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BUSCAR EL APRENDIZAJE POR MEDIO DEL ESTUDIO Y DE LA FE


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BUSCAR EL APRENDIZAJE POR MEDIO DEL ESTUDIO Y DE LA FE

INTRODUCCIÓN

El Señor enseñó que debemos “buscar conocimiento, tanto por el estudio como por la fe” D. y C. 88:118). Él nos bendecirá cuando busquemos conocimiento espiritual y secular. La educación es la clave para las oportunidades y debería convertirse en el empeño de toda una vida, ya que puede prepararnos para mantener a nuestra familia y permitirnos contribuir a la Iglesia y a la comunidad. Ayude a sus alumnos a entender la necesidad de aprovechar las oportunidades de mejorar y completar su formación. Siempre hay nuevas e interesantes verdades que aprender y compartir con los demás.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER

  • Debemos buscar conocimiento y sabiduría.

  • El conocimiento espiritual es más importante que el conocimiento secular.

  • La instrucción formal es la clave de las oportunidades.

  • El Señor nos guiará en aquellos aspectos del aprendizaje que nos ayudarán a prestar mejor servicio a los demás.

  • El aprendizaje es un empeño de toda la vida.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA

Debemos buscar conocimiento y sabiduría.

Analicen las siguientes preguntas:

  • ¿Qué diferencia existe entre conocimiento y sabiduría? (Las respuestas podrían reflejar la idea de que el conocimiento tiene que ver con ser capaz de enumerar y entender hechos, ideas o principios, mientras que la sabiduría es el uso adecuado del conocimiento para el beneficio de los demás.)

  • ¿Cómo contribuye la educación al conocimiento y a la sabiduría?

Comparta la siguiente declaración del presidente Gordon B. Hinckley:

“Yo creo en la consecución de una educación. ¿Qué es la educación? En su definición más sencilla es la formación de la mente y del cuerpo… La educación es un gran proceso de conversión gracias al cual el conocimiento abstracto se transforma en una actividad útil y productiva. Es algo que no debe cesar jamás; sin importar la edad que tengamos, podemos adquirir conocimiento y hacer uso de él; podemos recibir sabiduría y sacarle provecho” (Teachings of Gordon B. Hinckley, 1997, pág. 170).

Pregunte: ¿De qué modo el hecho de recibir una mejor educación nos permite servir a Dios y a nuestro prójimo?

Repasen la experiencia que compartió el élder Henry B. Eyring en las páginas 67–68 del manual del alumno, sobre el mal uso de las oportunidades educativas.

Pregunte: ¿Cómo resumirían el consejo del élder Eyring?

Invite a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 88:77–80 y pregunte: ¿A qué áreas generales de estudio se alude en el versículo 79? (Respuestas posibles: astronomía, geografía, historia, etcétera.)

Lea la siguiente enseñanza del élder John A. Widtsoe, que en ese entonces era miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:

“La teología no es el único tema en el que los élderes deben interesarse, sino que también deben estudiar:

“Cosas tanto en el cielo” (la astronomía);

“como en la tierra” (todo lo relativo al cultivo del suelo);

“y debajo de la tierra” (la mineralogía, la geología, etc.);

“cosas que han sido, que son” (la historia, en todos sus aspectos);

“cosas… que pronto han de acontecer” (las profecías);

“cosas que existen en el país… en el extranjero” (la política nacional e internacional);

“las guerras… perplejidades… juicios” (las señales de los tiempos por las cuales el observador puede saber que el día del Señor está a las puertas);

“el conocimiento de los países y de los reinos” (la geografía física y política, los idiomas, etc.).

“El Señor considera necesarios estos estudios. [D. y C. 88:80.] Dios no requiere que todos Sus siervos lleguen a ser médicos, profesores, ni siquiera eruditos en esos temas, pero sí espera que sepan de ellos lo suficiente para poder magnificar sus llamamientos como embajadores Suyos ante el mundo” (Priesthood and Church Government in The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 1939, págs. 55–56).

Pregunte: ¿Qué valor tiene estudiar una variedad de temas? (véase D. y C. 88:80).

Lean y analicen 2 Nefi 9:28–29 (Dominio de las Escrituras) y pregunte:

  • ¿Cómo puede ayudarnos el aprender?

  • ¿Cómo podría perjudicarnos el conocimiento?

Pida a un alumno que comparta una experiencia de cuando tuvo mucha hambre o sed y luego pregunte: ¿Qué aplacó su hambre o su sed?

