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“ESTAS COSAS TE SERVIRÁN DE EXPERIENCIA”
INTRODUCCIÓN
Las dificultades y las pruebas forman parte de la probación terrenal. Sobrellevar con fe las dificultades de la vida puede transformarse en oportunidades de crecimiento espiritual. Ayude a sus alumnos a entender que con la ayuda del Salvador podemos tener paz durante las pruebas (véase Juan 16:33). El élder Neal A. Maxwell, miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó que recibimos adversidad para sobrellevarla y aprender de ella: “Los frentes tormentosos arrasan nuestra vida, pero no duran eternamente. Podemos aprender la importante diferencia que hay entre un pequeño nubarrón y las tinieblas” (Lord Increase Our Faith, 1994, pág. 43).
PRINCIPIOS PARA COMPRENDER
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La adversidad es parte de nuestra experiencia terrenal.
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Los desafíos de la vida terrenal nos ayudan a progresar.
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El guardar fe en Jesucristo nos ayuda a resolver los problemas y a vencer la adversidad.
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Debemos perseverar hasta el fin.
SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA
La adversidad es parte de nuestra experiencia terrenal.
Pregunte a los alumnos cómo terminarían la frase siguiente: “Mi vida será más fácil cuando finalmente ______________________________”.
Recuérdeles que es habitual desear que la vida sea más sencilla y agradable, si bien para muchos resulta difícil. Lea la siguiente declaración del presidente Boyd K. Packer, Presidente en Funciones del Quórum de los Doce Apóstoles:
“Ni como pueblo, ni como familias, ni como personas estaremos exentos de las pruebas que vendrán. Nadie estará libre de las pruebas que son comunes en el hogar y la familia: el trabajo, la desilusión, la congoja, la salud, el envejecimiento y, por último, la muerte” (“Lenguas de fuego”, Liahona, julio de 2000, pág. 9).
Explique que las pruebas pueden clasificarse en tres categorías:
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Las acaecidas a causa de nuestros propios errores.
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Las que se nos imponen por causa de otros.
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Las que forman parte de la vida terrenal.
Invite a los alumnos a compartir ejemplos de cualquiera de estas categorías.
Lea el siguiente consejo compartido por el presidente Gordon B. Hinckley y pida a los alumnos que indiquen cómo debemos reaccionar ante nuestras pruebas:
“He disfrutado de estas palabras de Jenkins Lloyd Jones, las cuales recorté del periódico hace unos años. Él decía:…
“ ‘Cualquiera que crea que esa dicha… es normal, va a perder muchísimo tiempo dando vueltas y gritando que le han robado.
“ ‘[El hecho es]… que la carne de ternera suele ser dura. La mayoría de los niños crecen para ser personas normales y corrientes. La mayoría de los matrimonios con éxito requieren un elevado índice de tolerancia mutua. La mayoría de los trabajos son, a menudo, más pesados que otra cosa…
“ ‘La vida es como viajar en un tren antiguo: hay retrasos, desvíos, humo, polvo, ceniza, sacudidas, interrumpido todo ello de vez en cuando por hermosos paisajes y emocionantes explosiones de velocidad.
“ ‘El truco está en darle las gracias al Señor por dejarte dar un paseo en ese tren’ ” (“Una conversación con los mayores solteros”, Liahona, noviembre de 1997, pág. 20).
Lean Doctrina y Convenios 122:7 y 136:31, e invite a los alumnos a marcar la frase de cada versículo que indique por qué el Señor permite las pruebas en la vida de Sus hijos. Pídales que anoten en la sección “Notas e impresiones” algunas de las pruebas que ellos hayan tenido.
Pregunte: ¿Son ustedes mejores personas como resultado de sus pruebas?
Muestre papel de lijar y un trozo de madera y, mientras lija la madera, pregunte:
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¿Qué valor puede tener este papel tan áspero?
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¿Hay algo en nuestra vida parecido al papel de lijar?
Lea las siguientes palabras del élder Neal A. Maxwell, del Quórum de los Doce Apóstoles:
“En la vida, a menudo el papel de lija de las circunstancias suaviza nuestras rugosidades y pule con paciencia nuestras asperezas. Sin embargo, no es un proceso agradable. El Señor trabajará con denuedo a fin de enseñarnos una lección concreta y así ayudarnos a vencer determinada debilidad, especialmente si no hay otra manera” (Notwithstanding My Weakness, 1981, págs. 67–68).
Pregunte:
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¿Cómo nos suavizan las pruebas y nos preparan para la vida eterna?
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¿Qué papel desempeña nuestra actitud en las pruebas que afrontamos en la vida?
Los desafíos de la vida terrenal nos ayudan a progresar.
Pida a un alumno que esté en buena forma física, que pase al frente de la clase y haga diez flexiones (lagartijas). Luego pida a otro alumno que se ponga de pie y que en el aire imite con los brazos el movimiento de las mismas flexiones.
Pregunte:
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¿Qué papel importante desempeña la resistencia en el desarrollo del músculo?
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¿Cómo se asemeja esto al crecimiento espiritual?
Ayúdelos a entender que las pruebas de la vida suelen aportar la resistencia que contribuye a aumentar nuestra fortaleza como Santos de los Últimos Días.
Escriba lo siguiente en la pizarra:
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¿Ayudas o tropiezos?
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Las pruebas nos pulen.
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Las aflicciones pueden ser un castigo divino.
