Para la Fortaleza de la Juventud
Hacer el bien en París
Agosto de 2024


Hacer el bien en París

Estos dos discípulos muestran cómo siguen ellos al Salvador.

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Una joven

Fotografías por Christina Smith

Con tantos desafíos y personas de todo el mundo que necesitan ayuda, ¿alguna vez te preguntas si hay algo que puedas hacer para ayudar que realmente marque la diferencia?

Durante Su ministerio terrenal, Jesús “anduvo haciendo bienes” (Hechos 10:38). Al ser Su discípulo, tú puedes seguir Su ejemplo y hacer lo mismo. ¡Sí! Hay mucho que puedes hacer para marcar la diferencia.

Eso es lo que han descubierto los hermanos Elodie, de 14 años, y Micah, de 12 años, de París, Francia. A continuación, verás algunas maneras en que ellos siguen a Jesucristo y “andan haciendo bienes” a su alrededor.

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Hombre joven

Centrarse en los necesitados

“Un discípulo de Cristo siempre confía en el Salvador”, dice Elodie. “Un discípulo de Cristo lo ama y está agradecido por lo que Él ha hecho por él o ella. Un discípulo de Cristo trata de seguir Sus pasos”.

Elodie sigue al Salvador al estar “anhelosamente consagrad[a] a una causa buena” (Doctrina y Convenios 58:27). “Mis amigos y yo organizamos eventos con el fin de recaudar fondos para personas menos privilegiadas o países con dificultades”, dice Elodie. “El dinero sirve para comprar ropa, libros, juguetes, artículos de higiene personal y comida. También creamos conciencia en las personas que tal vez no saben de estas cosas para ver si les gustaría ayudar. Tratamos de dar un paso al frente y ayudar a otras personas”.

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Hermanos paseando juntos

En otoño de 2022, Elodie y sus amigas apoyaron a una organización benéfica en Francia que ayuda a las mujeres con dificultades para encontrar empleo o que necesitan ayuda para mantener a su familia. Llevaron a cabo un desfile de moda para recaudar dinero. Donaron los fondos a la organización con la esperanza de que apoyara a las mujeres necesitadas y marcara una diferencia en sus vidas.

“Me siento feliz de poder cambiar algo que estaba yendo mal para otra persona”, dice Elodie. “También es divertido reunirse con las personas para tratar de averiguar cómo lograr que los demás participen y ayudarles a ver que pueden participar y marcar la diferencia también”.

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Familia cocinando

Ser un amigo

“Un discípulo de Cristo pone a Cristo en el centro de su corazón y de su vida”, dice Micah. “Trata de ser como Él”.

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Un joven leyendo las Escrituras

Micah sirve como embajador en su escuela. Un embajador ayuda a los nuevos alumnos. Realiza recorridos escolares, muestra cómo funciona el curso de estudio y ayuda a los nuevos alumnos a adaptarse.

“Ayudé a uno de mis amigos cuando vino por primera vez a nuestra escuela”, dice Micah. “Durante el almuerzo, me hizo preguntas acerca de la escuela y yo las contesté. Traté de que se sintiera cómodo. Es bueno apoyar a amigos que podrían sentirse decaídos, tristes o solos. Me hace sentir que estoy llegando a ser más semejante a Jesucristo”.

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Joven jugando con su hermano menor

Hace varios años, cuando llegó el momento de que Micah fuera bautizado, su madre le preguntó a quién quería invitar a su bautismo. Micah invitó a siete amigos, ¡y todos vinieron! “Estaba feliz de que todos me apoyaran”, dice él.

Durante los días siguientes, los amigos de Micah le preguntaron acerca de su bautismo y la Iglesia. “Traje pasajes de las Escrituras y hablé con ellos acerca de lo que es la Iglesia”, dijo Micah. “Fue genial decirles lo que la Iglesia significa para mí y para mi familia”.

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Una joven estudiando las escrituras

Encontrar fortaleza para hacer el bien

Al recordar y seguir al Salvador, Elodie y Micah encuentran la fortaleza para hacer el bien.

“Confiar en Jesús me ha ayudado mucho”, dice Elodie. “Con Él a mi lado, puedo compartir el Evangelio, pasar tiempo con mi familia, establecer relaciones, participar en actividades para los jóvenes, aumentar mi testimonio, prepararme para servir en una misión y continuar congregando a Israel”.

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Una joven

Micah también encuentra fortaleza para ser discípulo de Cristo. “Si no estoy seguro de qué hacer en ciertas situaciones, me pregunto qué haría el Salvador. Si el Salvador lo haría, entonces yo también debo hacerlo”, dice Micah. “Antes, era demasiado tímido para contarle a alguien acerca de mis creencias. Pensaba: ‘Se van a burlar de mí’. Ir a la Iglesia, ir al templo y ayudar a los demás hace que mis amigos conozcan a mi verdadero yo”.

Elodie nos recuerda que “Jesucristo dio todo Su tiempo, todo Su esfuerzo y todo Su amor a los demás”. Recordar esto ha ayudado a Elodie de muchas maneras. “Cuando mis amigos y yo organizamos actividades benéficas, tratamos de reflejar lo que Jesús hizo toda Su vida”, dice ella. “Hacemos lo que Él haría si estuviera aquí. Eso me recuerda que soy discípula de Cristo”.

Jesucristo “es la ‘fortaleza de la juventud’”. Eso significa que Él es tu fortaleza. Él te fortalecerá tal como lo ha hecho con Elodie y Micah. Con Él, “todo lo pued[es]” (Filipenses 4:13) y puedes andar haciendo “mucho bien” por tus amigos, familiares y otras personas a tu alrededor.

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