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EL RECONOCER Y CULTIVAR LOS TALENTOS Y LAS APTITUDES
INTRODUCCIÓN
Venimos a la tierra con combinaciones particulares de talentos y aptitudes que ampliamos durante nuestra experiencia en la mortalidad. Sin embargo, el temor y las dudas han impedido que algunas personas comprendan todo el potencial de sus talentos y aptitudes. Ayude a sus alumnos a aprender a reconocer sus talentos y aptitudes personales, y a reafirmarse en desarrollarlos mediante la dedicación, la determinación y el trabajo duro. Los talentos y las aptitudes de los miembros de la Iglesia son reservas de bendiciones si están dispuestos a compartirlos.
PRINCIPIOS PARA COMPRENDER
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Debido al desarrollo que adquirimos en la vida preterrenal, cada uno de nosotros vino a la tierra con una combinación única de talentos y aptitudes.
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Cuando confiamos en el Espíritu, el Señor nos ayuda a reconocer y cultivar nuestros talentos y aptitudes.
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El Señor nos ayudará a vencer nuestras dudas y temores a medida que busquemos Su ayuda para cultivar nuestros talentos y aptitudes.
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El desarrollo de nuestros talentos y aptitudes requiere un esfuerzo individual.
SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA
Debido al desarrollo que adquirimos en la vida preterrenal, cada uno de nosotros vino a la tierra con una combinación única de talentos y aptitudes.
Pida a los alumnos que nombren a algunas personas talentosas y con aptitudes, y anote las respuestas en la pizarra. Entonces pregunte:
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¿Cuánto tiempo se requiere para desarrollar aptitudes como las de estas personas?
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¿Cómo se pueden emplear los talentos y las aptitudes para beneficiar a otras personas?
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¿Por qué algunas personas parecen haber nacido con determinados talentos y aptitudes?
Comparta la siguiente enseñanza del élder Bruce R. McConkie, quien fuera miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:
“Cada persona viene a esta vida investida con aquellos talentos y destrezas que su vida preterrenal le dio derecho a recibir. En la preexistencia, mediante la obediencia a la ley, unos reciben un talento y otros reciben otro, y todos traen consigo a esta vida los talentos y las aptitudes allí adquiridos. (Abraham 3:22–23.)“ (Doctrinal New Testament Commentary, 3 volúmenes, 1966–1973, 1:688).
Pregunte a los alumnos:
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¿Por qué es importante desarrollar los talentos que trajimos con nosotros de la vida preterrenal?
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¿Cómo podrían nuestros talentos ayudarnos a decidir qué tipo de empleo buscar?
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¿De qué manera podemos utilizar esos talentos en nuestros empleos?
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¿Cómo utilizar esos talentos para criar una familia?
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¿Qué talentos resultarían particularmente útiles para una madre que está criando a sus hijos?
Cuando confiamos en el Espíritu, el Señor nos ayuda a reconocer y cultivar nuestros talentos y aptitudes.
Pregunte: ¿Cómo podemos reconocer nuestros talentos y aptitudes? Respuestas posibles:
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Reconocer qué es lo que podemos hacer bien.
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Preguntar a otras personas, a los padres o a los amigos, qué talentos creen que tenemos.
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Someternos a un examen de evaluación de intereses o aptitudes, que es habitual en las escuelas y los centros de empleo.
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Aprender acerca de diversas aptitudes o talentos mediante la lectura, la observación o conversando con otras personas.
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Dedicarnos a algunas áreas de interés con la ayuda de personas facultadas en ellas y que pueden impartir consejos y sugerencias.
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Orar para recibir la guía del Señor.
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Leer con espíritu de oración nuestras bendiciones patriarcales.
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Dedicar el tiempo libre a examinar y desarrollar aptitudes útiles.
Invite a los alumnos a anotar algunos de sus talentos en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales y a describir cómo piensan desarrollarlos.
Pídales que nombren a una persona con muchas aptitudes o talentos en los aspectos siguientes y que expliquen por qué les ha impresionado:
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Una ocupación manual o una profesión
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Música, arte u otro talento
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Un pasatiempo o una destreza aplicable en el hogar
Pida que lean 1 Nefi 17:7–11, 16 y 18:1–2.
Pregunte:
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¿Qué talentos y aptitudes empleó Nefi para cumplir con el mandato del Señor? (Sabía trabajar los minerales y pudo hacer sus propias herramientas.)
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¿Qué hizo el Señor para ayudar a Nefi? (Le mostró dónde hallar el mineral y cómo construir el barco.)
Ayude a los alumnos a entender que al confiar en el Señor, Nefi pudo utilizar y desarrollar sus talentos.
Pida a los alumnos que lean 2 Nefi 5:15–17.
