Lección 1
Una obra maravillosa y un prodigio
Introducción
A lo largo de la historia, el Padre Celestial ha finalizado los períodos de apostasía al llamar profetas que reciben la autoridad divina para restaurar la plenitud del Evangelio y establecer la Iglesia de Jesucristo. José Smith fue el profeta de nuestra dispensación. La comprensión de cómo Dios dirige a Su pueblo y establece Su iglesia mediante profetas ayudará a los alumnos a desarrollar un aprecio más profundo de la necesidad de una Restauración, así como una mayor capacidad de enseñar a otras personas acerca de ella.
Lectura preparatoria
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M. Russell Ballard, “El milagro de la Santa Biblia”, Liahona, mayo de 2007, págs. 80–82.
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Gordon B. Hinckley, “En el cenit de los tiempos”, Liahona, enero de 2000, págs. 87–90.
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Neal A. Maxwell, “Desde el principio”, Liahona, enero de 1994, págs. 19–22.
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Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional, 2004, págs. 31–36.
Sugerencias para la enseñanza
Amós 8:11–12; José Smith—Historia 1:5–10
La Gran Apostasía y la necesidad de la Restauración
Para comenzar la clase, escriba lo siguiente en la pizarra:
Pida a un alumno que lea en voz alta Amós 8:11–12, y a los demás alumnos que sigan la lectura en silencio y que descubran de qué manera la palabra hambre se usa como símbolo.
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¿Qué tipo de hambre profetizó Amós que habría? (Escriba las respuestas de los alumnos en la pizarra, junto a “Hambre =”).
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¿Qué profetizó Amós que harían las personas debido a esa hambre?
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¿Qué evidencias han visto en el mundo de que ha habido hambre de “oír la palabra de Jehová”? (Amós 8:11).
Explique que aunque la profecía que se encuentra en Amós 8:11–12 probablemente se ha cumplido varias veces a lo largo de la historia, un cumplimiento importante se conoce como la Gran Apostasía. Si lo desea, sugiera a los alumnos que escriban Apostasía, incluso la Gran Apostasía en el margen de su ejemplar de las Escrituras, junto a Amós 8:11–12.
Muestre la siguiente declaración e invite a un alumno a leerla en voz alta. Pida a los alumnos que busquen algunos de los factores que contribuyeron a la Gran Apostasía.
“Después de la muerte de Jesucristo, gente inicua persiguió a los apóstoles y a los miembros de la Iglesia, y mató a muchos de ellos. Con la muerte de los apóstoles, las llaves del sacerdocio y la autoridad presidente del sacerdocio fueron quitadas de la tierra. Los apóstoles habían conservado puras las doctrinas del Evangelio, habían mantenido el orden y establecido las normas de dignidad para los miembros de la Iglesia. Sin los apóstoles, y con el paso del tiempo, las doctrinas se corrompieron y se hicieron cambios no autorizados en la organización y en las ordenanzas del sacerdocio de la Iglesia, como el bautismo y el otorgamiento del don del Espíritu Santo.
“Sin revelación ni autoridad del sacerdocio, la gente se apoyó en la sabiduría humana para interpretar las Escrituras y los principios y las ordenanzas del evangelio de Jesucristo. Se enseñaban ideas falsas como si fuesen verdaderas; se perdió gran parte del conocimiento del carácter y de la naturaleza verdaderos de Dios el Padre, de Su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo. Las doctrinas de la fe en Jesucristo, del arrepentimiento, del bautismo y del don del Espíritu Santo se tergiversaron o se olvidaron. La autoridad del sacerdocio que se dio a los apóstoles de Cristo ya no se encontraba sobre la tierra” (Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional, 2004, pág. 35).
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Según esta afirmación, ¿cuáles fueron algunos de los factores que contribuyeron a la Gran Apostasía?
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¿Por qué es esencial comprender que realmente ocurrió la Gran Apostasía? (Los alumnos quizás utilicen palabras diferentes, pero asegúrese de que reconozcan el siguiente principio: El saber que hubo una Gran Apostasía puede ayudarnos a reconocer la necesidad de la Restauración del evangelio).
