Romanos 7–12
“[E]l Libertador […] quitará […] la impiedad”
A veces, en nuestro trayecto por la vida, podríamos sentirnos desanimados o frustrados cuando no estamos a la altura de quienes deberíamos ser. Con sentimientos similares de frustración, el apóstol Pablo exclamó: “¡Miserable de mí!” (Romanos 7:24). A pesar de las debilidades que experimentamos en la vida terrenal, podemos tener esperanza y paz conforme depositamos nuestra confianza en Jesucristo. Esta lección te ayudará a ejercer mayor fe en Jesucristo para superar tus debilidades.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
Lidiar con las debilidades de la vida mortal
Tadeo es miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Él quiere seguir a Jesucristo, pero siente que la mayor parte del tiempo no le va tan bien como debería. A menudo se siente culpable debido a sus debilidades y le preocupa no ser lo suficientemente bueno.
Piensa en cómo, a veces, podrías sentirte como Tadeo.
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¿Cómo pueden influir estos sentimientos en tu relación con el Padre Celestial y Jesucristo, así como con otras personas?
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¿Por qué sería importante buscar ayuda del Padre Celestial y de Jesucristo para superar tus debilidades e imperfecciones?
El presidente Russell M. Nelson enseñó que “[e]l Señor comprende nuestra debilidad mortal —todos vacilamos a veces—, pero también conoce nuestro gran potencial” (véase “Cristo ha resucitado; la fe en Él moverá montes”, Liahona, mayo de 2021, pág. 102). Mientras estudias esta lección, recuerda lo que enseñó el presidente Nelson y busca verdades que puedan ayudarte cuando reconozcas las debilidades propias de la vida mortal. Reflexiona sobre cómo estas verdades pueden aumentar tu fe en que Jesucristo puede ayudarte.
El apóstol Pablo también experimentó sentimientos de debilidad y la lucha entre la “carne” ( Romanos 7:18), o los apetitos físicos, y “el hombre interior” ( versículo 22), o la espiritualidad.
Lee Romanos 7:14, 18–19, 24–25 y la Traducción de José Smith de estos versículos, que se encuentra en la sección “Traducción de José Smith” en el apéndice de la Biblia. Busca palabras y frases que describan los pensamientos y sentimientos de Pablo. Si lo deseas, marca lo que encuentres. Ten en cuenta que, en el versículo 24 , “muerte” se refiere a la muerte espiritual o a la separación de Dios que se produce debido al pecado.
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¿De qué manera los pensamientos y sentimientos de Pablo son similares a los que tú puedes haber tenido?
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¿Qué verdades enseñó Pablo?
Una verdad que puedes haber reconocido a partir de estos versículos es que Jesucristo puede librarnos del cautiverio del pecado. Si lo deseas, anota esta verdad al lado de Romanos 7:24–25 .
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Al igual que sucedió con Pablo, ¿por qué recordar esta verdad mientras luchas con tus propias debilidades podría ayudarte a sentir más esperanza?
El Libro de Mormón es una poderosa herramienta que podemos utilizar para fortalecer nuestra comprensión de las verdades que se enseñan en la Biblia (véanse 1 Nefi 13:40 ; 2 Nefi 3:12).
Por ejemplo, en 2 Nefi 4 , Nefi compartió enseñanzas similares a las de Pablo, las cuales acabas de estudiar en Romanos 7 . Ten en cuenta que varias notas al pie de página en Romanos 7 correlacionan esos pasajes con 2 Nefi 4. Usar las notas al pie de página puede ser una manera útil de encontrar pasajes del Libro de Mormón que se relacionen con lo que estás estudiando en la Biblia.
Lee 2 Nefi 4:17–20, 26–32 y presta atención a la forma en que Nefi expresó sentimientos similares a los de Pablo.
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¿Cuáles de las palabras o frases de Nefi fueron más significativas para ti? ¿Por qué?
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¿Cómo podrían las enseñanzas de Nefi ayudarte a sentirte más cerca del Padre Celestial y Jesucristo cuando luchas con debilidades o dudas sobre ti mismo?
Usar el Libro de Mormón para entender mejor la verdad
Al igual que 2 Nefi 4 mejoró tu estudio de las enseñanzas de Pablo que se encuentran en Romanos 7 , hay muchos otros pasajes del Libro de Mormón que pueden ayudarte a comprender y apreciar mejor las enseñanzas de Pablo.