Pregunte: ¿Por qué consideran que Nefi pudo enseñar a su pueblo a hacer todas estas cosas? (Antes había aprendido y desarrollado estas aptitudes.)
El Señor nos ayudará a vencer nuestras dudas y temores a medida que busquemos Su ayuda para cultivar nuestros talentos y aptitudes.
Invite a los alumnos a leer Moisés 6:31 y en la pizarra dibuje la siguiente escala:
(Temeroso) 1—2—3—4—5—6—7—8—9—10 (Seguro de sí mismo)
Pida que los alumnos seleccionen un número de la escala que refleje cómo creen que se sentía Enoc respecto a sus aptitudes. (Lo más probable es que seleccionen un número bajo.) Pídales que compartan experiencias relacionadas con una tarea que no se sentían seguros de poder completar o hacer bien, y digan qué hicieron para afrontar el reto.
Pida a un alumno que lea Moisés 7:13 y señale los logros de Enoc.
Pida a los alumnos que seleccionen un número de la escala que refleje cuál creen que era entonces su nivel de confianza. Pregúnteles qué fue lo que hizo cambiar la confianza de Enoc.
Pida a un alumno que lea Moisés 6:32–34 y pregunte:
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¿Cómo ayudó el Señor a Enoc a superar sus dudas y temores?
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¿Qué principios de estos pasajes podemos aplicar a nuestra vida para desarrollar confianza?
Pregunte a los alumnos qué aconsejarían en las situaciones siguientes:
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Un joven desarrolló confianza sirviendo con éxito una misión, pero desde que regresó a su casa no ha tenido la confianza necesaria para encontrar un buen empleo o estudiar.
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Un joven líder del sacerdocio no está seguro de cómo equilibrar su llamamiento en la Iglesia con los estudios.
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Un matrimonio joven está preocupado por su capacidad de sostener financieramente a una familia.
Escriba en la pizarra No se den por vencidos y No se desanimen.
Comparta la siguiente experiencia:
El élder Jeffrey R. Holland, miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, relató que siendo joven llevó a su joven familia desde St. George, Utah, a Boston, Massachussets, para asistir a un curso de postgrado en la universidad. No habían viajado ni 60 kilómetros cuando se les averió el automóvil. El élder Holland dejó a su esposa, Pat, y a dos hijos pequeños en el vehículo y caminó hasta un pueblo cercano para pedir ayuda. Después de conseguir ayuda, reparar la avería y regresar a St. George para efectuar una inspección, partieron de nuevo y el automóvil volvió a estropearse a unos cinco metros de donde se había detenido la vez anterior.
Treinta años más tarde, con sus hijos ya crecidos y casados, el élder Holland y su esposa fueron hasta el lugar exacto donde había tenido que caminar en busca de ayuda. Al recordar aquel incidente dice que se veía a sí mismo como un joven desanimado. Y añadió: “Los hombros un poco caídos por el peso del evidente temor de quien no tiene mucha experiencia… En ese momento imaginario no pude contener mi impulso de decirle: ‘No te des por vencido, muchacho. No te desanimes. Sigue caminando, sigue intentándolo. Encontrarás ayuda y felicidad más adelante, muchísima en unos treinta años y aún más allá en el futuro. Mantén la cabeza en alto; al final todo saldrá bien. Confía en Dios y cree en las cosas buenas que están por venir’ ” (véase “Sumo sacerdote de los bienes venideros”, Liahona, enero de 2000, págs. 44–45).
Pregunte: ¿Cómo puede el valor ayudarnos a sobreponernos a nuestras dudas y temores?
Pida a un alumno que lea el consejo del presidente Gordon B. Hinckley en la página 48 de su manual y pregunte: ¿Qué los impresiona más del consejo del presidente Hinckley?
El desarrollo de nuestros talentos y aptitudes requiere un esfuerzo individual.
Muestre a los alumnos la fotografía de alguien a quien usted admira y explique por qué la considera una persona talentosa. También puede mostrar la fotografía de un atleta, un pianista, un líder u otra persona de éxito. Un periódico local podría ser un buen recurso para obtener la foto de alguien a quien poner de ejemplo. Entonces pregunte:
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¿Cómo hacen tales individuos para llegar a ser tan capaces? (Suelen desarrollar sus talentos a través de mucha práctica y grandes esfuerzos.)
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¿Qué papel desempeñan el trabajo y la práctica en el desarrollo de los talentos?
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Si todos practicáramos arduamente, ¿podríamos llegar a ser concertistas de piano? ¿Por qué?
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¿Qué le pasa al talento que no se usa ni se desarrolla?
