¿Cómo funciona un grupo de misioneros retornados?
Los grupos de misioneros retornados funcionan como un consejo; no hay maestros ni expertos. En lugar de ello, seguimos los materiales tal como se han redactado. Con la guía del Espíritu nos ayudaremos mutuamente de la siguiente manera:
Contribuyendo por igual a los análisis y las actividades. Nadie debe dominar la conversación, ni siquiera el facilitador.
Estimándonos y apoyándonos los unos a los otros. Demostrando interés, haciendo preguntas y aprendiendo los unos acerca de los otros. Demostrando respeto por los sentimientos de los demás y creando un ambiente seguro donde todos se sientan cómodos para compartir.
Compartiendo comentarios positivos y relevantes.
Haciendo compromisos y cumpliendo con ellos.
El presidente M. Russell Ballard enseñó: “No hay ningún problema en la familia, el barrio o la estaca que no pueda ser resuelto si buscamos soluciones a la manera del Señor por consejo —consejo de verdad— de unos para con los otros” (El divino sistema de consejos , edición revisada, 2013, pág. 4).
En Doctrina y Convenios 88:122 leemos: “Nombrad de entre vosotros a un maestro; y no tomen todos la palabra al mismo tiempo, sino hable uno a la vez y escuchen todos lo que él dijere, para que cuando todos hayan hablado, todos sean edificados de todos y cada hombre tenga igual privilegio” (cursiva agregada).
¿Qué ha aprendido en otros consejos acerca de la importancia de analizar y dejar que todos hablen?
El proceso del grupo es sencillo; solo tienen que seguir los materiales. Cuando vea estos mensajes, siga las instrucciones:
Leer: Una persona lee en voz alta a todo el grupo.
Ver: Todo el grupo ve un video (el facilitador lo descarga con antelación).
Analizar: Los miembros del grupo comparten pensamientos sobre la pregunta planteada.
Actividad: Los miembros del grupo trabajan de manera individual o con otros.
Meditar: Cada persona, en silencio, considera, medita y escribe durante unos dos o tres minutos
Comprométase: Los miembros del grupo prometen de manera individual cumplir durante la semana con los compromisos que les ayudarán a progresar.
Informar: Los miembros del grupo comparten las experiencias que han tenido al trabajar con los compromisos.
Usted puede lograr grandes cosas con la ayuda de otras personas. Por ejemplo, los misioneros tienen compañeros que los apoyan. En nuestro grupo tenemos “compañeros de acción”. Cada semana elegiremos a un compañero de acción y trabajaremos con él. Los compañeros de acción se ayudan mutuamente a cumplir los compromisos al:
Llamarse por teléfono o enviarse mensajes de texto durante la semana.
Animarse mutuamente a cumplir con los compromisos.
Deliberar juntos sobre los desafíos.
Orar el uno por el otro.
El manual Mi plan para misioneros retornados se encuentra también en la aplicación Biblioteca del Evangelio, dentro de la carpeta Jóvenes adultos, o se puede descargar de srs.lds.org/mcm-beta en forma de documento PDF. Algunos grupos tal vez usen la aplicación de manera exclusiva en vez del manual impreso; otros tal vez la utilicen a modo de recurso adicional.
A lo largo de las reuniones del grupo y durante la semana se le pedirá que anote sus pensamientos, ideas e impresiones espirituales. Lleve un diario de estudio a las reuniones de grupo cada semana ; podría tratarse de un cuaderno o un dispositivo electrónico para anotar sus pensamientos e ideas.
¿Cuál es el paso siguiente en mi vida?
Recientemente sirvió al Señor como misionero. La repercusión de su servicio es inconmensurable. Durante la misión usted participó activamente en enseñar la doctrina de Cristo, invitar almas a venir a Cristo y pedir a los investigadores que ejercieran gran fe.
¿Qué ejemplos vio en la misión de personas que actuaron con fe y confiaron en Dios? ¿Qué pueden enseñarle esos ejemplos acerca de cómo el confiar en Dios y el actuar con fe se relacionan con un empleo, la educación y el matrimonio?
El Señor está dirigiendo “una obra grande y maravillosa” (D. y C. 6:1 ), la cual requiere de su servicio. El presidente Ballard hizo hincapié en esto con la siguiente declaración: “Lo que necesitamos actualmente es la generación más grandiosa de jóvenes adultos de la historia de la Iglesia. Necesitamos todo su corazón y toda su alma” (“La generación más grandiosa de jóvenes adultos”, Liahona , mayo de 2015, pág. 68 ). Aunque tal vez piense que los días de su misión pertenecen al pasado, en realidad no es así.
