2003
Fui guiada a la Iglesia
octubre de 2003


Fui guiada a la Iglesia

Crecí en Mongolia y creía en el budismo, pero un día una amiga fue a mi casa. Era miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y me habló sobre Jesucristo y me invitó a asistir a su Iglesia. No le hice caso, pero volvió otra vez y yo seguí sin prestarle atención.

Unas semanas después de su visita, tuve un sueño. Una voz me decía que fuera a la iglesia. Yo preguntaba: “¿Qué? ¿A qué iglesia? No entiendo”. La voz me dio instrucciones sobre cómo llegar. Se me dijo: “Mañana por la mañana ve a esta iglesia. Cuando entres, habrá dos misioneros para recibirte”.

Al despertarme por la mañana, estaba confusa. “¿Quién me había visitado durante el sueño? ¿Quién me había hablado?”, me preguntaba. Pero decidí ir a la iglesia.

Seguí las instrucciones y encontré la iglesia. En la puerta había dos misioneros para recibirme. Me estrecharon la mano y me invitaron a asistir a la reunión. Los miembros eran amables y todos sonreían. Me sentí muy feliz.

Después de la reunión sacramental, los misioneros me invitaron a recibir las charlas y yo accedí.

Cuando los élderes Johnson y Sampson me enseñaron la primera charla, me quedé confusa, pero ellos volvieron a explicármela por entero. Tenían un testimonio poderoso. Les hice muchas preguntas y ellos siempre las respondían. Leyeron las Escrituras conmigo, me invitaron a orar sobre lo que habían compartido conmigo y se fueron.

Estaba contenta y decidí preguntarle a Dios si lo que estaba aprendiendo era verdad, así que me arrodillé y oré: “Si Dios vive y me ama, si Jesucristo vive y esta Iglesia es verdadera, ayúdame a sentir el Espíritu”. Después de orar, tenía un sentimiento bueno y agradable en el corazón. Me sentía como si volara. Percibí la respuesta en mi interior: “Dios vive. ¡Él te ama! Jesucristo vive. No te confundas; ésta es la única Iglesia verdadera”. Sabía que se trataba del Espíritu Santo que testificaba de la verdad y que había recibido mi respuesta de Dios.

Dos días después, los misioneros volvieron a mi casa. Les hablé de los sentimientos que había tenido y de mi deseo de bautizarme. Era tan feliz que di saltos de alegría. Durante las tres semanas siguientes, los misioneros me enseñaron el resto de las charlas y me bauticé.

Sé que Dios vive y que me ama, que Jesucristo es nuestro Redentor y Salvador. Sé que José Smith vio a Dios el Padre y a Su Hijo, Jesucristo. Siento amor por el Libro de Mormón y sé que es la palabra de Dios. Ahora presto servicio en una misión de tiempo completo en Raleigh, Carolina del Norte, en los Estados Unidos. Me encanta la misión. Ésta es la obra del Señor y estoy muy agradecida porque fui guiada a la Iglesia verdadera de Jesucristo.

Yadamsuren Munkhtuya ha finalizado la misión y es miembro de la Rama Old Darkham, Distrito Ulan Bator Norte, Mongolia.