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LA FE EN JESUCRISTO NOS BRINDA PODER PARA PROVEER PARA NOSOTROS MISMOS Y PARA LOS DEMÁS
INTRODUCCIÓN
La fe en Jesucristo es un principio de poder y acción que nos sirve de orientación para mejorar nuestra vida y ayudar a los demás. Ayude a sus alumnos a entender que al ejercer fe en Cristo y estar inmersos en mejorar su situación en la vida, el Señor los ayudará a proveer para sus necesidades físicas y espirituales.
PRINCIPIOS PARA COMPRENDER
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La fe en el Señor Jesucristo nos da poder para progresar espiritualmente y atender los asuntos temporales.
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El Señor prometió que Él ayudará a proveer lo necesario.
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El Señor no nos mandará en todas las cosas. Debemos estar anhelosamente consagrados a hacer mucho bien.
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Cuando fielmente acudamos al Señor, Él nos ayudará a comprender el modo de mejorar nuestra vida y del ayudar a los demás.
SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA
La fe en el Señor Jesucristo nos da poder para progresar espiritualmente y atender los asuntos temporales.
Pregunte si algún alumno puede citar Proverbios 3:5–6 (Dominio de las Escrituras). Si hubiera alguno, concédale la oportunidad de hacerlo; luego pida que todo el grupo lo recite al unísono una o dos veces.
Pregunte:
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¿Qué creen que significa “fíate de Jehová de todo tu corazón”?
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¿El hecho de confiar en el Señor minimiza la necesidad de desarrollar nuestro entendimiento? ¿Por qué?
Escriba en la pizarra La fe es un principio de poder y pregunte a los alumnos qué creen que significa.
Comparta la siguiente declaración del élder Bruce R. McConkie, antiguo miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:
“En su verdadero significado, la fe es más que la causa por la que los hombres y los ángeles obran. También es un principio de poder. La fe es poder, y allí donde hay poder, hay fe; y si no hay poder, no hay fe. Así, José Smith dice: ‘La fe no es sólo un principio de acción, sino de poder en todos los seres inteligentes, tanto en el cielo como en la tierra’. La fe se aplica a todas las esferas. Todos los seres inteligentes (sean dioses, ángeles, espíritus u hombres) operan por su poder” (A New Witness for the Articles of Faith, 1985, pág. 164).
Pregunte:
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¿Qué ejemplos hay en las Escrituras que muestren que la fe es poder? (Por ejemplo: véase Éter 12:7–22.)
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¿Cómo contribuyen estos ejemplos a incrementar su comprensión de la fe?
Invite a los alumnos a compartir algunas experiencias en las que la fe ha bendecido sus vidas.
Lea la siguiente explicación sobre la fe:
“Tener fe en Jesucristo significa confiar en Él tan plenamente que obedecemos cualquier cosa que nos mande. Sin obediencia no hay fe. De igual manera, solamente cuando hay fe existe una obediencia verdadera. Al depositar nuestra fe en Jesucristo, nos convertimos en Sus discípulos obedientes y nuestro Padre Celestial perdonará nuestros pecados y nos preparará para que regresemos junto a Él” (Principios del Evangelio, 2000, pág. 118).
Pregunte:
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¿Qué les enseña esto sobre cómo incrementar su fe?
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¿En qué formas un mayor grado de fe puede darles poder para mejorar sus circunstancias temporales?
En la parte superior de la pizarra escriba las siguientes palabras: Educación, Empleo y Familia.
Pregunte: ¿Cómo el aumentar nuestra fe en Jesucristo puede ayudarnos a mejorar en cada una de estas áreas?
Anote en la pizarra las respuestas de los alumnos. (Ayúdelos a entender que, al obedecer los mandamientos de Dios, logramos una mayor abundancia del Espíritu en nuestra vida para guiarnos en las cuestiones temporales. El Señor puede darnos oportunidades de aprender y mejorar nuestras destrezas, talentos y habilidades.)
Pida a los alumnos que en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales escriban un breve párrafo sobre cómo consideran que la fe y la obediencia les permiten mejorar tanto espiritual como temporalmente. Invítelos a compartir lo que hayan escrito.
Testifique que, a medida que se esfuercen por vivir el Evangelio al máximo de su capacidad, el Señor los bendecirá tanto en lo espiritual como en lo temporal.
El Señor prometió que Él ayudará a proveer lo necesario.
Escriba en la pizarra: Orar por ayuda en lo espiritual y lo temporal. Bajo ese título, y en una sola columna, anote los siguientes pasajes de las Escrituras:
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Alma 34:20
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Alma 34:21
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Alma 34:22
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Alma 34:23
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Alma 34:24
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Alma 34:25
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Alma 34:26
Pida a los alumnos que lean cada versículo y mencionen una aplicación actual de los mismos. Invítelos a anotar en sus manuales aquello por lo que les gustaría orar durante las próximas semanas.
