Todo lo puedo en Cristo

Varios jóvenes comparten cómo Cristo los ha fortalecido para hacer cosas difíciles (véase Filipenses 4:13).

Podemos arrepentirnos

Aunque fui bautizado cuando tenía ocho años, no siempre hice lo correcto. Cuando era adolescente comencé a pasar tiempo con un grupo de jóvenes y empezamos a hacer cosas que sabía que no eran buenas.

Después de que mi hermana se casó, me ayudó a regresar a la Iglesia. Aprendí acerca de la importancia de la Palabra de Sabiduría y de tratar bien a mi cuerpo.

Sin embargo, un día cometí otro pecado grave y sentí que no podía tener el Espíritu ni el poder del sacerdocio conmigo. Me sentía muy despreciable y pensaba que no sería capaz de cumplir con mis responsabilidades en la iglesia, como bendecir y repartir la Santa Cena.

El Evangelio me enseñó que siempre podemos arrepentirnos. Me costó ir a ver a mi obispo y confesar mi pecado. Me resultaba difícil saber que las personas podían verme entrar en su oficina, pero quería la paz del Señor y deseaba arrepentirme.

Mi obispo hizo una oración conmigo y me dijo que el Señor siempre es misericordioso con aquellos que procuran arrepentirse y que podría recuperarme de mi error. Ahora he comenzado a leer las Escrituras y a orar, y sé que eso me ayuda a resistir la tentación.

Si el proceso del arrepentimiento es difícil para ti, siempre debes recordar el don de Jesucristo y Su milagrosa expiación. Todos pecamos y cometemos errores, y no lograremos la perfección en esta vida. Sin embargo, mediante la expiación de Jesucristo y la sangre que Él derramó por nosotros, siempre podemos arrepentirnos. Podemos avanzar hacia la perfección con la ayuda del Señor.

Kenneth B., Tonga