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CAPÍTULO 8: CADA UNO DE NOSOTROS PUEDE AYUDAR A EDIFICAR EL REINO DE DIOS SOBRE LA TIERRA


CAPÍTULO 8

CADA UNO DE NOSOTROS PUEDE AYUDAR A EDIFICAR EL REINO DE DIOS SOBRE LA TIERRA

INTRODUCCIÓN

El establecer el reino de Dios sobre la tierra ha sido el propósito de toda dispensación del Evangelio. El reino de Dios sobre la tierra es La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y existe en cualquier lugar en que haya miembros de la Iglesia. Ayudamos a establecer el reino a medida que nos convertimos en puros de corazón (véase D. y C. 97:21), obedecemos los mandamientos de Dios y prestamos servicio con dedicación. El Señor aconsejó: “…no busquéis las cosas de este mundo, mas buscad primeramente edificar el reino de Dios, y establecer su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (TJS, Mateo 6:38).

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER

  • Si vivimos con rectitud, ayudaremos a edificar el reino de Dios.

  • Por medio de la actividad en la Iglesia, las personas y las familias se fortalecen.

  • Debemos estar dispuestos a servir dondequiera que nos encontremos.

  • A medida que prestemos servicio en el reino de Dios, recibiremos bendiciones.

CITAS Y ESCRITURAS CORROBORATIVAS

Si vivimos con rectitud, ayudaremos a edificar el reino de Dios.

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

“…Guarda mis mandamientos y procura sacar a luz y establecer la causa de Sión.

“He aquí, te hablo a ti y también a todos aquellos que tienen deseos de hacer salir a luz y establecer esta obra” (D. y C. 12:6–7).

Élder Ezra Taft Benson, en ese entonces miembro del Quórum de los Doce Apóstoles: “Mis hermanos, como élderes en Israel debemos prepararnos para extender y fortalecer las fronteras de Sión, aumentar sus estacas y edificar el reino. Dios espera que nosotros nos alistemos y nos pongamos manos a la obra, porque somos la sal de la tierra, la luz del mundo y, en mi opinión, la esperanza del mundo en virtud de que somos los representantes de la palabra revelada de Dios” (en Conference Report, abril de 1955, pág. 49).

Élder Bruce D. Porter de los Setenta:

“La oración personal, el estudio y la meditación son trascendentales para la edificación del reino dentro de nuestra alma. Es en los silenciosos momentos de meditación y comunión con el Todopoderoso que llegamos a conocerlo y a amarlo como nuestro Padre” (véase “La edificación del reino”, Liahona, julio de 2001, pág. 98).

Élder Robert D. Hales del Quórum de los Doce Apóstoles: “Cuando comprendamos nuestro convenio bautismal y el don del Espíritu Santo, cambiará nuestra vida y se asentará nuestra total lealtad al reino de Dios. Si al salirnos al paso las tentaciones prestamos atención, el Espíritu Santo nos traerá a la memoria que hemos prometido recordar a nuestro Salvador y obedecer los mandamientos de Dios” (véase “El convenio del bautismo: Estar en el reino y ser del reino”, Liahona, enero de 2001, pág. 7).

Presidente Gordon B. Hinckley, decimoquinto Presidente de la Iglesia: “El testimonio personal es el factor que hace que la gente cambie su modo de vivir al integrarse a esta Iglesia; es el elemento que motiva a los miembros a abandonarlo todo para estar al Servicio del Señor; es la voz apacible y alentadora que sostiene incesantemente a los que andan por la fe hasta el último día de su vida” (véase “El testimonio”, Liahona, julio de 1998, pág. 69).

Por medio de la actividad en la Iglesia, las personas y las familias se fortalecen.

“Y la iglesia se reunía a menudo para ayunar y orar, y para hablar unos con otros concerniente al bienestar de sus almas.

“Y se reunían con frecuencia para participar del pan y vino, en memoria del Señor Jesús.

“Y se esforzaban estrictamente por que no hubiese iniquidad entre ellos” (Moroni 6:5–7).

Élder Dallin H. Oaks del Quórum de los Doce Apóstoles: “A través de los años, mi activa participación en la Iglesia me ha dado acceso al consejo y a la inspiración de los líderes de la Iglesia en cuanto a lo que debía hacer como esposo y padre, y como líder de mi familia. Una y otra vez, en conferencias de estaca y generales, en quórumes del sacerdocio y en clases de la Escuela Dominical, he recibido enseñanzas y la inspiración de padres, madres y abuelos maravillosos y con experiencia.