Muestre láminas de la tierra y algunos animales (si dispone de ellas, emplee las láminas número 100, “Creación—Criaturas vivientes”, y 600, “El mundo”, de Las bellas artes del Evangelio, artículo 34735 002). Lean juntos Doctrina y Convenios 104:14–18 y pregunte:
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¿Qué nos enseñan estos versículos sobre la relación entre el Señor y la tierra?
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¿Qué nos enseñan sobre la capacidad del Señor para proveer para Sus hijos?
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¿Qué responsabilidad tenemos para ser merecedores de la ayuda del Señor?
Invite a dos o tres alumnos a compartir ejemplos personales de cuando la fe más las obras los llevaron a recibir bendiciones, tales como empleo u oportunidades de formación.
El Señor no nos mandará en todas las cosas. Debemos estar anhelosamente consagrados a hacer mucho bien.
Invite a los alumnos a pensar en la última vez que hicieron una buena obra por alguien sin que se les pidiera. Entonces pregunte:
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¿Por qué lo hicieron?
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¿Cómo se sintieron después?
Pídales que escriban, con sus propias palabras, la enseñanza de Doctrina y Convenios 58:26–27 (Dominio de las Escrituras) e invite a dos o tres a leer lo que hayan escrito.
Pregunte:
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¿Qué significa estar “anhelosamente consagrados”?
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¿Cuáles son algunas causas buenas que pueden ser fuentes de bendiciones para ustedes, sus familias u otras personas?
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¿En qué buenas causas temporales están trabajando?
Remítase a la cita del élder Bruce R. McConkie en la página 34 del manual del alumno.
Pregunte: ¿Qué pautas darían ustedes para determinar el equilibrio entre nuestra fe y nuestras obras?
Recuerde a los alumnos que en los primeros días de la Restauración, el Señor dio permiso a Oliver Cowdery para traducir las planchas de oro. Lean juntos Doctrina y Convenios 9:7–8.
Pregunte:
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Según la primera mitad del versículo 8, en vez de limitarse a pedir ayuda al Señor, ¿qué más debió haber hecho Oliver Cowdery?
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¿Qué podemos aprender de la experiencia de Oliver Cowdery al buscar la ayuda del Señor?
Cuando fielmente acudamos al Señor, Él nos ayudará a comprender el modo de mejorar nuestra vida y ayudar a los demás.
Comparta la siguiente declaración del élder Joseph B. Wirthlin, miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, la cual ilustra la compasión del Señor por las demás personas:
“Resulta fácil imaginar las piernas deformes del hombre inválido de nacimiento o las lágrimas en el rostro de la viuda que sigue el cadáver de su único hijo al ser llevado a la tumba. Veo la mirada vacía del hambriento, las manos trémulas de los enfermos, la voz suplicante de los condenados, la mirada desconsolada de los marginados. Todos ellos acuden al hombre solitario, al hombre sin riquezas, sin hogar, sin posición social.
“Veo a este hombre, al Hijo del Dios viviente, mirar a cada uno de ellos con infinita compasión. Con el toque de Su santa mano, lleva consuelo al abatido, salud al enfermo, liberación al condenado. Con una palabra, el hombre muerto se levanta del féretro y la viuda abraza al hijo que ha vuelto a la vida” (“El programa inspirado de bienestar de la Iglesia”, Liahona, julio de 1999, pág. 89).
Pregunte: ¿Qué evidencia ven ustedes en la Iglesia que indique que el Señor se preocupa hoy por nuestras necesidades temporales?
Emplee las preguntas del “Resumen analítico” de la página 37 del manual del alumno para comentar en el aula.
El presidente Gordon B. Hinckley explicó el principio sobre el que se basa el Fondo Perpetuo para la Educación. Pida a los alumnos que lean su primera declaración en la página 35 de sus manuales y que busquen cómo el Fondo Perpetuo para la Educación puede bendecir sus vidas y las de otras personas.
SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS
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Invite a los alumnos a entrevistar a una o dos personas de su vecindario que hayan mejorado en sus estudios o en su profesión al recibir capacitación adicional. Los alumnos deben escribir un pequeño texto sobre cada persona entrevistada donde se resuma el progreso de esa persona desde que terminó sus estudios y cómo cambió su capacidad para ayudar a otras personas, tanto dentro como fuera de la Iglesia.
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Analice con los alumnos diversas maneras concretas de cómo el recibir una formación y tener un empleo bien retribuido puede mejorar su capacidad de servir en la Iglesia del Señor y de atender a sus familias.
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Analicen qué relación hay entre el uso del tiempo y el principio de estar anhelosamente consagrados a causas buenas.