Amigas valientes
Esta historia ocurrió en EE. UU.
Molly quería ser valiente como su amiga.
El timbre sonó y Molly puso sus libros en la mochila. La escuela había terminado y estaba esperando ansiosamente el fin de semana.
“Recuerden que deben estar listos para presentar su trabajo de historia el lunes”, dijo el Sr. Miller. “Que tengan un buen fin de semana, niños”.
Molly volteó a ver a Anisha. Tenía la cabeza agachada y se veía muy preocupada.
“Hola, Anisha”, dijo Molly, “¿estás bien?”.
Anisha suspiró. “Tengo miedo de presentar mi trabajo el lunes. Me he esforzado mucho por mejorar mi inglés desde que nos mudamos aquí, pero me cuesta decir las palabras que tiene el libro de historia”.
Molly pensó en ello. Sería muy difícil mudarse a otro país y aprender un nuevo idioma.
“¿Te ayudaría si practicamos juntas?”, preguntó Molly.
Anisha asintió con la cabeza. “Sí, me gustaría. A lo mejor también podríamos estudiar las palabras de vocabulario”.
“¡Claro que sí!”, dijo Molly. “¡Eso nos ayudaría a las dos!”.
El lunes en la mañana, el Sr. Miller se puso frente a la clase. “Empezaremos la clase de hoy con la presentación de sus trabajos”.
Molly volteó hacia Anisha y le sonrió. Anisha también le sonrió, pero Molly podía ver en sus ojos que estaba preocupada.
Algunos de los otros niños presentaron su trabajo y luego le tocó a Anisha. Se oyeron risitas entre los niños mientras ella caminaba hacia el frente del salón. Algunos la señalaron y cuchichearon.
Anisha respiró profundamente. La hoja de papel que tenía en las manos temblaba un poco.
Molly hizo una oración en silencio. Padre Celestial, por favor ayuda a Anisha a presentar bien su trabajo. Y por favor ayúdame a saber cómo puedo ayudarla.
El maestro pidió a los alumnos que escucharan en silencio, pero Molly seguía escuchando susurros. Cuando Anisha trató de decir las palabras difíciles, algunas personas se rieron. Molly deseó poder hacer que los niños dejaran de reírse y de cuchichear. Se aseguró de sonreír cada vez que Anisha la veía.
Cuando Anisha terminó, regresó a su pupitre. Molly vio que tenía lágrimas en los ojos. Anisha puso la cabeza sobre el pupitre.
Ahora le tocaba a Molly. Caminó hasta el frente del salón. “Antes de empezar, quisiera decir que Anisha presentó muy bien su trabajo”.
Anisha levantó la vista.
“Solo ha vivido aquí unos cuantos meses y ya habla muy bien inglés. Se esfuerza mucho y no se da por vencida. Espero poder ser valiente como ella”.
Después de la clase, Molly recogió sus libros. Quería hablar con Anisha, pero muchos de los otros alumnos ya estaban con ella. Le estaban diciendo cosas agradables.
“¡Presentaste muy bien tu trabajo, Anisha!”, dijo un niño.
“¡Algunos de los nombres de las personas y los lugares son muy difíciles de decir!”, dijo otra niña.
Molly sonrió e hizo otra oración en silencio. Le dio gracias al Padre Celestial por ayudarle a ser valiente como Anisha.