De la Primera Presidencia
La luz y la paz del templo
Por el presidente Henry B. Eyring
Segundo Consejero de la Primera Presidencia
Adaptado de “Me encanta ver el templo”, Liahona, mayo de 2021, págs. 28–31.
Ver un templo o una imagen de un templo puede despertar en ti el deseo de entrar allí algún día. Llegará el día en que podrás obtener una recomendación para el templo para efectuar bautismos allí.Cuando se te bautiza por alguien que ha fallecido, ayudas al Salvador en Su sagrada obra de bendecir a un hijo de nuestro Padre Celestial.
Hace años, fui con mi hija al templo. Ella fue la última en ser bautizada aquel día y una obrera del templo le preguntó si podía quedarse más tiempo para ser bautizada por todas las personas cuyos nombres estaban listos ese día; mi hija dijo que sí.
La observé mientras entraba en la pila bautismal y comenzaron los bautismos. El agua le corría por el rostro cada vez que salía del agua. Le preguntaban una y otra vez: “¿Puedes hacer más?”; y cada vez, ella respondía que sí con una voz decidida. Se quedó hasta que la última persona de la lista fue bautizada en el nombre de Jesucristo.
Todavía recuerdo la luz y la paz que sentimos cuando nos marchamos juntos del templo. Así es como el servicio en el templo nos eleva y nos cambia.
La luz del templo
Coloca estas imágenes en tu hogar para que te recuerden que algún día podrás entrar en el templo.
Ilustraciones por David Habben