“Me he esforzado por seguir esas enseñanzas a fin de mejorar mi participación en esos vínculos que perdurarán en la eternidad” (véase “El Evangelio en nuestra vida”, Liahona, julio de 2002, pág. 38).

Presidente Thomas S. Monson de la Primera Presidencia: “Hace muchos años, Joseph Lyon, de Salt Lake City, me expresó lo que aprendió en una conferencia que dio un ministro de otra religión… y procedió a relatar lo que yo he llamado el relato de la ‘brasa caliente’: describió una calurosa chimenea, en donde los pedazos de leña se habían avivado, que tenía rescoldos todavía brillantes, de los que emanaban el calor; luego observó que con una manija de bronce podía remover uno de los rescoldos calientes. El rescoldo lentamente se apagaría y se volvería negro; no brillaría más ni daría más calor; después añadió que si se ponía otra vez el rescoldo negro y frío donde estaban los pedazos encendidos de carbón, el oscuro rescoldo volvería a encenderse, a brillar y a dar calor, y finalizó de esta manera: ‘La gente es como los carbones de una fogata. Si se ausentan de la calidez y del espíritu de la participación activa en la Iglesia, no contribuirán al todo, sino que en su aislamiento, cambiará. Así como con los rescoldos que se apartan del calor de la fogata, cuando ellos [los miembros de la Iglesia] se aparten de la intensidad del espíritu que genera el ser miembros activos, perderán esa calidez y ese espíritu’ ” (véase “La orientación familiar: un servicio divino”, Liahona, enero de 1998, pág. 55).

Élder Robert L. Backman de los Setenta aconsejó que debemos fijarnos una meta para permanecer siempre activos en la Iglesia:

“[La actividad en la Iglesia] será un ancla para ustedes como nada en la tierra, ya que les dará la oportunidad de descubrir el verdadero significado de la felicidad; les dará la seguridad de saber que son parte de algo, no importa donde vayan, porque tienen hermanos que los aman y apoyan. Sabrán de la hermandad del Evangelio de Jesucristo, llegarán a conocer al Señor como su Salvador; y conservarán su testimonio ardiendo intensamente.

“Tomen en cuenta lo que tal meta hará para ustedes. Cuando vengan tentaciones, las que con seguridad vendrán, estarán preparados. Con anticipación, habrán escogido… ‘Siempre estaré activo en la Iglesia’… Cuando hayan tomado con anticipación esa [decisión básica], piensen en cuántas otras hacen al mismo tiempo: guardar la Palabra de Sabiduría, permanecer moralmente puros, asistir a las reuniones [de la Iglesia], pagar el diezmo, estudiar el Evangelio, etc. No comprometerán ningún principio importante, tendrán control sobre su vida y gozarán de la paz y de la tranquilidad que se obtienen al cumplir los mandamientos de Dios” (véase “Una generación real”, Liahona, febrero de 1981, pág. 83).

Presidente Ezra Taft Benson, decimotercer Presidente de la Iglesia: “Sean buenos ejemplos en lo referente a la actividad en la Iglesia: guarden el día de reposo, vayan a las reuniones, cumplan con la Palabra de Sabiduría, paguen los diezmos y ofrendas, apoyen a los líderes y cumplan con todos los demás mandamientos. Presten servicio en todos los llamamientos que reciban con un corazón contento y con agradecimiento. Vivan dignos de tener una recomendación para el templo y disfruten del sagrado y dulce Espíritu que se obtiene cuando se va al templo con frecuencia” (véase “A los mayores solteros de la Iglesia”, Liahona, julio de 1988, pág. 50).

Presidente David O. McKay, noveno Presidente de la Iglesia: “En la Iglesia, la participación en aumento en la actividad de la Iglesia indica el deseo de participar en lo espiritual, lo cual es la adquisición más importante del alma, y la gente joven lo desea” (en Conference Report, abril de 1961, pág. 7).

Debemos estar dispuestos a servir dondquiera que nos encontremos.

“Y he aquí, os digo estas cosas para que aprendáis sabiduría; para que sepáis que cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, sólo estáis al servicio de vuestro Dios” (Mosíah 2:17 [Dominio de las Escrituras]).

