Para la Fortaleza de la Juventud
¿Quién está a cargo de tu cerebro?
Agosto de 2024


¿Quién está a cargo de tu cerebro?

Cabeza con engranajes dentro

Piensa en todo lo que tu cerebro consume todos los días: conversaciones, programas de televisión, música, videos, textos, panoramas, palabras, sonidos. Son muchas cosas en las que pensar. Si no prestas atención a lo que tu cerebro dedica tiempo, es fácil que esas cosas lleven el timón de tu vida. Estos consejos pueden ayudarte a mantener el control.

Enchufe eléctrico desconectado

1. Planea desconectarte

Programa tiempo todos los días para desconectarte de la tecnología y las distracciones. Podrías pasar un tiempo tranquilo al aire libre o ir a lugares sin tus dispositivos cuando no los necesites. Dedicar un tiempo tranquilo e intencionado sin la tecnología parloteando en el oído le da a la mente espacio para descansar, ponerse al día y formar ideas inspiradas. Piensa en lo que dice la guía Para la Fortaleza de la Juventud sobre el uso de la tecnología: “Las redes sociales y otras tecnologías pueden absorber gran parte de tu tiempo sin darte algo de mucho valor a cambio. Tómate un descanso del mundo virtual y conéctate con las personas de la vida real”.

Burbuja de pensamiento

2. Practica meditar

Cuando Jesucristo visitó a los nefitas, les enseñó Su Evangelio. Luego les dijo que fueran a casa y meditasen (que pensaran profundamente en) Sus palabras y “prepara[sen] [su] ment[e]” para recibir más de Sus palabras (3 Nefi 17:3). Nosotros también debemos dedicar tiempo a meditar y reflexionar. Piensa en lo que has estado sintiendo últimamente, aquello por lo que estás agradecido, lo que has aprendido recientemente o cuáles son tus metas. Meditar puede ayudarte a ver la mano de Dios en tu vida.

Oreja

3. Ora, y luego, escucha

Nuestra mente puede ser un receptor espiritual. El Presidente Russell M. Nelson nos enseñó: “Oren en el nombre de Jesucristo acerca de sus preocupaciones, sus temores, sus debilidades, sí, los anhelos mismos de su corazón. ¡Y luego, escuchen! Anoten las ideas que acudan a su mente”. Orar y luego escuchar al Espíritu pueden ayudarte a sentir paz y guía celestial entre las muchas voces del mundo.

Dedo señalando estrellas

4. Da prioridad a las buenas influencias

“Tu mente y tu espíritu se ven profundamente afectados por lo que lees, ves y escuchas”. Observa lo que le provees a tu cerebro. ¿Qué fuentes son útiles? ¿Cuáles invitan al Espíritu? Si las cosas a las que dedicas tiempo te hacen sentir enojado, ansioso, perezoso o contencioso, tal vez sea el momento de eliminar esas influencias. Da prioridad a las que edifiquen o sean “virtuos[as], o bell[as], o de buena reputación” (Artículos de Fe 1:13). Escoger buenas influencias puede ayudarte a seguir a Jesucristo y recibir Sus bendiciones prometidas.