Al grano
¿Cómo podemos estar unidos si todos somos tan distintos?
Todos somos diferentes, pero el Señor desea que “se[amos] uno” (Doctrina y Convenios 38:27). Estos son algunos principios de unidad que los profetas y apóstoles nos han enseñado:
Estamos unidos en Jesucristo, Su Evangelio y Su Iglesia. “Es solo en nuestra lealtad individual a Jesucristo y amor por Él […] que podemos esperar ser uno”.
La unidad requiere amor. “Aun con la diversidad de idiomas y las hermosas y edificantes tradiciones culturales, debemos entrelazar los corazones con unidad y amor”.
La unidad no es uniformidad. “Unidad y diversidad no son cosas opuestas. Podemos lograr una mayor unidad a medida que fomentamos un ambiente de inclusión y respeto por la diversidad”. “La unidad no requiere uniformidad, pero sí requiere armonía”.
La unidad requiere desterrar la contención y los prejuicios. “Hay lugar para todos; sin embargo, no hay lugar para ningún tipo de prejuicio, condena o contención”.