Practica cómo usar el Libro de Mormón para mejorar tu comprensión de las enseñanzas de Pablo; para ello, escoge dos o más de los siguientes pasajes de Romanos y léelos. Luego, compáralos con sus pasajes asociados del Libro de Mormón (o busca tus propios pasajes del Libro de Mormón relacionados usando la Guía para el Estudio de las Escrituras). Presta atención a la forma en que los pasajes del Libro de Mormón confirman o aclaran las verdades que se enseñan en Romanos.
Romanos |
Libro de Mormón |
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¿De qué manera fortalecen los pasajes del Libro de Mormón tu comprensión de las enseñanzas de Pablo que se encuentran en Romanos?
Reflexiona sobre tu experiencia en cuanto a la manera en que el Libro de Mormón puede ayudarte en tu estudio de la Biblia. Procura utilizar el Libro de Mormón para ayudarte a medida que continúas tu estudio del Nuevo Testamento.
Comentarios e información de contexto
¿Cómo puede Jesucristo ayudarme a vencer las debilidades propias de la vida terrenal?
Durante su servicio en la Primera Presidencia, el presidente Dieter F. Uchtdorf enseñó lo siguiente:
Muchas personas se sienten desalentadas porque fallan constantemente. Saben por experiencia propia que “el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” [ Mateo 26:41 ]. Ellos elevan su voz junto con Nefi para proclamar: “Mi alma se aflige a causa de mis iniquidades” [ 2 Nefi 4:17 ] […].
Cuando pienso en lo que hizo el Salvador poco antes de ese primer domingo de Pascua, ¡deseo elevar mi voz en alabanzas al Más Alto Dios y a Su Hijo Jesucristo!
¡Las puertas del cielo están abiertas!
¡Las ventanas de los cielos están abiertas!
Ahora y para siempre jamás, la gracia de Dios está al alcance de todos los de corazón quebrantado y espíritu contrito [véase 3 Nefi 9:19–20 ]. Jesucristo ha despejado el camino a fin de que ascendamos a alturas incomprensibles para la mente mortal [véase 1 Corintios 2:9 ].
(Dieter F. Uchtdorf, “El don de la gracia”, Liahona, mayo de 2015, pág. 110)
¿Cómo es que la Biblia y el Libro de Mormón se complementan y muestran el amor de Dios por nosotros?
El presidente Harold B. Lee (1899–1973) enseñó:
… [N]uestro eterno Padre Celestial, que siempre se interesa por el bienestar espiritual de Sus hijos, nos ha dado un libro de Escrituras, conocido como el Libro de Mormón, que sirve como compañero de la Biblia y como defensa de las verdades bíblicas que escribieron y pronunciaron los profetas de acuerdo con las instrucciones del Señor […].
… Por medio de este segundo testigo podemos saber con mayor certeza el significado de las enseñanzas de los profetas antiguos y, de hecho, también del Maestro y Sus discípulos cuando vivían y enseñaban entre los hombres. Eso debería inspirar a todo el que sinceramente busque la verdad a juntar estos dos sagrados tomos de Escrituras y a estudiarlos como un solo libro, y comprender, como nosotros entendemos, su verdadera relación.
(Véase Harold B. Lee, Ye Are the Light of the World, citado en Liahona, noviembre de 1984, pág. 16)
¿Por qué dijo Pablo que solo tenemos que confesar el nombre de Jesús para ser salvos?
A menudo, se cita Romanos 10:1–13 para defender la opinión de que solo necesitamos confesar el nombre de Jesucristo para ser salvos. Sin embargo, el Salvador habló específicamente en contra de esta doctrina cuando dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” ( Mateo 7:21).
Además, anteriormente en su epístola a los romanos, Pablo hizo hincapié en la importancia de la ordenanza del bautismo (véase Romanos 6:1–6) y también enseñó en cuanto a la importancia de las buenas obras y un cambio de corazón (véase Romanos 2:1, 3, 6–13, 25–29).
Por otra parte, la palabra “confesar” en Romanos 10:9 podría traducirse como “hacer convenio”, y la palabra “invocar” en Romanos 10:13 podría traducirse como “nombrar” (véase James Strong, The New Strong’s Exhaustive Concordance of the Bible, como se encuentra en http://lexiconcordance.com/greek/3670.html; http://lexiconcordance.com/greek/1941.html). Estas palabras podrían referirse a hacer convenios y tomar sobre nosotros el nombre de Cristo, lo cual concuerda con las otras enseñanzas de Pablo (véase Gálatas 3:27 ; Romanos 6:14–22) así como con los pasajes relacionados del Libro de Mormón, tales como Mosíah 5:1–9 .