.
¿Qué nos enseñan esos versículos acerca de los sentimientos del Señor con respecto al templo?
¿Cómo demostró el Señor Su amor por Su pueblo?
Podría ser bueno preguntar a los alumnos si saben lo que significa “disciplinar”. Si es necesario, explique que “disciplinar” significa corregir con la intención de mejorar el comportamiento.
El Señor mandó a Su pueblo edificar un templo
Lee Doctrina y Convenios 95:4, 8–9 para conocer las razones por las que el Señor mandó a los santos edificar Su casa.
¿De qué forma serían bendecidos los santos por obedecer el mandamiento del Señor de edificar un templo?
¿Qué les prometió el Padre Celestial específicamente?
A medida que los alumnos compartan las razones por las que el Señor mandó a los santos edificar Su casa, ayúdelos a reconocer un principio como el siguiente: Jesucristo manda a Su pueblo edificar templos para cumplir la promesa del Padre Celestial de investirlos con poder .
¿Qué crees que signifique ser investidos con el poder de Dios?
Si es necesario, explique que “investir” significa conferir un don a alguien. Ser investido en el templo significa recibir un don de conocimiento y poder espirituales.
Haga preguntas que fomenten el análisis: Podría utilizar las preguntas siguientes para generar un análisis significativo en clase. Para practicar más cómo hacerlo, véase la capacitación titulada “Ayude a los alumnos a asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje ” que se encuentra en Habilidades para el desarrollo del maestro . Considere la posibilidad de practicar la habilidad “Resistir la tendencia a responder a cada comentario y pregunta e invitar a la clase a responder ”.
¿Cuáles son algunas de las diferentes maneras en que Dios podría elegir bendecirnos con Su poder por medio de Sus templos?
¿Cómo crees que el recibir el poder de Dios por medio de Su templo influiría en tu hogar, en la escuela o en otros aspectos de tu vida?
“Tendréis poder para construirla”
Lee Doctrina y Convenios 95:11–14 y busca palabras o frases que pueden haber motivado a los santos a obedecer el mandamiento del Señor de edificar un templo.
Considere dividir la clase en grupos pequeños. Podría entregar a cada grupo una copia del volante “Sacrificios hechos para edificar el Templo de Kirtland”. Invite a los alumnos a leer acerca de la construcción del Templo de Kirtland en el volante o en Santos , tomo I, El estandarte de la verdad , págs. 214–215 , 225 .
Los alumnos podrían anotar en el volante o en la pizarra algunos sacrificios que los santos hicieron por el Templo de Kirtland. Luego podrían analizar y anotar los sacrificios que nosotros podemos hacer para asistir al templo o prepararnos para adorar al Señor en Sus templos en la actualidad.
Inmediatamente después de que se recibiera la sección 95 , Hyrum Smith comenzó a despejar el campo donde se construiría el templo. La edificación del templo fue un desafío difícil. Solo había unos 150 miembros de la Iglesia en la región y no tenían la experiencia ni las habilidades para supervisar una edificación tan grande. Además, la construcción del templo suponía un esfuerzo económico para la Iglesia y los miembros. Sin embargo, se pusieron a trabajar y el Señor cumplió Su promesa de darles “poder para construirla” (Doctrina y Convenios 95:11 ). Artemus Millet, un converso de Canadá y albañil experimentado, se mudó a Kirtland y supervisó la construcción. Otro converso, John Tanner, brindó ayuda económica en un momento crítico. Hombres, mujeres y niños de la región contribuyeron con tiempo, mano de obra y recursos para edificar el templo (véanse Lisa Olsen Tait y Brent Rogers, “Una casa a nuestro Dios ”, en Revelaciones en contexto , 2016, pág. 178; Santos , tomo I, El estandarte de la verdad , págs. 214–215).
¿Cuáles son algunos de los sacrificios que hicieron los santos para edificar el Templo de Kirtland? ¿Qué te llama la atención de esos sacrificios?
¿Cuáles son algunos de los sacrificios que podemos hacer para asistir a la Casa del Señor?
Después de darles suficiente tiempo, pida a los alumnos que compartan lo que aprendieron. Con espíritu de oración, piense en un momento en el que pueda compartir con los alumnos la declaración siguiente del presidente Nelson que reitera la importancia de hacer sacrificios para adorar al Señor en el templo.