Comparta la siguiente declaración del presidente James E. Faust, consejero de la Primera Presidencia:
“El presidente [Heber J.] Grant tenía una cita favorita de Ralph Waldo Emerson por la que se guiaba: ‘Aquello que persistimos en hacer se vuelve más fácil de realizar, no porque la naturaleza de la tarea en sí haya cambiado, sino porque ha aumentado nuestro potencial para realizarla’ (en “El poder del autodominio”, Liahona, julio de 2000, pág. 55).
Los dos relatos siguientes de la vida del presidente Grant ilustran cómo desarrolló aptitudes en áreas en las que en un principio tenía muy poca capacidad:
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De niño, Heber J. Grant era muy inexperto en los deportes. Ingresó a un club de béisbol pero tuvo que jugar con los más pequeños. Él mismo explicó:
“Una de las razones era la dificultad que tenía para lanzar la pelota de una base a la otra; otra era que me faltaba fuerza para correr o batear bien. Cuando recogía la pelota, los niños generalmente me gritaban: ‘Tira eso acá, debilucho’. Mis compañeros de infancia se divertían tanto a mi costa que juré solemnemente que jugaría al béisbol con el equipo que ganara el campeonato del territorio de Utah.
“Mi madre alojaba huéspedes para ganarse el sustento, y yo les lustraba las botas hasta que pude ahorrar un dólar con el que me compré una pelota de béisbol. Pasé horas y horas tirando la pelota contra el granero de un vecino… A menudo el brazo me dolía tanto que de noche no lograba conciliar el sueño; pero seguí practicando y finalmente logré colocarme en el segundo equipo de nuestro club. Más adelante, me uní a un club mejor, y por fin jugué con el equipo que ganó el campeonato del territorio. Habiendo cumplido la promesa que me había hecho a mí mismo, me retiré del mundo del béisbol” (“Work, and Keep Your Promises”, Improvement Era, enero de 1900, págs. 196–197).
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Cuando era joven, Heber J. Grant “decidió que algún día llevaría los libros de contabilidad del Banco Wells Fargo y Compañía. Por aquel entonces, todos los registros y cuentas del banco se escribían con pluma y uno de los requisitos de un buen tenedor de libros era la capacidad de escribir bien. Aprender a escribir bien fue el primer paso para lograr este empleo y la consecución de su meta; así que puso manos a la obra para convertirse en calígrafo.
“Al principio, su caligrafía era tan mala que cuando dos de sus compañeros observaron cómo escribía, uno le dijo al otro: ‘Esa letra parece las huellas dejadas por una gallina’. ‘No’, dijo el otro, ‘parece como si el tintero hubiera sido golpeado por un rayo’. Esto afectó al orgullo de Heber Grant quien, dando un puñetazo en el escritorio, dijo: ‘Algún día llegaré a darles lecciones de caligrafía’…
“En su adolescencia, mientras trabajaba como secretario de la compañía de seguros H. R. Mann y Compañía, recibió la oferta para trabajar como calígrafo en San Francisco por el triple de lo que ganaba. Más tarde llegó a ser profesor de caligrafía y contabilidad en la Universidad de Deseret (actualmente Universidad de Utah)” (Bryant S. Hinckley, Heber J. Grant: Highlights in the Life of a Great Leader, 1951, págs. 39–40).
A los 19 años, Heber había logrado su meta y trabajaba en Wells Fargo y Compañía (Ibíd., pág. 42).
Pregunte: ¿Por qué la mayoría de los éxitos son fruto del esfuerzo?
Anime a los alumnos a desarrollar sus talentos y aptitudes. Comparta la siguiente cita del presidente Gordon B. Hinckley:
“No podría desearles nada mejor que una vida fructífera; que el servicio que presten sea dedicado y lo den libremente; que contribuyan al conocimiento y al bienestar del mundo en el que viven, y que lo hagan con humildad y fidelidad ante su Dios. Él los ama; nosotros los amamos. Deseamos que sean felices y que tengan éxito, que hagan importantes contribuciones al mundo en el que vivirán y al progreso de esta grandiosa y majestuosa obra del Señor” (“El consejo y la oración de un profeta en beneficio de la juventud”, Liahona, abril de 2001, pág. 40).
SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS
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Pida a los alumnos que en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales anoten o revisen los talentos y aptitudes que creen tener. Pida que cada uno posteriormente pregunte a alguien a quien respete cuáles son, en opinión de esa persona, los talentos y las aptitudes del alumno. Pídales que comparen ambas listas y que seleccionen dos talentos o aptitudes en los cuales trabajar para un mayor desarrollo.
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Una vez determinados algunos de los talentos y aptitudes, pídales que decidan cuáles podrían ayudarles a conseguir un buen empleo. Entonces pregunte: Si ninguno de sus talentos y aptitudes guarda relación directa con las destrezas de su empleo, ¿podrían al menos valerse de alguno para contribuir a crear un ambiente positivo en su lugar de trabajo? ¿Cómo?