Para la Fortaleza de la Juventud
Conectar los dos grandes mandamientos
Mayo de 2024


Sesión del domingo por la tarde

Conectar los dos grandes mandamientos

Extractos

póster

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Examinemos cada uno de los dos grandes mandamientos, revelados y enumerados en la respuesta de Jesucristo. Mientras lo hacemos, dejen que la imagen del magnífico puente colgante resuene en su mente.

El primero es amar al Señor con todo su corazón, alma y mente […].

Amar al Señor se centra primero en el corazón, en nuestra verdadera naturaleza. El Señor pide entonces que amemos con toda nuestra alma —todo nuestro ser consagrado— y, por último, que amemos con toda nuestra mente, nuestra inteligencia e intelecto […].

Puedo amar al Padre Celestial y a Jesucristo, lo cual conduce a la oración, al estudio de las Escrituras y a la adoración en el templo. Amamos al Padre y al Hijo cuando pagamos el diezmo, santificamos el día de reposo, llevamos una vida virtuosa y casta, y somos obedientes […].

¡Amar al Señor conduce a la felicidad eterna! […]

Amar al Señor no estaría completo si descuidamos a nuestro prójimo. Este amor por los demás abarca a todos los hijos de Dios sin importar su género, clase social, raza, sexualidad, ingresos, edad o etnia […].

Para que todo puente colgante cumpla con su propósito, sus torres deben funcionar juntas en completa armonía. Del mismo modo, nuestra capacidad para seguir a Jesucristo depende de la fortaleza y el poder que tengamos para vivir el primer y el segundo mandamiento con equilibrio e idéntica devoción por ambos […].

Ruego […] que nuestro corazón y nuestra mente se eleven para amar al Señor y se extiendan para amar al prójimo.