Al grano

¿Por qué quiere Dios que hagamos convenios?

Desde los días de Adán y Eva, Dios les ha contado a Sus hijos acerca del plan que tiene para que lleguemos a ser más semejantes a Él, el cual incluye la fe en Jesucristo, el arrepentimiento, el bautismo y el don del Espíritu Santo.

Cuando las personas reciben el bautismo y el don del Espíritu Santo, hacen convenios. Los convenios son acuerdos sagrados entre Dios y una persona. Dios nos promete bendiciones si nos esforzamos por guardar nuestros convenios. Los convenios nos permiten obtener acceso al poder que nos limpia de nuestros pecados. Mediante ellos también recibimos las mayores bendiciones que Dios puede ofrecernos.

No sabemos todas las razones por las que necesitamos ordenanzas y convenios. Tal como el presidente Dallin H. Oaks, Primer Consejero de la Primera Presidencia, dijo en una ocasión: “El bautismo es un requisito, pero ¿por qué? […]. No lo sé. Lo que sí sé es que la remisión de pecados solo es posible mediante el sacrificio expiatorio de nuestro Salvador, Jesucristo […]. Su sacrificio pagó el precio de mis pecados, y Él ha prescrito las condiciones mediante las cuales puedo ser salvo gracias a Su pago. Para mí, esta es una razón suficiente” (véase “¿Por qué realizamos la obra misional?”, Liahona, septiembre de 2009, pág. 27).