Para la Fortaleza de la Juventud
Surge en el corazón
Mayo de 2024


Sesión del sábado por la mañana

Surge en el corazón

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Hermanos y hermanas, testifico que Dios escucha cada oración que ofrecemos y responde a cada una de ellas de acuerdo con la senda que Él ha trazado para nuestro perfeccionamiento […]. Es por razones solo conocidas por Dios que las oraciones se responden de modo diferente de lo que esperamos, pero les aseguro que son escuchadas y son respondidas de acuerdo con Su infinito amor y Su tiempo celestial.

Si “no p[edimos] impropiamente” [2 Nefi 4:35], no hay límites en cuanto a cuándo, dónde ni sobre qué debemos orar […].

Debemos orar individualmente, en nuestras familias y en congregaciones de todos los tamaños. Debemos emplear la oración como un escudo contra la tentación y si hubiere alguna ocasión en la que sintamos que no debemos orar, podemos estar seguros de que tal indecisión no viene de Dios, quien ansía comunicarse con Sus hijos en todo momento […]. Cuando no sepamos cómo o exactamente por qué orar, debemos comenzar y continuar hasta que el Santo Espíritu nos guíe a la oración que debamos ofrecer […].

En definitiva, podemos fijarnos en el ejemplo del Salvador, quien oraba con mucha, mucha frecuencia […].

En el marco de la victoria de Cristo sobre la muerte y del reciente don que me ha dado de unas pocas semanas o meses más en la vida terrenal, doy solemne testimonio de la realidad de la vida eterna y de la necesidad de que seriamente hagamos planes para alcanzarla.

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