Capítulo 13 1:17Jesús y la casa de Su Padre Celestial Jesús fue al templo en Jerusalén. Allí había muchas personas que habían ido a hacer un sacrificio; para hacerlo, mataban a un animal y lo quemaban sobre un altar. El sacrificio ayudaba a las personas a pensar en el Salvador, porque Él se sacrificaría a Sí mismo al sufrir y morir por ellos. Levítico 1:3–9; Juan 2:13; Moisés 5:5–7 Algunas personas no llevaban un animal para el sacrificio, pero había quienes les vendían animales en el templo. Los vendedores querían ganar mucho dinero. No pensaban en Dios. Juan 2:14 Jesús vio a las personas que vendían animales en el templo y dijo que el templo era la casa de nuestro Padre Celestial, un lugar santo. Dijo también que la gente no debía estar comprando o vendiendo cosas allí. Juan 2:16 Jesús hizo un azote, volcó las mesas, tiró el dinero en el piso y echó del templo a los vendedores. Él no les permitió hacer cosas inicuas en la casa del Padre Celestial. Juan 2:15–16