Sesión del sábado por la tarde
“Quedaos tranquilos, y sabed que yo soy Dios”
Extractos
Cada vez que recibimos, repasamos, recordamos y renovamos fielmente los convenios sagrados, nuestras anclas espirituales se fijan cada vez más segura y firmemente a la “roca” de Jesucristo […].
A medida que el fundamento de nuestra vida se edifica sobre el Salvador, somos bendecidos para “quedar[nos] tranquilos”; para tener la seguridad espiritual de que Dios es nuestro Padre Celestial, nosotros somos Sus hijos y Jesucristo es nuestro Salvador […].
El día de reposo es el día de Dios, un momento sagrado apartado para recordar y adorar al Padre en el nombre de Su Hijo, para participar en ordenanzas del sacerdocio, y para recibir y renovar convenios sagrados […].
Las “casa[s] de oración” en las que nos reunimos en el día de reposo son los centros de reuniones y otros edificios aprobados: lugares santos de reverencia, adoración y aprendizaje […].
El templo es otro lugar santo específicamente apartado para adorar y servir a Dios, y aprender verdades eternas […].
Nuestro hogar debe ser la suprema combinación de momentos sagrados y el lugar santo en el que las personas y las familias puedan “quedar[se] tranquil[a]s” y saber que Dios es nuestro Padre Celestial, nosotros somos Sus hijos y Jesucristo es nuestro Salvador […].
Prometo que conforme edifiquemos el fundamento de nuestra vida sobre la “roca” de Jesucristo, podemos ser bendecidos por el Espíritu Santo para recibir una tranquilidad del alma personal y espiritual que nos permita saber y recordar que Dios es nuestro Padre Celestial, nosotros somos Sus hijos y Jesucristo es nuestro Salvador, y que podemos ser bendecidos para hacer y superar cosas difíciles.