Explique que durante ese período de apostasía, el Padre Celestial continuó ejerciendo Su influencia en el mundo mediante la luz de Cristo, que se da “a todo hombre” (Moroni 7:16), y por medio del poder del Espíritu Santo, que da testimonio de que el Evangelio es verdadero (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Espíritu Santo”, escrituras.lds.org). Él inspiró a hombres y mujeres de muchas culturas que buscaron Su ayuda durante ese tiempo. Los reformadores cristianos como Martín Lutero y William Tyndale trabajaron para ayudar a los cristianos a vivir más apegados a los ideales que encontraban en la Biblia. Los esfuerzos de los reformadores, filósofos e incluso estadistas de Europa y América del Norte condujeron a un mayor énfasis en la dignidad humana y la libertad religiosa en muchas partes del mundo. A pesar de esos importantes avances, Dios todavía no había restaurado Su iglesia en su plenitud. (Véase Predicad Mi Evangelio, págs. 45–46).
Muestre la siguiente declaración del presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) y pida a un alumno que la lea en voz alta:
“…Los cielos permanecieron sellados durante siglos. Varios hombres y mujeres buenos —personas realmente grandiosas y maravillosas— trataron de corregir, fortalecer y mejorar su sistema de adoración y el conjunto de su doctrina. A ellos rindo honor y respeto. El mundo es un lugar mejor debido a sus acciones valientes. Aunque considero que su obra fue inspirada, no se vio favorecida con la abertura de los cielos ni con la aparición de la Deidad” (“El maravilloso fundamento de nuestra fe”, Liahona, noviembre de 2002, pág. 80).
Recuerde a los alumnos que en 1820 el joven José Smith estaba buscando la verdadera Iglesia pero no podía hallarla. Pida a los alumnos que lean en silencio José Smith—Historia 1:5–10 y que busquen frases que describan las circunstancias difíciles causadas por la Gran Apostasía.
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¿Cuáles son algunas de las frases que utilizó José Smith para referirse a los desafíos espirituales de su época?
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¿Cómo describió José los sentimientos que tuvo como resultado de la agitación religiosa que había a su alrededor?
Recuerde a los alumnos que la búsqueda de la verdad por parte de José Smith resultó en la Primera Visión y en su llamamiento como profeta. (Esto se va a tratar en la siguiente lección). Señale que el llamamiento del profeta José Smith y la Restauración del evangelio siguieron un modelo establecido por Dios que se ha repetido a lo largo de la historia. Por ejemplo, el llamamiento de Enoc (véase Moisés 6:26–32) y el de Noé (véase Moisés 8:17–20) siguieron ese modelo. Muestre la siguiente explicación de ese modelo y pida a un alumno que la lea en voz alta:
“En la historia bíblica se han registrado muchos casos en los que Dios habla a los profetas, y también se hallan muchos casos de apostasía. Para dar fin a cada período de apostasía general, Dios ha demostrado Su amor hacia Sus hijos al llamar a otro profeta y darle la autoridad del sacerdocio para restaurar y enseñar de nuevo el evangelio de Jesucristo. Básicamente, el profeta actúa como mayordomo para supervisar a los miembros de la familia de Dios aquí en la tierra. A los períodos dirigidos bajo la responsabilidad profética se les llama ‘dispensaciones’” (Predicad Mi Evangelio, pág. 33; véase también la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Dispensaciones”).
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¿De qué manera sigue la Restauración del evangelio por medio de José Smith un patrón visto en dispensaciones anteriores? (Los alumnos quizás utilicen diferentes palabras, pero asegúrese de que reconozcan la siguiente doctrina: Después de períodos de apostasía general, Dios llama a profetas y les da autoridad para restaurar y enseñar el Evangelio de nuevo. Los alumnos también deben comprender esta doctrina: José Smith fue llamado por Dios para restaurar el Evangelio para nuestra dispensación).
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El entender ese modelo, ¿cómo podría ayudarles a explicar la Restauración del evangelio a alguien de otra religión?
Recalque que en la Primera Visión, José Smith aprendió que no existía ninguna Iglesia verdadera sobre la tierra y que la plenitud del evangelio de Cristo debía ser restaurada. Aunque la Biblia contiene profecías de la Gran Apostasía, la evidencia más importante de que esta apostasía ocurrió es el hecho de que José Smith fue llamado a ser un profeta y que la plenitud del Evangelio fue restaurada.
2 Nefi 27:25–26; Doctrina y Convenios 1:12–30
La Restauración del evangelio es “una obra maravillosa y un prodigio”
Explique que las Escrituras relatan algunas de las razones del Señor para restaurar Su evangelio a la tierra en los últimos días.