Comparta la siguiente declaración del presidente Gordon B. Hinckley y pida a los alumnos que anoten aquello por lo que el presidente Hinckley desea que desarrollemos apetito:

“No basta con vivir o sobrevivir. Sobre cada miembro de esta Iglesia reposa el mandato del Señor respecto a prepararnos a fin de ser útiles para la sociedad. El Señor ha dicho claramente en Doctrina y Convenios que debemos recibir una educación mediante el estudio y la fe de las cosas debajo de la tierra, en la tierra y sobre la tierra, de las guerras y las perplejidades de las naciones, de los tiempos y las épocas de todas las cosas de la tierra (véase D. y C. 88:79). Deseo instar a nuestros jóvenes a tener hambre de educación. Al educar sus mentes y manos para un trabajo futuro y realizar su aporte al mundo del que van a formar parte, estarán cumpliendo con la voluntad del Señor. Sacrifíquense por ello, trabajen por ello, ahorren para ello, planifiquen para conseguirlo y háganlo” (Teachings of Gordon B. Hinckley, pág. 172).

Pregunte: Según el presidente Hinckley, ¿qué debemos hacer para satisfacer el hambre de educación?

Comparta la siguiente cita del élder Henry B. Eyring, miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, y destaque el uso que hace del término sed:

“La sed de educación, junto al cambio que provoca el Evangelio, puede ser una bendición o una maldición, dependiendo de nuestros motivos. Si perseveramos en nuestra búsqueda de conocimiento para servir mejor a Dios y a Sus hijos, es una bendición de gran valor. Si el objeto de nuestra búsqueda de conocimiento es ensalzarnos a nosotros mismos, recogeremos egoísmo y orgullo, lo cual nos privará de la vida eterna” (Education for Real Life [discurso para jóvenes adultos, 6 de mayo de 2001], pág. 2).

Pregunte: ¿Cuál es la clave para satisfacer correctamente nuestra sed de educación?

El conocimiento espiritual es más importante que el conocimiento secular.

Lea el ejemplo siguiente a sus alumnos:

Juan tenía 18 años y deseaba ser ingeniero. Había reflexionado seriamente en servir en una misión pero no estaba seguro de cuándo hacerlo. Iba a cumplir 19 antes de comenzar con los estudios generales de ingeniería y se preguntaba si debía interrumpirlos para servir en una misión o terminar las materias obligatorias y luego servir como misionero.

Pregunte:

  • ¿Qué riesgos potenciales existen cuando se pospone el servicio misional?

  • ¿Qué consejo le darían a Juan? ¿Por qué?

Comparta la siguiente cita del élder Spencer W. Kimball, que era miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:

“Jóvenes, amados jóvenes, ¿se dan cuenta de por qué debemos dar prioridad al aprendizaje espiritual?, ¿de por qué debemos orar con fe y perfeccionar nuestra propia vida para que sea como la del Salvador? ¿Pueden ver que el conocimiento espiritual se complementa con el secular en esta vida y por las eternidades, en tanto que el secular sin el cimiento del espiritual no es sino como la espuma de la leche: una sombra efímera?

“¡No se dejen engañar! No hace falta escoger uno u otro, sino tan sólo el orden de sucesión, ya que es posible obtener ambos a la vez; pero, ¿comprenden que es preciso dar preferencia a los cursos de seminario sobre las asignaturas de secundaria, al instituto de religión sobre los cursos universitarios; al estudio de las Escrituras sobre los textos escritos por los hombres; que la asociación con la Iglesia es más importante que los clubes y las asociaciones estudiantiles; que el pago del diezmo es más importante que el de las matrículas y las cuotas de ingreso?

“¿Pueden ver que las ordenanzas del templo son más importantes que los doctorados y que cualquier otro título académico?” (“Beloved Youth, Study and Learn”, en Life’s Directions, 1962, pág. 190).

Pregunte:

  • ¿Qué enseñó el élder Kimball sobre las prioridades en la adquisición de conocimiento?

  • ¿Cómo puede el conocimiento del Salvador servir de complemento al conocimiento secular?

Comparta las siguientes palabras del élder Gordon B. Hinckley, entonces miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:

“Jesús dijo: ‘… aprended de mí…’

“ ‘porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga’ (Mateo 11:29—30).

“Deseo sugerirles que obedezcan ese mandamiento que dio el Hijo de Dios. Junto con el conocimiento que obtengan, aprendan de Él; junto con todo lo que estudien, busquen conocimiento del Maestro. Ese conocimiento complementará, de forma maravillosa, la capacitación secular que reciban, brindará plenitud a su vida y moldeará su carácter de una manera única, imposible de lograr de alguna otra forma” (en Conference Report, octubre de 1964, pág. 118).

Pida a los alumnos que lean Doctrina y Convenios 88:118.

Pídales que describan a una persona que conozcan que ejemplifique un adecuado equilibrio entre el conocimiento espiritual y el secular.

La instrucción formal es la clave de la oportunidad

Muestre una llave o dibújela en la pizarra.

Pregunte: ¿Qué sucede si una puerta está cerrada con llave y no tenemos esa llave?

