La limonada brasileña y las limas de la vida
La vida tiene una manera de desbaratar tus expectativas. ¿Qué puedes hacer entonces?
Limonada brasileña fresca, se leía en el letrero del mercado al aire libre. Después de un delicioso y cremoso sorbo, sentí deseos de irme a casa y hacerla.
Pensé que sabía lo que necesitaba: azúcar, agua, hielo y, por supuesto, limones, ¿verdad? (Después de todo, en español, el nombre de la bebida contiene la palabra limón).
Sin embargo, cuando busqué en Google una receta brasileña, me sorprendió encontrar limas en lugar de los limones que esperaba. ¡No era a lo que estaba acostumbrada!
Una receta para la vida
Una cosa son los ingredientes inesperados de una receta, pero ¿qué sucede cuando la vida te lanza algo inesperado o incluso algo desagradable? Imagínate esto: Estás haciendo todo lo posible por tomar decisiones correctas, y las cosas te van muy bien. Piensas que la receta de tu vida podría tener ingredientes como estos:
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Bendiciones
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Amigos de toda la vida
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Una familia amorosa
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Servir en una misión maravillosa
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Conseguir el trabajo de tus sueños
Pero, a medida que avanzas, también encuentras estos ingredientes en la mezcla:
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Pruebas
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Amistades que terminan inesperadamente
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Familia con dificultades
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Una misión muy difícil
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Oraciones sin contestar
¿Hiciste algo malo? ¿Está arruinada tu vida? ¿Deberías desechar la receta (y, de paso, tu fe) porque las cosas no están yendo como esperabas?
Pon tu confianza en Dios
¡Por supuesto que no! Aprende de los dos mil jóvenes guerreros. Aunque ellos y sus familias vivían rectamente, seguían enfrentando guerras, la separación de sus familias y lesiones graves. Probablemente no era lo que estos jóvenes valientes esperaban.
No obstante, a pesar de eso, aún decían: “Nuestro Dios está con nosotros” (Alma 56:46). Cuando renunciaron a sus expectativas, pusieron su confianza en Dios y avanzaron con fe. Él convirtió las inesperadas “limas” de su vida en bendiciones y Él hará lo mismo por ti.
Así que la próxima vez que la receta de tu vida lleve limas cuando pensaste que habría limones, no te des por vencido. Como enseñó el Señor a José Smith, “todas estas cosas te servirán de experiencia, y serán para tu bien” (Doctrina y Convenios 122:7). No importa lo que suceda, con Dios de tu lado, la vida puede ser deliciosa (tal vez sea tan buena como la limonada brasileña).