El don de la oración

Por la presidenta Susan H. Porter

Presidenta General de la Primaria

Adaptado de “Oren; Él está ahí”, Liahona, mayo de 2024, págs. 77–79.

Nuestro Padre Celestial te ha dado un don muy especial. Es el don de la oración. La oración puede ayudarnos en cualquier momento y en cualquier lugar.

Quiero compartir tres dones por los que puedes orar.

1. Orar para saber.

Si no podemos ver al Padre Celestial cuando oramos, ¿cómo podemos saber que nos está escuchando?

El presidente Nelson te ha invitado a que “derrame[s] [t]u corazón a [t]u Padre Celestial […]. ¡Y [que] luego, escuch[es]!”* Puedes saber que el Padre Celestial escucha tus oraciones cuando prestas atención a lo que sientes en tu corazón y a los pensamientos que acuden a tu mente.

2. Orar para crecer.

¿Cómo quieres crecer? ¿Quieres aprender una nueva habilidad o hacer nuevos amigos? ¡Puedes orar para crecer a fin de llegar a ser más semejante a Jesucristo!

Mi nuevo amigo Jonah me contó que a menudo se sentía preocupado en la escuela, pero cuando comenzó a orar antes de ir a la escuela, sintió paz. Jonah ora para crecer todos los días, ¡y tú también puedes hacerlo!

3. Orar para demostrar.

Cuando era niña, oraba por mi familia. Quería saber cómo podía ayudarla. El Padre Celestial me ayudó a saber que podía ser un ejemplo del Evangelio de Jesucristo. ¡Eso es lo que podía hacer!

Si oras por tu familia u otras personas que te aman, ¡no te des por vencido! El Padre Celestial te demostrará lo que puedes hacer. Cuando pidas Su ayuda con sinceridad, Su Espíritu te guiará.

Mis oraciones

Piensa en estas preguntas cada vez que ores. Luego colorea una flor. ¡A ver si puedes colorear toda la página!

¿Qué quiero saber?
¿Cómo quiero crecer?
¿Cómo puedo demostrar el amor del Padre Celestial hacia los demás?