Para la Fortaleza de la Juventud
Todas las cosas para nuestro bien
Mayo de 2024


Sesión del sábado por la tarde

Todas las cosas para nuestro bien

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En este mundo de aflicciones, “sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas obrarán juntamente para su bien” [Romanos 8:28] […].

¡Una promesa singular! ¡Seguridad reconfortante proveniente de Dios mismo! […]

Cuando se sobrellevan con fe, las pruebas y los sacrificios que jamás elegiríamos pueden bendecirnos a nosotros y a otras personas de maneras que nunca habríamos imaginado.

Aumentamos la fe y la confianza en el Señor de que todas las cosas pueden obrar juntamente para nuestro bien cuando obtenemos una perspectiva eterna; comprendemos que nuestras pruebas pueden ser “de aquí a poco”; reconocemos que la aflicción puede ser consagrada para nuestro provecho; reconocemos que los accidentes, la muerte prematura, las dolencias debilitantes y las enfermedades son parte de la vida terrenal; y confiamos en que nuestro amoroso Padre Celestial no nos pone pruebas para castigarnos o juzgarnos […].

Las cosas obran juntamente para bien cuando ministramos como Jesucristo lo haría.

Un padre que tenía la asignación de actuar como hermano ministrante junto con su hijo en edad del oficio de maestro explicó que “ministrar es cuando pasamos de ser vecinos que llevan galletas a ser amigos dignos de confianza, personas que atienden emergencias espirituales”. El sentido de pertenencia a Jesucristo por convenio aporta consuelo, conecta y consagra […].

El Libro de Mormón es la evidencia que podemos sostener con nuestras manos de que Jesús es el Cristo y que Dios cumple Sus profecías […].

A medida que los templos se construyen más cerca de nosotros en muchos lugares, un sacrificio relacionado con el templo que podemos ofrecer es el de buscar la santidad en la Casa del Señor con más frecuencia […].

En esta vida y en la eternidad, el propósito de la Creación y la naturaleza de Dios mismo es que todas las cosas obren juntamente para nuestro bien.

Este es el propósito eterno del Señor. Es Su perspectiva eterna; es Su promesa eterna […].

Acudan a Dios, nuestro Padre, y a Jesucristo. Confíen en que Ellos viven, los aman y quieren que todas las cosas obren para su bien.

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