Más de un tesoro
A finales de julio de 1836, José Smith, hijo, Sidney Rigdon, Oliver Cowdery y Hyrum Smith iniciaron un viaje desde Kirtland, Ohio, en dirección al este de los Estados Unidos. Durante las semanas previas a su partida, José estaba muy preocupado por los asuntos temporales de la Iglesia. En Misuri, los santos se aferraban a su propiedad de los terrenos de los que habían sido expulsados en el condado de Jackson, como prueba de su compromiso con la edificación de Sion, pero no se sabía cómo iban a regresar. Al mismo tiempo, la Iglesia estaba abrumada por las deudas después de la construcción del Templo de Kirtland. ¿Qué se podía hacer?
Esas preocupaciones, probablemente, siguieron ocupando la mente de José Smith mientras su pequeño grupo se desplazaba a la ciudad de Nueva York y a Boston1. De acuerdo con un relato posterior, José y otros líderes habían oído hablar de un tesoro escondido en Salem, Massachusetts, y esperaban encontrarlo2. Tanto la esperanza de encontrar alivio económico como la preocupación por Sion constituyeron partes primordiales del contexto de una revelación que el Profeta recibió en Salem el 6 de agosto de 1836.
“No os preocupéis”
En la revelación, el Señor consoló a José y a sus compañeros: “No os preocupéis por vuestras deudas, porque os daré el poder de pagarlas. No os inquietéis tocante a Sion, porque obraré misericordiosamente con ella”3. La revelación indicaba que en la ciudad había muchos tesoros “para el bienestar de Sion”4. Entre los tesoros se incluían tanto recursos económicos como las bendiciones espirituales de los conversos, “a quienes recogeré a su debido tiempo”5. Los tesoros también podían incluir conocimientos importantes relacionados con “los habitantes y a los fundadores más antiguos de esta ciudad”6.
José y sus tres compañeros siguieron las instrucciones de la revelación de “[permanecer] en este lugar”7 y pasaron varias semanas en Salem, predicando y visitando lugares históricos, mientras esperaban conseguir dinero para ayudar a pagar las deudas de la Iglesia y redimir a Sion. Pero no hay ningún documento que indique que esta revelación se hubiera cumplido de algún modo cuando regresaron a Kirtland.
Todavía se desconoce lo que el Señor logró por medio del viaje de ellos a Salem. Algunas personas han supuesto que, sencillamente, el viaje no tuvo éxito. Otras personas han especulado que, quizás, la instrucción de la revelación de “[inquirir] diligentemente en lo que concierne a los habitantes y a los fundadores más antiguos de esta ciudad”8, entre los que se incluían algunos de los antepasados de José, podría haber ayudado a preparar a José para recibir revelaciones vitales sobre la obra vicaria por los muertos. Pero el registro histórico no revela nada sobre lo que José, Oliver, Sidney y Hyrum sentían acerca de la revelación cuando se marcharon de Salem.
“El debido tiempo del Señor”
Pero la revelación no se olvidó. Cinco años más tarde, durante una conferencia de la Iglesia en Filadelfia que tuvo lugar en julio de 1841, Hyrum Smith y William Law, de la Primera Presidencia, dejaron instrucciones acerca de Salem a los élderes Erastus Snow y Benjamin Winchester. Esas instrucciones incluían una copia de la revelación de agosto de 1836 y expresaban la creencia de la Primera Presidencia de que “había llegado el debido tiempo del Señor” para que se cumpliera la revelación y el pueblo de Salem se congregara en Su reino9.
Erastus Snow se mostró reacio al principio. Había estado sirviendo desde abril de 1840 en Pensilvania, Nueva Jersey y otras áreas de la costa este, con mucho éxito, y tenía previsto volver a Nauvoo en el otoño de 1841. Oró para conocer la voluntad del Señor y el Espíritu “le susurró continuamente que se dirigiera a Salem”10. Pero también tenía asuntos de los que ocuparse en Nauvoo y esperaba poder regresar allí. Es posible que le resultara difícil distinguir entre sus deseos prácticos y la inspiración del Señor.
Siguiendo una costumbre de la Biblia, el élder Snow echó a suertes la decisión de adónde debía dirigirse: a Nauvoo o a Salem. Extrajo el papel de Salem, dos veces, y se decidió a dirigirse allí lo antes posible11. Hizo arreglos para que su esposa y su hija, que habían estado viajando con él, se quedaran con su hermano en Woonsocket, Rhode Island, hasta que pudiera encontrar un lugar en Salem para ellas. Su hermano no era miembro de la Iglesia, pero “parecía estar interesado en la obra” cuando Erastus predicó en la zona, y este esperaba que su hermano aceptara el Evangelio12.