Pida a los alumnos que lean en silencio la profecía de Isaías acerca de la Restauración, que se encuentra en 2 Nefi 27:25–26, y que busquen la descripción que dio el Señor de la condición espiritual del mundo al tiempo de la Restauración. Si lo desea, puede sugerir que los alumnos marquen las palabras y frases que describen esas condiciones espirituales. (Nota: Una de las maneras más útiles para que los alumnos capten y retengan lo que aprenden de las Escrituras es marcar las palabras y frases importantes). Después de darles suficiente tiempo, pida a los alumnos que compartan lo que hayan aprendido.
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¿Por qué piensan que a la Restauración del evangelio se le considera “una obra maravillosa y un prodigio”?
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¿Qué consideran que sea “maravilloso” y “prodigioso” acerca de la Restauración? (A medida que los alumnos respondan, señale que la Restauración del evangelio como una “obra maravillosa y un prodigio” es un ejemplo de un tema recurrente en Doctrina y Convenios. “Los temas son características o ideas dominantes, recurrentes y unificadoras” [véase David A. Bednar, “Una reserva de agua viva”, charla fogonera del SEI para jóvenes adultos, 4 de febrero de 2007, pág. 5, lds.org/broadcasts]).
Pida a la mitad de la clase que estudie Doctrina y Convenios 1:12–17 y que busque las razones que dio el Señor para llevar a cabo la Restauración del evangelio. Pida a la otra mitad de la clase que estudie Doctrina y Convenios 1:18–30 y que preste atención a las maneras en las que la Restauración del evangelio bendeciría a los hijos de Dios. (Nota: Doctrina y Convenios 1:30 se estudiará en mayor detalle en la lección 6).
Después de darles suficiente tiempo, pida a los alumnos que compartan lo que hayan encontrado. Asegúrese de que los alumnos comprendan la siguiente verdad: La Restauración del evangelio ayuda a los que creen en Cristo a aumentar su fe y a sobrellevar las calamidades de los últimos días.
Lea en voz alta la siguiente declaración del profeta José Smith (1805–1844):
“…[Los profetas han] mirado adelante, con gloriosa expectación, hacia el día en que ahora vivimos; e inspirados por celestiales y gozosas esperanzas, han cantado, escrito y profetizado acerca de nuestros días” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 546).
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¿Por qué los profetas del pasado habrán mirado adelante hacia nuestros días? (Una idea que es probable que los alumnos descubran es que la Restauración se extenderá por todo el mundo y lo preparará para la segunda venida de Jesucristo).
Muestre la siguiente declaración del presidente Gordon B. Hinckley y pida a varios alumnos que se turnen para leerla en voz alta:
“Hermanos y hermanas, ¿se dan cuenta de lo que poseemos? ¿Reconocen el lugar que ocupamos en el gran drama de la historia humana? Lo que ocurre ahora es el punto central de todo lo que ha ocurrido antes…
“…La obra de los últimos días del Todopoderoso, de la que hablaron los antiguos, de la que profetizaron apóstoles y profetas, ha llegado. Está aquí. Por alguna razón que desconocemos, pero en la sabiduría de Dios, hemos tenido el privilegio de venir a la tierra en esta gloriosa época…
“Tomando en consideración lo que tenemos y lo que sabemos, debemos ser mejores personas de lo que somos; debemos ser más semejantes a Cristo, perdonar más, y ser de más ayuda y consideración para aquellos que nos rodean.
“Nos encontramos en el cenit de los tiempos, sobrecogidos por un grandioso y solemne sentimiento del pasado. Ésta es la dispensación final y última hacia la cual han señalado todas las anteriores. Doy testimonio de la realidad y la veracidad de estas cosas” (“En el cenit de los tiempos”, Liahona, enero de 2000, págs. 89–90).
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¿Qué pensamientos y sentimientos despierta en ustedes la declaración “Nos encontramos en el cenit de los tiempos”?
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Si no es demasiado personal, comparta una experiencia de su vida que haya fortalecido su testimonio del evangelio restaurado de Jesucristo.
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¿Qué podemos hacer para demostrar nuestra gratitud por la Restauración del evangelio?
Material de lectura para el alumno
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Isaías 29:13–14; Amós 8:11–12; 2 Nefi 27:1–5, 25–26; Doctrina y Convenios 1:12–30; José Smith—Historia 1:5–10.
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Gordon B. Hinckley, “En el cenit de los tiempos”, Liahona, enero de 2000, págs. 87–90.