Élder Russell M. Nelson del Quórum de los Doce Apóstoles: “Aplaudo los esfuerzos de los Santos de los Últimos Días de todo el mundo que están ayudando de buena voluntad a edificar el reino de Dios. De idéntica manera, respeto a aquellos que en silencio cumplen con su deber, aunque se encuentren ‘colmados de pesar’ ” (véase “Porque nada hay imposible para Dios”, Liahona, julio de 1988, pág. 34).

Élder Marvin J. Ashton del Quórum de los Doce Apóstoles: “Algunos llamamientos en la Iglesia pueden parecer insignificantes y sin valor en el momento, pero con cada asignación que cumplamos bien, crecerá nuestro amor por el Señor. Aprendemos a amar a Dios a medida que lo servimos” (“Servimos lo que amamos”, Liahona, agosto de 1981, pág. 35).

Presidente Boyd K. Packer, Presidente en Funciones del Quórum de los Doce Apóstoles: “Yo percibo dos tipos de servicio: uno es el que prestamos cuando se nos llama a servir en la Iglesia; el otro es el servicio que voluntariamente damos a quienes nos rodean porque se nos ha enseñado a ser caritativos” (“Llamados a servir”, Liahona, enero de 1998, pág. 6).

Élder M. Russell Ballard del Quórum de los Doce Apóstoles: “Todos los miembros pueden contribuir a la edificación del Reino de Dios sobre la tierra dando libremente de su tiempo y talentos y aptitudes. Ningún miembro de la Iglesia debe dejar pasar la oportunidad de ejercer su fe y sentir el espíritu que se logra por medio de un humilde sacrificio. Al ver todo lo que los santos de Sudamérica hacen con sus medios limitados, me doy cuenta de cuánto más muchos de nosotros, que vivimos en otras partes del mundo, podríamos hacer. Nunca debemos olvidar la enseñanza del Salvador: ‘Porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará’ (Lucas 12:48). Él nos ha bendecido abundantemente” (véase “El sacrificio y la autosuficiencia”, Liahona, enero de 1988, pág. 80).

A medida que prestemos servicio en el reino de Dios, recibiremos bendiciones.

“De modo que, si tenéis deseos de servir a Dios, sois llamados a la obra;

“pues he aquí, el campo blanco está ya para la siega; y he aquí, quien mete su hoz con su fuerza atesora para sí, de modo que no perece, sino que trae salvación a su alma” (D. y C. 4:3–4).

“Porque así dice el Señor: Yo, el Señor, soy misericordioso y benigno para con los que me temen, y me deleito en honrar a los que me sirven en rectitud y en verdad hasta el fin.

“Grande será su galardón y eterna será su gloria” (D. y C. 76:5–6).

Élder Dale E. Miller de los Setenta: “A medida que invertimos nuestro tiempo, talentos y recursos para edificar Sión, nuestro corazón se purifica, nuestra sabiduría aumenta, se empiezan a crear hábitos celestiales y el Espíritu Santo nos prepara para recibir la presencia del Padre y del Hijo. Al meter nuestra hoz cosechamos una doble porción; una para nosotros y otra para el reino” (véase “El camino de perfección del reino”, Liahona, julio de 1998, pág. 31).

Presidente Marion G. Romney de la Primera Presidencia: “Recuerdo que hace mucho tiempo, hace más de sesenta años, cuando el élder Melvin J. Ballard, [que en ese entonces era miembro del Consejo de los Doce Apóstoles] me puso las manos sobre la cabeza para apartarme como misionero, me dijo en la bendición que me dio que una persona no podía darle al Señor una migaja de pan sin que Él le devolviera a uno toda una hogaza. Y hasta ahora eso ha sido lo que me ha sucedido” (véase “Las bendiciones del ayuno”, Liahona, diciembre de 1982, pág. 3).

