Sesión del domingo por la mañana
Las palabras importan
Extractos
¡Las palabras importan! […]
Desafortunadamente, las palabras pueden ser irreflexivas, precipitadas e hirientes […].
Por otro lado, las palabras pueden celebrar victorias, ser esperanzadoras y alentadoras. Pueden impulsarnos a replantear, reiniciar o reorientar el rumbo. Las palabras pueden abrirnos la mente a la verdad.
Por eso, ante todo, las palabras del Señor importan […].
Creer y prestar atención a la palabra de Dios nos acercará más a Él […].
Segundo, las palabras de los profetas importan.
Los profetas testifican de la divinidad de Jesucristo, enseñan Su Evangelio y muestran Su amor por todos […].
Las palabras del profeta son importantes para el Señor y para nosotros.
En tercer lugar, y no menos importante, están nuestras propias palabras […].
Sean cuidadosos con lo que dicen y cómo lo dicen. En nuestra familia, especialmente entre el esposo, la esposa y los hijos, nuestras palabras pueden unirnos o abrir una brecha entre nosotros.
Permítanme sugerir tres frases sencillas que podemos utilizar para quitar el aguijón de las dificultades y las diferencias, para elevarnos y tranquilizarnos unos a otros:
“Gracias”.
“Lo siento”.
Y “te amo” […].
Les prometo que si nos “deleita[mos] en las palabras de Cristo” [2 Nefi 32:3] que conducen a la salvación, en las palabras de nuestro profeta que nos guían y alientan, y en nuestras propias palabras, que expresan quiénes somos y qué valoramos, los poderes del cielo se derramarán sobre nosotros.