Sesión del domingo por la tarde
Regocíjense en el don de las llaves del sacerdocio
Extractos
Sin las llaves del sacerdocio, ninguno de nosotros tendría acceso a las ordenanzas y los convenios esenciales que nos ligan a nuestros seres queridos eternamente y nos permiten finalmente vivir con Dios […].
Las llaves del sacerdocio nos otorgan la autoridad para extender todas las bendiciones prometidas a Abraham a cada hombre o mujer que guarde los convenios. La obra del templo pone estas bellas bendiciones al alcance de todos los hijos de Dios, sin importar dónde o cuándo hayan vivido o vivan ahora […].
Las llaves del sacerdocio que fueron restauradas mediante el profeta José Smith hacen posible que cada hombre o mujer que guarda los convenios disfrute de increíbles privilegios espirituales personales […].
Mis queridos hermanos y hermanas, esta es mi promesa: Nada los ayudará más a aferrarse a la barra de hierro que adorar en el templo con la regularidad que sus circunstancias lo permitan. Nada los protegerá más, cuando hagan frente a los vapores de tinieblas del mundo. Nada reforzará más su testimonio del Señor Jesucristo y de Su Expiación, y nada los ayudará más a entender el magnífico plan de Dios. Nada calmará más su espíritu en los momentos de dolor. Nada abrirá más los cielos. ¡Nada!
El templo es la puerta a las bendiciones más grandes que Dios tiene reservadas para cada uno de nosotros, porque el templo es el único lugar sobre la tierra donde podemos recibir todas las bendiciones prometidas a Abraham […].
Regocijémonos en la restauración de las llaves del sacerdocio, que hacen posible que ustedes y yo disfrutemos cada bendición espiritual que estemos dispuestos a recibir y de la que seamos dignos.