Aquel libro
Durante mucho tiempo no le presté nada de atención a aquel libro, pero cuando finalmente lo abrí, cambió mi vida por completo.
Cuando me trasladé a una residencia de estudiantes universitarios en Khon Kaen, Tailandia, me fijé en un libro azul que estaba en un rincón del cuarto. Nunca lo tomé, y allí se quedó hasta que me mudé a otro lugar muchos meses después.
Después de graduarme de la universidad, regresé a mi pueblo natal de Kalasin. Un día, mientras visitaba a un amigo, vi un libro azul sobre su televisor que me recordó al que yo había visto anteriormente en mi dormitorio. “¿Dónde encontraste ese libro?”, le pregunté. Me dijo que se lo habían dado los misioneros. Le conté que había visto un libro parecido pero que no sabía nada de él. Mi amigo tampoco lo había leído.
Tomé el libro y leí las palabras de la tapa: “El Libro de Mormón: Otro testamento de Jesucristo”. Luego, lo abrí al azar por Jacob 5 y empecé a leer sobre un olivo cultivado y uno silvestre, y aunque no entendí el significado de la alegoría, su lectura me produjo un sentimiento de felicidad.
Con el paso de los días, descubrí que deseaba leer más, así que volví a la casa de mi amigo para tomar prestado el libro. Al llegar, mi amigo estaba conversando con dos misioneros, los élderes Reid y Haroldsen, que concertaron una cita conmigo. Fueron tal como prometieron y compartieron conmigo su creencia en el plan de nuestro Padre Celestial. Mientras hablaban, podía sentir el amor del Padre.
Acepté su invitación de asistir a las reuniones dominicales, y aunque sólo había 10 personas presentes, sentí mucho amor por la Rama Kalasin y accedí a regresar nuevamente.
Me bauticé el 21 de marzo de 1999 y, poco después, empecé a colaborar con los misioneros; conforme observaba sus esfuerzos por proclamar el Evangelio, pude sentir el amor de Dios por Sus hijos.
Dos meses después de mi bautismo, mi hermana mayor obtuvo su propio testimonio y también se bautizó, y un mes después lo hizo mi sobrina. Con la ayuda de los miembros, nuestra pequeña rama triplicó su número en poco tiempo, con una asistencia regular de cerca de 30 miembros.
Un año después de mi bautismo, recibí el llamado a servir en una misión de tiempo completo en Bangkok, Tailandia, y mi hermana recibió su llamamiento a la misma misión.
Sé que no fue suerte ni coincidencia el que llegara a ser miembro de la Iglesia verdadera del Señor. Sé que mi Padre Celestial tiene un plan para mí y que empezó a prepararme para ser misionero desde el primer día en que abrí “aquel libro” y leí sobre Su viña. Qué privilegio tan maravilloso es poder salir a esa viña y buscar a mis hermanos y hermanas y compartir el libro y el Evangelio que cambiaron mi vida.
Suwit Saisam-ang ha cumplido su misión y es miembro de la Rama Kalasin, Distrito Khon Kaen, Tailandia.