El Señor ha preparado Su plan de felicidad para usted. Él lo bendecirá a medida que usted lo acepte plenamente. Él lo ha bendecido con dones y talentos especiales que le permitirán llegar a ser todo lo que Él desea para usted. Usted puede cumplir con su misión aquí en la tierra si es diligente en su búsqueda para entender y obedecer Su voluntad. Este librito le ayudará a descubrir y cumplir con su propósito como discípulo de Jesucristo, además de ayudarle a llegar a ser autosuficiente espiritual y temporalmente.
El Salvador ha prometido ayudarlo con todo lo que sea necesario en su vida si tiene fe y obedece Su palabra. Él dijo a Sus discípulos: “… no podéis servir a Dios y a las riquezas”. Y entonces preguntó: “Y por el vestido, ¿por qué os afanáis?… vuestro Padre Celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas” (Mateo 6:24, 28, 32 ). Entonces procedió a señalarnos el camino, diciendo: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33 ).
¿Cómo se integra el propósito de su vida en el plan de felicidad de Dios?
El élder Jeffrey R. Holland compartió lo siguiente acerca de su llamado como misionero retornado: “El llamado es para que regresen, para que permanezcan fieles, amen a Dios y den una mano de ayuda. En ese llamado a la fidelidad constante incluyo a todo misionero retornado… Nuestro Padre Celestial espera el amor y la lealtad de ustedes en toda etapa de su vida.
“A todos los que estén al alcance de mi voz, la voz de Cristo suena a través del tiempo preguntándonos a cada uno, mientras aún hay tiempo: ‘¿Me amas?’. Y por cada uno de nosotros, respondo con mi honor y con mi alma: ‘Sí, Señor, te amamos’. Y habiendo puesto la ‘mano en el arado’, nunca miraremos atrás hasta que esta obra esté terminada y el amor por Dios y el prójimo prevalezca en el mundo” (véase “El primer y grande mandamiento”, Liahona , noviembre de 2012, pág. 85 ).
¿Qué significa para usted tener una “fidelidad constante”?
Las Escrituras nos enseñan que debemos orar “con toda la energía de [nuestros] corazones”, a fin de que lleguemos a ser más como nuestro Salvador (Moroni 7:48 ). Ciertamente, el Señor espera de nosotros que impulsemos Su obra al llegar a ser como Él y al ayudar a los demás a hacer lo mismo. Como misionero retornado que es, esa debe ser su meta. Un fundamento esencial para lograrla es ser capaz de ser independiente, tanto temporal como espiritualmente, es decir: ser autosuficiente. Dios nos ha mandado que lleguemos a ser autosuficientes.
Ser autosuficiente consiste en ser responsable del desarrollo de sus aptitudes y proveer para usted mismo a la vez que sigue prestando servicio a los demás. Eso se consigue mediante el ejercicio de la fe y al confiar en el Salvador y Su expiación, obedecer Sus mandamientos, mejorarnos nosotros mismos y ayudar a los demás a ser mejores. Cuando llegamos a ser autosuficientes espiritual y temporalmente estamos más preparados para servir a los demás y ayudar al Señor a cumplir con Su obra de llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre (véase Moisés 1:39 ).
¿Qué puede hacer ahora para ser más autosuficiente espiritual y temporalmente?
Crear una nota
“Anota las cosas importantes que aprendas del Espíritu y guarda esas anotaciones en un lugar seguro. Descubrirás que al anotar tus preciadas impresiones, a menudo se te ocurrirán más. Además, el conocimiento que obtengas estará a tu disposición por el resto de tu vida. Esfuérzate siempre para reconocer y seguir la dirección del Espíritu, sea de día o de noche, dondequiera que estés y sin importar lo que estés haciendo”.
Richard G. Scott, “Cómo adquirir conocimiento y la entereza de utilizarlo con sabiduría”, Liahona , agosto de 2002, págs. 13-14 .
¿Cómo puede usted demostrar una mayor confianza en el Señor?
Si participó en Mi plan durante la misión, repase su plan de nuevo. En caso contrario, repase la hoja de trabajo que hay al final del manual. ¿Qué le invita a hacer el Espíritu? Dedique un momento a anotar esas impresiones y comprométase a cumplir con ellas.
Comparta lo que haya aprendido hoy con otro misionero retornado, otro joven adulto soltero o un familiar.
Lleve un diario de estudio a las reuniones de grupo la semana siguiente.
Seleccione un compañero de acción para esta semana y dediquen un par de minutos a compartir el uno con el otro los compromisos en los que han sentido que deben trabajar. Decidan cómo van a realizar el seguimiento el uno con el otro durante la semana.
Ofrezcan la última oración.