Él me escucha
Pocos días antes del comienzo de mi último año de seminario, el hermano Fernández, nuestro nuevo maestro, fue a mi casa. Nos pidió a mi hermana y a mí que nos uniésemos a él y a su esposa para cantar un himno sobre la Primera Visión en la reunión sacramental. Yo no había cantado en público con anterioridad y siempre había creído que no tenía una voz lo bastante buena para hacerlo, pero pensé que no podía negarme, así que accedí a intentarlo.
El himno me resultaba desconocido y pocos días antes de la actuación, el hermano Fernández nos prestó un audiocasete para que mi hermana y yo pudiéramos aprendernos nuestra parte.
El viernes anterior a la actuación, empezó a dolerme la garganta. Esa noche me acosté temprano, pero no podía dormir y tenía dificultades para respirar. Me dolía todo el cuerpo.
Al día siguiente me levanté quejándome del dolor y mi madre me aconsejó que fuera al médico, el cual me dio unas medicinas y me mandó a casa a descansar.
Pasé ese día en cama. Mi familia estaba asustada porque no me bajaba la fiebre, mientras yo oraba mucho para que mi Padre Celestial me ayudara a sentirme mejor.
Cuando desperté ese domingo, me sentía mucho mejor y fui a la Iglesia. Luego de compartir mi testimonio sobre cómo me había bendecido el asistir a seminario, llegó el momento de cantar. No me sentía bien preparada, pero sabía que nuestro Padre Celestial conocía mi situación y me ayudaría.
Mi maestro de seminario, su esposa, mi hermana y yo cantamos sobre cuando el profeta José Smith vio a Dios el Padre y a Su Hijo, Jesucristo, y cómo somos llamados a trabajar en Su obra. Luego los miembros nos felicitaron, pero mi mayor satisfacción derivaba del haber cantado al Señor con todas mis fuerzas.
Me siento muy agradecida por el Evangelio, pues sé que cuando oro, estoy hablando con mi Padre Celestial. Él me escucha, me ama y conoce mis necesidades.
Valeria Tello es miembro del Barrio Plumerillo 2, Estaca Mendoza, Argentina.