El presidente Russell M. Nelson nos bendijo a fin de que hiciéramos un sacrificio para adorar en el templo:
Mis queridos hermanos y hermanas, la construcción de estos templos tal vez no cambie su vida, pero su tiempo en el templo de seguro lo hará. Con ese espíritu, los bendigo para que reconozcan aquellas cosas que deben dejar a un lado para que puedan pasar más tiempo en el templo (Russell M. Nelson, “Trabajemos hoy en la obra ”, Liahona , mayo de 2018, pág. 119).
¿Cómo has sido bendecido tú, u otras personas que conoces, al hacer sacrificios para adorar al Señor en Su templo?
Si ha tenido experiencias al adorar al Señor en Su templo, podría relatar las maneras en que el Señor lo ha bendecido como resultado. Si usted o algún alumno no han tenido la oportunidad de asistir al templo, el video “Los templos son un faro ” (2:50) puede ayudar a los alumnos a sentir el deseo de adorar al Señor en el templo, sin importar el sacrificio.
2:50
Los alumnos podrían beneficiarse de anotar sus respuestas a las preguntas siguientes en su diario de estudio. Luego podría invitar a los alumnos que así lo deseen a compartir sus ideas.
¿Cómo crees que las enseñanzas de Doctrina y Convenios 95 pueden aplicarse a ti en la actualidad?
¿Qué has aprendido acerca de la importancia de adorar al Señor en Sus templos?
Lucy Mack Smith, la madre del profeta José Smith, recordó: “Se convocó una reunión de consejo en la que José pidió a los hermanos que, uno por uno, se levantaran y expresaran su parecer, y al concluir ellos él les diría su opinión […]. Algunos pensaban que sería mejor construir una casa con estructura de madera. Otros opinaban que una casa de madera era demasiado costosa […] y la mayoría acordó construir una cabaña de troncos, e hicieron sus cálculos de lo que podían hacer para construirla. José se levantó y les recordó que no iban a construir una casa para ellos mismos ni para hombre alguno, sino una casa para Dios, y dijo: ‘Hermanos, ¿construiremos con troncos una casa a nuestro Dios? No, hermanos. Tengo una idea mejor. Tengo el plan de la Casa del Señor que Él mismo ha dado. Ustedes verán en ello la diferencia entre nuestros planes y Su idea de las cosas’”. El Profeta les mostró entonces el “plano completo de la Casa del Señor en Kirtland”, y los hermanos quedaron encantados. Al terminar la reunión, fueron hasta el lugar de la obra y comenzaron a trabajar: retiraron una cerca, limpiaron el terreno y cavaron una zanja para el muro (“Lucy Mack Smith, History, 1844–1845”, libro 14, páginas 1–2 , josephsmithpapers.org ; se estandarizaron la ortografía, la puntuación y el uso de las mayúsculas).
Isaías profetizó que, antes de la segunda venida de Jesucristo, el Señor haría “su obra, su extraña obra, y para hacer su labor, su extraña labor” (Isaías 28:21 ). La “obra extraña” que menciona Isaías, y que se reafirmó en la revelación registrada en Doctrina y Convenios 95 , se refiere a la restauración del Evangelio (véanse Doctrina y Convenios 95:4 ; 101:95 ). Como parte de esa obra, el Señor prometió “derram[ar] [Su] Espíritu sobre toda carne” (Doctrina y Convenios 95:4 ; véase también Joel 2:28–32 ). Las personas que no creen en visitaciones celestiales, revelaciones, visiones, dones del Espíritu y otras manifestaciones espirituales pueden ver el Evangelio restaurado como algo “extraño”.
“Pocos días después [de que se recibió la revelación que está registrada en Doctrina y Convenios 95 ], el Señor cumplió Su promesa, dando a José Smith y a sus consejeros de la Primera Presidencia una visión extraordinaria en la cual observaron planos detallados para el templo. Frederick G. Williams, el Segundo Consejero de la Primera Presidencia, comentó más adelante: ‘José [Smith] recibió la palabra del Señor de llevar a sus dos consejeros, [Frederick G.] Williams y [Sidney] Rigdon, y presentarse ante el Señor, y Él les mostraría el plano o modelo del edificio que había que construir. Nos pusimos de rodillas, invocamos al Señor y el edificio apareció al alcance de nuestra vista, siendo yo el primero en descubrirlo. Luego todos lo vimos a la vez. Después de ver bien el exterior, el edificio pareció aproximarse y nos encontramos en él’ [Frederick G. Williams, citado por Truman O. Angell, en Truman Osborn Angell, en “Autobiography 1884”, págs. 14–15, Archivos de la Iglesia, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Salt Lake City, Utah]” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith , 2007, pág. 287).