“Extraños y solos”
El 31 de agosto de 1841, Erastus Snow dejó a su familia en Rhode Island y se marchó a Boston, y allí esperó hasta el 3 de septiembre a que llegara Benjamin Winchester. Luego, los dos hombres se dirigieron a Salem. Escribió: “Llegamos, extraños y solos, pero confiando en que Dios dirigiría nuestro camino”. Esa noche, los dos misioneros rogaron con fervor “que Dios abriera el corazón de la gente para que pudieran ser escuchados”13. Al día siguiente, avanzaron con fe.
Predicaron noche y día en Boston y Salem, pero sin éxito. Después de una semana, Winchester se marchó a Filadelfia y Erastus continuó la obra en Salem en solitario, predicando allí donde le invitaban durante la semana, y los fines de semana en una sala masona alquilada. A pesar de su esfuerzo y de las grandes multitudes que asistían, pocas personas parecían realmente interesadas en su mensaje. Erastus escribió: “Aunque me anuncié en los periódicos e hice circular gratuitamente una gran cantidad de nuestros discursos por toda la ciudad, tardé mucho tiempo en conseguir que la gente se fijara en mí para algo más que, simplemente, acudir a escucharme y marcharse después”14.
La primera atención continua que Erastus Snow recibió fue una atención negativa. El reverendo A. G. Comings, un ministro bautista y editor de un periódico local, publicó artículos en contra de la Iglesia y se negó a publicar las respuestas del élder Snow. Sin embargo, con el tiempo, el reverendo Comings aceptó participar en una serie de debates con el élder Snow en noviembre15. Los debates, que duraron seis noches, hicieron que la opinión pública se volviera en contra de Comings, ya que sus argumentos eran “sobre todo ultrajes e insultos”16. El élder Snow escribió que “lo mejor de esa discusión es que llevó a muchas personas a investigar la doctrina que, de lo contrario, no la habrían considerado digna de atención. A partir de ese momento, mis reuniones tuvieron muchos más asistentes que antes”17.
“Los primeros frutos”
El 8 de noviembre de 1841, unos cinco meses después de que Hyrum Smith y William Law escribieran a Erastus Snow acerca de Salem, este “cosechó los primeros frutos de [su] labor”, cuando varias personas hicieron allí su convenio bautismal. La obra progresó rápidamente durante el invierno. A principios de febrero había 36 miembros en Salem18. En un informe que envió a Hyrum Smith y William Law, el élder Snow reflexionaba así: “Si no hubiera sabido que Jesús tenía tantas ovejas en esta ciudad, creo que me habría desanimado y no hubiera permanecido aquí para cosechar lo que había sembrado, porque este es el único lugar en el que he predicado durante tanto tiempo sin bautizar”19.
Erastus Snow organizó la rama de Salem el 5 de marzo de 1842 con 53 miembros20. En junio de 1843, la rama había aumentado hasta los 90 miembros, y algunos de ellos se mudaron a Nauvoo y otras áreas21. La fe de esos santos era muy grande y entre los dones espirituales que experimentaron hubo milagros de sanación22. En una conferencia celebrada en Boston en febrero de 1843, la rama de Salem contaba con 110 miembros. Erastus Snow también fue vital para la organización de ramas más pequeñas en otras zonas de Massachusetts, incluida la rama de Georgetown, que durante la conferencia de 1843 tenía 32 miembros23. Cuando el élder Snow y su familia se marcharon de Nueva Inglaterra en otoño de 1843, 75 miembros de “Boston y las iglesias del este” viajaron con ellos hasta Nauvoo24.
“Más de un tesoro”
En la revelación recibida en Salem el 6 de agosto de 1836, el Señor había dicho que en la ciudad había “más de un tesoro” 25 para ayudar a edificar el reino. Aunque es posible que esa promesa todavía no se haya cumplido plenamente, las personas que se unieron a la Iglesia por medio de la misión de Erastus Snow causaron un impacto muy duradero. Ayudaron a edificar la Iglesia en el área de Salem y Boston, que constituyó un área de la Iglesia muy animada y muy importante históricamente durante la década de 1840. Muchos de esos conversos se congregaron en Nauvoo, hicieron importantes contribuciones allí y luego se marcharon al oeste para ayudar a establecer la región de las Montañas Rocosas y criar allí a las siguientes generaciones de Santos de los Últimos Días26. La misión de Erastus Snow en Salem, al igual que muchas otras misiones, causó un efecto dominó de servicio y fe que siguen bendiciendo al mundo en la actualidad.
Al igual que los cuatro líderes de la Iglesia que se marcharon al este en 1836, no sabemos exactamente cuáles eran los tesoros que el Señor quería que procedieran de Salem. Pero, para Hyrum Smith y Erastus Snow, bastó con confiar en las palabras de Dios y convertirse, a Su debido tiempo, en instrumentos para ayudar a que Sus promesas se cumplieran.