¿Solo un trozo?
A Todd le costaba mucho quedarse sentado durante la reunión sacramental. Balanceaba los pies y se movía mucho en su asiento.
A Todd le gustaba sentarse en el regazo de su papá en la Iglesia, pero hoy su papá estaba de viaje. “Todd”, le susurró la mamá, “es el momento de ser reverente durante la Santa Cena”. Ella le dio un ejemplar de la revista Amigos.
Todd miró las imágenes, pero enseguida se cansó de estar quieto. Tomó la mano de Sarah, su hermana pequeña, y le estrechó la mano con sus deditos, a lo que Todd sonrió.
Pronto le pasaron la bandeja del pan y Todd tenía hambre. Con las dos manos, agarró mucho pan y la mamá frunció el ceño y le dijo: “La próxima vez toma solo uno”.
Después de la reunión, la mamá le sonrió a Todd. “Gracias por ayudar a Sarah mientras papá no está”.
A Todd le gustaba ayudar a la mamá en la Iglesia, pero pensó en todo el pan que tomó.
“Siento haber tomado tanto pan. ¿Por qué tomamos solo un trozo?”, preguntó.
La mamá abrazó a Todd. “No tomamos el pan porque tengamos hambre; tomamos el pan para recordar a Jesús y solo tomamos uno para que todos puedan tener un trozo para recordar a Jesús”.
Todd se esforzó al máximo por ser reverente durante la reunión sacramental la semana siguiente. Tomó solo un trozo de pan y estaba feliz de poder recordar a Jesús. Quería ayudar que también otras personas recordaran a Jesús.