La investidura de la que se habla en la revelación registrada en Doctrina y Convenios 95 no es idéntica a las ordenanzas de investidura que se administraron en los templos posteriormente. La investidura que recibieron los miembros de la Iglesia en Kirtland, Ohio, incluía algunas ordenanzas similares a las que se efectúan hoy en día en los templos, pero también incluía ocasiones en las que el Señor derramaba Su Espíritu y los investía con poder espiritual (véanse Doctrina y Convenios 109 ; 110 y Temas de la historia de la Iglesia, “Investidura de poder ”, Biblioteca del Evangelio). La primera investidura del templo completa en esta dispensación la presentó el profeta José Smith en Nauvoo, Illinois, en mayo de 1842. Incluía parte de lo que se administraba en Kirtland, pero también muchos componentes adicionales.
Usted podría ayudar a los alumnos a aprender acerca del carácter del Salvador al explicarles por qué nos disciplina. Después de analizar lo que significa disciplinar, los alumnos podrían escudriñar los versículos siguientes y buscar las razones por las que el Salvador disciplina a Su pueblo:
Pida a los alumnos que reflexionen sobre cómo suelen reaccionar cuando son disciplinados. Luego podría pedirles que mencionen las maneras en que podemos reaccionar con fidelidad cuando el Señor nos discipline.
Para obtener más información sobre la disciplina, véase el discurso del élder D. Todd Christofferson “Yo reprendo y disciplino a todos los que amo ”, Liahona , mayo de 2011, págs. 97–100; o el video “La voluntad de Dios ” (3:02) en LaIglesiadeJesucristo.org .
3:2
Esta actividad puede ayudar a los alumnos a que comprendan la importancia de guardar los mandamientos del Señor. Usted podría invitarlos a describir lo que piensan que significa la frase “anda[r] en tinieblas al mediodía”. Luego podría analizar las preguntas siguientes:
El ignorar el mandamiento del Señor de edificar un templo, ¿cómo podría ser similar a “anda[r] en tinieblas al mediodía”?
¿En qué sentido andamos nosotros “en tinieblas al mediodía” si escogemos no hacer caso a otros mandamientos? (véase también Doctrina y Convenios 95:12 ).
Esta actividad puede ayudar a los alumnos a aprender más acerca de Jesucristo al centrarse en Sus títulos. Invítelos a buscar los títulos del Salvador en Doctrina y Convenios 95:7, 17 . Los alumnos pueden compartir lo que aprenden acerca del Salvador a partir de esos títulos.
Si fuera necesario, explique lo siguiente:
En el versículo 7 , el Señor da una interpretación de lo que significa el nombre “Señor de Sabaot”. Sabaot es un vocablo hebreo que significa “huestes” o “ejércitos”. Las huestes incluyen los ejércitos angelicales del cielo (véase Bible Dictionary, “Sabaoth ”).
De acuerdo con José Smith, la palabra Ahmán es el nombre de Dios en el idioma puro de Adán, e “Hijo Ahmán” (versículo 17 ) es el nombre del Hijo de Dios, Jesucristo (véase The Joseph Smith Papers, Documents, Volume 2: July 1831–January 1833 , edición de Matthew C. Godfrey y otros, 2013, págs. 213–215). También explicó que Ahmán significa “el primer hombre o el primer Dios” (“Minutes, 5 de abril de 1844 ”, pág. 84, josephsmithpapers.org ; véase también Doctrina y Convenios 78:20 ).
Alphus (Alfa) y Omegus (Omega) son la primera y la última letra del alfabeto griego. Describen “la naturaleza de Cristo que todo lo abarca, quien es el primero y el último, el principio y el fin” (Bible Dictionary, “Alpha ”).