Invite a los alumnos a leer las palabras de los élderes John B. Dickson, Richard G. Scott y Neal A. Maxwell en la página 91 de sus manuales y pídales que expliquen cómo se relacionan las frases de la pizarra con cada declaración.
Pregunte:
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¿Cuáles son los retos más habituales que afrontan los jóvenes?
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¿Cuáles son para ustedes las respuestas más útiles para esos tipos de retos?
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¿Cómo les han ayudado las dificultades a ser mejores personas?
El guardar la fe en Jesucristo nos ayuda a resolver los problemas y a vencer la adversidad.
Pida a los alumnos que piensen en cuando se enfrentaron a obstáculos abrumadores y no estaban seguros de qué hacer. Luego pídales que indiquen cuáles de las siguientes preguntas son más propicias para el crecimiento durante las pruebas serias y que expliquen por qué:
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¿Por qué me tiene que suceder a mí?
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¿Qué puedo aprender de esta experiencia?
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¿Hay algo en mí que deba cambiar?
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¿Por qué tengo que sufrir esto ahora?
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¿He hecho algo para causar esto?
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¿Cómo me ha bendecido y ayudado el Señor en pruebas anteriores?
Pida a los alumnos que lean 2 Reyes 6:14–15 y que indiquen la pregunta del siervo de Eliseo. Pídales que lean los versículos 16–17 y luego pregunte:
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¿Qué gran lección enseñó Eliseo a su siervo al enfrentarse a la adversidad y las pruebas? (véase el versículo 16).
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¿Qué sabía Eliseo que desconocía su siervo? (véase el versículo 17).
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¿Cómo creen que se sintió el joven siervo cuando pudo ver los caballos y los carros de fuego?
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¿Cómo podemos aplicar este relato a nuestra vida?
Comparta lo siguiente dicho por el élder Jeffrey R. Holland, posteriormente miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:
“En el Evangelio de Jesucristo contamos con ayuda de ambos lados del velo, y esto no debemos olvidarlo jamás. Cuando la decepción y el desaliento nos agobien (y alguna vez de cierto lo harán), debemos recordar y nunca olvidar que si nuestros ojos fueran abiertos, veríamos, hasta donde llegara el alcance de nuestra vista, gente de a caballo y carros de fuego que vienen con velocidad vertiginosa a brindarnos su protección. Sí, las huestes celestiales siempre están a nuestro alrededor, en defensa de la simiente de Abraham” (“Cuando estéis angustiados”, Liahona, enero de 1982, pág. 13).
Pregunte: ¿Por qué es importante recordar que, cuando se obedecen los principios del Evangelio, las “huestes celestiales” nos sostienen?
Debemos perseverar hasta el fin.
Asigne a varios alumnos la lectura de los siguientes tres pasajes de las Escrituras y que compartan lo que enseñan respecto a perseverar hasta el fin: 2 Nefi 31:20; Doctrina y Convenios 24:8; 121:7–8.
Explique que no debemos rendirnos cuando se multipliquen los problemas y las penalidades asociadas a ellos. Podemos sacar fuerzas del Señor, sabiendo que la incertidumbre respecto a los problemas forma parte de la prueba de esta vida. Demostramos nuestra fidelidad y amor al Señor al vivir los principios del Evangelio mientras nos enfrentamos a desafíos inesperados. Perseverar hasta el fin no consiste en quedarse sentados en los momentos más difíciles.
Comparta la siguiente declaración del élder Neal A. Maxwell:
“Dado que Cristo no se libró de sufrir, ¿por qué habríamos de librarnos nosotros? ¿Realmente queremos ser inmunes a la adversidad, especialmente cuando ciertos tipos de dolor nos permiten crecer en esta vida? Privarnos de esas experiencias, por mucho que nos gustara de momento, equivale a privarnos de la dicha que con júbilo celebramos cuando, tiempo atrás, en el mundo anterior a éste, se nos explicaron las experiencias de esta vida.
“La vida es una escuela en la que no sólo nos matriculamos de manera voluntaria, sino dichosa; y si el Director de la escuela escoge un curso de estudio que en otros planetas ha demostrado ser fuente de felicidad para sus habitantes, y si acordamos que una vez aquí, no cancelaríamos la matrícula y nos presentaríamos a los exámenes que evaluarían nuestra capacidad y agudeza, ¿qué haría un Director experimentado si, más adelante, se recibieran quejas? Concretamente si, durante Su aparente ausencia, muchos alumnos rompieran sus libros y exigieran que cesaran los exámenes porque les producen dolor… ¡Sólo se aprende cuando se termina el curso completo!” (All These Things Shall Give Thee Experience, 1979, págs. 26–27).
Lea o cante con los alumnos, la quinta estrofa del himno “Qué firmes cimientos” (Himnos, Nº 40) y pídales que presten atención a lo que enseña sobre la adversidad:
La llama no puede dañaros jamás
si en medio del fuego os ordeno pasar.
El oro del alma más puro será,
pues sólo la escoria se habrá de quemar.
SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS
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Pida a los alumnos que seleccionen a dos personas que hayan soportado muchas pruebas en el transcurso de su vida y, de ser posible, que les pregunten cómo crecieron gracias a sus experiencias. Inste a los alumnos a manifestar gratitud a dichas personas y a manifestar sus sentimientos y admiración por lo que hayan compartido. Dígales que se preparen para compartir en la clase siguiente cualquier reflexión que ellos hayan tenido respecto a cómo perseverar ante las dificultades que se nos presenten a menudo.