“Fracasar con éxito”, Para la Fortaleza de la Juventud, febrero de 2022.
Ayuda para la vida
Fracasar con éxito
A veces puede que no estés a la altura, pero eso, en realidad, puede ayudarte a avanzar.
Ilustraciones por Alyana Cazalet
Si escribieras un libro acerca de tu vida, ¿cuál sería el título? ¿Sería Mi vida completamente perfecta y exitosa o Mi vida asombrosa y sin errores?
Lo más probable es que te sintieras incómodo con esos títulos, porque no reflejarían la verdad. Tu vida no es perfecta ni está libre de errores. La mía tampoco. De hecho, la vida de nadie lo está. El cometer errores y no estar a la altura forma parte de la vida, pero hay una enorme diferencia entre fracasar y ser un fracasado. No eres un fracasado y fracasar no siempre es algo malo. A continuación presentamos tres consejos que te ayudarán a convertir tus fracasos en éxitos.
Una oportunidad para tener éxito en el futuro
A veces, el no estar a la altura nos puede parecer el fin del mundo, pero el equivocarse suele ser una excelente forma de aprender; puede ser una oportunidad para meditar sobre tus caminos (véase Hageo 1:5), cambiar de dirección e intentarlo de nuevo. Eso te ayudará a prepararte para tener más éxito la próxima vez.
Evita la trampa de la comparación
Resulta fácil compararnos con los demás. Se nos bombardea constantemente con cosas interesantes y maravillosas que parece que todos los demás están haciendo, en particular en las redes sociales. Eso nos puede hacer sentir que no damos la talla.
En lugar de centrarnos en las cosas que otras personas tienen y que a ti te faltan, deja las comparaciones y empieza a contar tus bendiciones. El élder Gary E. Stevenson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, nos ha animado a “relacionarnos con los demás de formas significativas y […] aportar luz a sus vidas”1. Celebra los logros de otras personas y comienza a hacer planes sobre formas en que puedes mejorar. Eso es mucho más eficaz que centrarte en comparar tu vida con la de otra persona.
Todas las cosas pueden obrar juntamente para tu bien
Todos afrontaremos el fracaso. En lugar de castigarnos y pensar que somos inadecuados o indignos, hay una forma de que nos levantemos, nos sacudamos el polvo y avancemos.
Las Escrituras nos enseñan: “Escudriñad diligentemente, orad siempre, sed creyentes, y todas las cosas obrarán juntamente para vuestro bien” (Doctrina y Convenios 90:24). El élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles, ha dicho que esto es verdad porque el Padre Celestial y nuestro Salvador Jesucristo “saben que todas las cosas pueden obrar juntamente y saben lo que es bueno para nosotros”2. Ellos nos conocen y nos aman de manera perfecta. Si confiamos en Ellos, nuestra fe nos puede animar a seguir adelante siempre que no estemos a la altura.
No podemos ser perfectos por nosotros mismos. La perfección está en Cristo y se consigue al ejercer fe en Él y seguirlo. Cuando pienses que has fracasado y que no puedes hacer las cosas bien, acude al Padre Celestial y al Salvador y verás que te ayudarán día a día.