Escriba en la pizarra: La educación es la clave [o llave] de las oportunidades.

Pregunte: ¿De qué modo la educación es una llave? (Abre la puerta a oportunidades que de otro modo serían inaccesibles.)

Lea el siguiente consejo del presidente Gordon B. Hinckley:

“Es muy importante que ustedes, jovencitos y jovencitas, obtengan toda la instrucción posible. El Señor ha dicho muy claramente que Su pueblo debe obtener conocimiento de los países y reinos y de las cosas de la tierra mediante el proceso de la instrucción, tanto por el estudio como por la fe. La instrucción académica es la llave que abre la puerta a las oportunidades y merece la pena sacrificarse en su favor. Merece la pena esforzarse por ello, y si educan la mente y las manos, serán capaces de realizar una gran contribución a la sociedad de la que forman parte, y su ejemplo honrará a la Iglesia de la que son miembros. Mis jóvenes hermanos y hermanas, hagan todo lo posible por aprovechar cada oportunidad que se les presente de recibir instrucción; y ustedes, padres y madres, animen a sus hijos e hijas a recibir la instrucción académica que beneficiará la vida de ellos” (véase “Pensamientos inspiradores”, Liahona, junio de 1999, págs. 4–5).

Pregunte:

  • ¿Qué creen que significa educar las manos? (Adquirir aptitudes manuales.)

  • ¿Qué claves o aptitudes educativas o manuales les gustaría desarrollar?

Conceda tiempo para que los alumnos anoten algunos deseos de desarrollo educacional y manual en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales.

El Señor nos guiará en aquellos aspectos del aprendizaje que nos ayudarán a prestar mejor servicio a los demás.

Prepare una transparencia o reparta una hoja con la siguiente declaración del élder Henry B. Eyring y pida a un alumno que la lea en la clase. Pida a otro alumno que en sus propias palabras resuma lo expresado en la cita.

“Su vida, al igual que lo fue la mía, es examinada con detenimiento. El Señor sabe tanto lo que Él precisa que ustedes hagan como lo que tienen que saber. Él es amable y omnisciente y pueden esperar con confianza que Él les haya preparado oportunidades de aprender a fin de prepararse para el servicio que les conceda. No reconocerán esas oportunidades a la perfección, como tampoco lo hice yo. Pero cuando en su vida den prioridad a lo espiritual, recibirán la bendición de sentirse inclinados por determinado conocimiento y tendrán la motivación para trabajar más arduamente. Más adelante se darán cuenta de que su poder para servir aumentó y se sentirán agradecidos” (Education for Real Life, págs. 3–4).

Pregunte:

  • ¿Qué pueden hacer para asegurarse de estar preparados para las oportunidades que Dios les conceda?

  • ¿Cómo puede prepararnos la lectura diaria de las Escrituras para recibir inspiración en todas nuestras decisiones? (véase 2 Nefi 32:3–5 [Dominio de las Escrituras, 2 Nefi 32:3]).

  • ¿Cuándo fue la última vez que una enseñanza del Salvador les ayudó a tomar una decisión concreta?

Pida a un alumno que lea a la clase las palabras del presidente Howard W. Hunter en la página 70 de su manual.

El aprendizaje es un empeño de toda la vida.

Pregunte: ¿Por qué el aprender es una labor de toda la vida?

Comparta el siguiente consejo del élder Gordon B. Hinckley, entonces miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:

“Sigan progresando, hermanos y hermanas, tanto si tienen treinta años como si tienen setenta. Puede que sus esfuerzos al respecto hagan que los años pasen más rápido de lo que desearían, pero éstos estarán repletos de un brío dulce y maravilloso que dotará de sentido a su vida y de poder a sus enseñanzas. A todo ello pueden agregar la promesa de que ‘cualquier principio de inteligencia que logremos en esta vida se levantará con nosotros en la resurrección’ (D. y C. 130:18)” (Four Imperatives for Religious Educators, discurso para maestros de religión, 15 de septiembre de 1978, pág. 2).

Dediquen tiempo, como grupo, para analizar las bibliotecas, las escuelas y las oportunidades educativas de las que dispondrán aún mucho después de concluida su educación formal. El análisis puede incluir referencias a escuelas o centros locales de formación.

Pregunte: ¿Qué personas de la comunidad pueden ayudarlos a decidir cómo proseguir con la adquisición continua de conocimiento?

Pida a los alumnos que compartan ejemplos de personas que hayan seguido aprendiendo durante toda la vida.

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS

  • Pida que, de las notas tomadas en esta clase, los alumnos escojan una meta de aptitud o educación que les gustaría alcanzar. Pídales que analicen su meta con alguien ajeno a la clase y que pueda ayudarlos a tomar decisiones importantes sobre cómo alcanzar dicha meta.

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