Élder Derek A. Cuthbert de los Setenta:

“El servicio cambia a la gente, refina, purifica, nos brinda una perspectiva mayor y hace que seamos mejores. El servicio hace que miremos lo que tenemos a nuestro alrededor y no hacia nuestro interior. El servicio nos impulsa a considerar las necesidades de otras personas antes que las nuestras. El servicio recto es la expresión de la verdadera caridad, tal como el Señor lo demostró…

“…el servicio nos ayuda a establecer valores verdaderos y prioridades, al distinguir entre el valor de las cosas materiales, que son pasajeras, y el de aquellas cosas que son perdurables, aun eternas…

“…el servicio nos ayuda a establecer una tradición de rectitud…

“…el servicio nos ayuda a vencer el egoísmo y el pecado…

“…el servicio nos ayuda a generar amor y agradecimiento. Llegamos a conocer a las personas al servirlas. Nos familiarizamos con sus circunstancias, sus desafíos, sus esperanzas y aspiraciones…

“…el servicio es la forma principal de demostrar agradecimiento al Salvador…

“…el servicio encauza nuestros deseos y energías y los transforma en una actividad recta…

“…el servicio nos ayuda a purificarnos con el fin de llegar a ser puros y santificados…

“…el servicio con rectitud nos acerca más a Cristo, incrementa nuestra espiritualidad y ayuda a otras personas a hacer lo mismo. Dicho servicio está contribuyendo a la preparación de un pueblo digno, para que, en el debido tiempo del Señor, pueda redimir a Sión” (véase “La espiritualidad del servicio”, Liahona, julio de 1990, págs. 14–15).

Élder Dale E. Miller:

“Hermanos y hermanas, el meter nuestras hoces para ayudar a edificar el reino del Señor debe ser el enfoque más importante de nuestra vida. Parece razonable señalar que todos estuvimos de acuerdo con ello en la vida preterrenal. Las decisiones clave que tienen que ver con el estudio, la carrera, el matrimonio, el uso mismo de nuestro tiempo, talentos y recursos, deben centrarse, con espíritu de oración, en la mejor forma de servir al Maestro, de edificar Su reino y de perfeccionarnos en Él.

“Nuestra obra en la edificación de Sión es variada. En un sentido, Sión es una zona geográfica, con un centro, mientras extiende sus límites hasta llenar finalmente la tierra. Extendemos los límites de Sión cuando compartimos el Evangelio con nuestros semejantes; eso es parte de nuestra obra aquí.

“En otro contexto se muestra a Sión como una organización en la cual trabajamos para fortalecer sus estacas por medio de nuestros llamamientos. A su vez, cada estaca se introduce con fuerza en el terreno del Evangelio, proporcionando así una defensa y un refugio para que los discípulos de Cristo se mantengan firmes en contra de los señuelos del adversario. Las estacas crean el ambiente básico para el perfeccionamiento del pueblo de Dios en la tierra” (véase “El camino de perfección del reino”, Liahona, julio de 1998, pág. 31).

APLICACIÓN Y EJEMPLOS

Francisco trabajó mucho durante su misión y pensaba que había representado bien al Señor por medio de su servicio y su cometido en guardar las reglas misionales. Desde que regresó de su misión, ya no se ha sentido tan motivado para guardar los mandamientos ni ha sentido el Espíritu del Señor por algún tiempo, y se pregunta porqué la influencia del Señor era tan fuerte en la misión y ahora casi no la siente. Después de todo, él ya había ayudado a edificar el reino del Señor mediante su labor misional, por consiguiente, sentía que ahora era el turno de que alguien más prestara servicio; él tenía que casarse y seguir adelante con su vida.

  • ¿Cuáles son algunos de los problemas que podría tener que afrontar Francisco por su actitud?

  • ¿Qué le recomendarías que hiciera para volver a tener la influencia del Espíritu?

Un domingo, Cintia se encontraba sentada entre la congregación mirando a su obispo de pie ante el púlpito. Él había prestado servicio diligentemente por muchos años, y ella se preguntaba por qué había estado tan dispuesto a dar tanto de su vida por cumplir con ese llamamiento.

  • ¿Por qué crees que el obispo de Cintia hace lo que hace?

  • ¿Qué es lo que nuestra disposición para prestar servicio demuestra a otras personas acerca de nuestra fe?

RESUMEN ANALÍTICO

  • ¿Cuál es tu función más importante en la edificación del reino de Dios?

  • ¿De qué modo pones tus talentos a disposición del Señor para la edificación de Su reino?

  • ¿Cuáles son algunas de las bendiciones que has recibido por estar activo en la Iglesia?

  • ¿En qué forma puedes desarrollar y mantener amor por el servicio en el reino?

NOTAS E IMPRESIONES: